“Llévame grabada en tu corazón, ¡llévame grabada en tu brazo! El amor es inquebrantable como la muerte; la pasión, inflexible como el sepulcro. ¡El fuego ardiente del amor es una llama divina! El agua en todos los mares no podría apagar el amor; tampoco los ríos podrían extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, burlas tan solo recibiría”.
La canción de las canciones 8:6,7