La primera vista.
Una chica se encontraba caminando algo apresurada rumbo a su trabajo en una floristería, se había levantado una hora más tarde de lo habitual, su ruta hacia el trabajo no era tan larga, más aun así tenía que caminar bastante.
Una vez llego al pequeño local inserto la llave y abrió a toda prisa, acomodando las pequeñas macetas en lugares más visibles, abriendo las cortinas para dejar entrar más luz al lugar, ella estaba estresada, el lugar debió haber abierto hace media hora y ella seguía sin estar arreglada, ni digamos el lugar… Pasados veinticinco minutos todo quedo en su lugar, por fin podría acomodar un poco su pelo y su rostro. Empezó a sacar su maquillaje de su bolso y a aplicar un poco de producto en su piel tostada, estaba por aplicar un poco de rubor a su piel cuando escucho la campana de la puerta sonar, llamando así a un nuevo cliente, se dio la vuelta lo más rápido que pudo para atender a la persona que había entrado al local.
-Hola, buenos días, bienvenido a “La Rosa”, ¿En qué le puedo ayudar?
Con algo de impaciencia en su voz un hombre hablo. -No sé cuánto tiempo tardan para abrir este lugar, pero necesito un arreglo para mañana.
-Por su puesto… Dígame, ¿Qué flores llevaría su arreglo?
-Quinientas rosas rojas y cien rosas blancas. – El joven hablaba sin despegar la vista de su celular, mientras que la chica anotaba rápidamente lo que llevaría el arreglo, cuando escucho cuantas flores llevaría, levanto la vista de golpe para ver al joven frente a ella.
-Perdone… ¿Cuántas flores? – Pregunto con algo de duda en su voz, no todos los días te pedían un ramo de seiscientas flores que costaría más de lo que pagas de renta.
- ¿Qué no escuchas?, ¿O es que eres sorda?, dije, SEISCIENTAS ROSAS, cien blancas y quinientas rojas, ¿Tan difícil es entender algo tan simple? – El hombre hablo con exasperación en su voz, volteando a ver a la chica por primera vez desde que entro en aquel pequeño lugar.
-Si, si, lo lamento. – Algo asustada por el tono autoritario del hombre- Solo que no todos los días nos llegan pedidos tan grandes…- Bajo su tono de voz con cada palabra.
- ¿Te pregunte?, no me interesa en lo más mínimo, solo dime cuanto será, tengo muchas cosas más importantes que hacer que estar en este estúpido lugar – Por un momento el hombre fijo su mirada en la cabeza de la chicha frente a él, no le había visto la cara, pero tenía un buen cuerpo, vio como la chica hacia cuentas rápidas en un pedazo de papel, subió un poco la vista, directamente al escote de la mujer, por la diferencia de estatura de ambos él tenía una buena vista, avergonzado subió un poco más la vista, ahora solo veía el pelo cobrizo de la chica, tomado en un desordenado chongo.- ¿Cuánto tiempo más te va a llevar hacer la cuenta?- Dijo el hombre ahora viendo a otro lado.
- Lo lamento, serian, diez mil cuatrocientos por el ramo, si le parece bien, sería un adelanto de cinco mil doscientos. – Volteo a ver al hombre que ahora se alejaba un poco.
-Por supuesto. –
Saco su cartera del bolsillo, tomando el dinero, extendió la mano a la mujer, quien rápidamente lo tomo. – Mañana ¿a qué hora recogerá el ramo? – Pregunto Eliana, contando cuantas personas de su familia tendría que llamar.
Con eso el hombre salió del local
#3197 en Novela romántica
#1088 en Otros
#208 en Acción
amor, amor infidelidad, matrimonio de conveniencia celos amor
Editado: 19.05.2025