¿la vida Es Buena?

Capitulo 2

¿Nuevo romance?

CAPITULO 2

No había tenido tiempo de poder empezar el ramo que el señor Alejandro le había encargado hasta llegadas las tres de la tarde, decidió cerrar el lugar para poder empezar, se levanto de su silla con el celular en manos indecisa de llamar a su madre para que le ayudara… ¿Cuánto tiempo podría tardarle hacer un arreglo de seiscientas flores?... ¿Toda la noche?, con pesar cerro la cortina del local y llamo a su madre para que le ayudara, en estos momentos odiaba no tener amistades cercanas.

Sonó el primer timbre, el segundo, el tercero… Estaba lista para colgar cuando una voz femenina se hizo presente.

- ¿Bueno?, ¿Hija?

-Si mamá soy yo, ¿Cómo estás? – La chica sabia bien que su madre le haría una catedra por no haberla llamado y estar evitando verla hacia más de un mes.

- … Pensé que te habías olvidado de que tenias madre… Tu nunca me llamas, siempre soy yo la que te llama, y para que me dejes en buzón, honestamente estaba empezando a pensar que mi hija ya se había olvidado de su madre – La mujer mayor hablaba con tanta melancolía que incluso hizo dudar a la joven. – Pero cuéntame, hija, ¿Ya tienes novio?, ¿Ya tienes un trabajo de verdad?, tu madre ya esta tan vieja que tengo miedo de no poder ver a mis nietos correr por la casa… Dime, hija, ¿me tienes buenas nuevas?

- De hecho, si te tengo buenas noticia- No pudo terminar la oración cuando su madre ya había vuelto a hablar.

- ¡Ay!, no me digas, ¿Ya tienes novio?

-No. – La voz de Eliana cada vez sonaba más exasperada.

- ¿Ya tienes un trabajo de verdad?... – La duda en la voz de la mujer mayor se hizo presente.

- No mamá, me llego un pedido muy grande, te iba a pedir ayuda… ¿Crees que puedas venir a ayudarme un poco? – La chica bajo su voz con cada palabra, sabia la ilusión de su madre por verla con algo a su vista decente, pero ella estaba tan cómoda en ese momento en el lugar donde la vida la había olvidado que no se quería mover.

- Sigo pensando que deberías tener un mejor trabajo, hija mía, pero ya que necesitas la ayuda de tu madre… Llego en quince minutos. – La voz de la mujer mayor era de pura resignación, mientras que del otro lado de la línea se escuchó un suspiro.

- Esta bien. mamá, te espero en el local. – Hablo rápido antes de colgar a toda velocidad.

“Por lo menos puedo estar tranquila durante un rato”, sus pensamientos aglomeraban su mente, mientras que su cuerpo en automático empezaba a quitarle las espinas a las flores, estaba tan absorta en sus pensamientos que no escucho cuando empezaron a tocar la puerta del local, hasta que su teléfono empezó a sonar.

  • ¿Bueno? – Respondió din ver el identificador de llamada.
  • Hija, ¿Estas en el local? – La voz de su madre se hizo presente al otro lado de la línea.
  • Si mamá, ¿Por qué?
  • -Entonces supongo que ya no necesitas mi ayuda, llevo tocando la puerta más de diez minutos y nadie abre. – Un silencio se hizo en la línea. – ¿Estas bien, hija? – Había algo de duda en la voz de su madre.
  • Si, mamá, lo siento, solo estaba escuchando música en mis audífonos. – Una gran mentira para que su madre no se preocupara.
  • Hay hija, tu con tus aparatos del demonio. – La mujer mayor hablaba con naturalidad mientras que su hija se dirigía a la puerta con las llaves en las manos para poder abrir la puerta, colgando la llamada.
  • Lo siento mucho, mamá, solo estaba muy concentrada. – Se disculpo de nuevo con un poco de pena de mantener a su madre esperando afuera durante tanto tiempo.
  • Esta bien. Solo que no se repita… Si no, olvídate de mi ayuda. – La voz de la mujer tenia un dejo de burla no tan burlesca.

Las dos mujeres empezaron a quitarle las espinas, rosa por rosa, cuando la voz de la madre de Eliana empezó de nuevo.

  • Hay hija, no se para cuándo tú vas a sentar cabeza. Yo quiero ver a mis nietos crecer. Además, ya no eres tan joven, ¿no has encontrado a algún potencial novio? – La voz de su madre ya no era de reclamo, sino de algo más parecido al miedo, o al menos eso es lo que logro reconocer Eliana.
  • Tranquila, mamá, aun somos jóvenes, ¡Apenas tienes cincuenta y ocho mujer! Estamos muy jóvenes para ver o pensar en hijos o nietos, mami…- Aunque la duda ya era algo profunda en su cabeza.

El lugar se mantuvo en silencio unos segundos.

  • Solo quiero que cuando yo no este alguien te cuide, Eli… - La voz de su madre sonó algo quebrada. – Ya sabes. Desde que tu padre murió, solo somos tú y yo, y cuando yo no este… No quiero que te quedes sola. – Hablo entre suspiros la mujer, esperando que su hija entrara en razón y sentara cabeza.
  • Esta bien, mamá… Supongo que ya tienes a alguien en mente para mí, ¿No? – Pregunto la más joven con algo de desgano, solo quería hacer feliz a su madre.
  • - ¡Por supuesto que sí, mi niña, solo esperaba a que aceptaras, mañana después de las cinco te quiero bien arreglada, puede que con el hijo de la señora Lourdes si puedas hacer clic. – La más joven escuchaba hablar a su madre con tanto anhelo que no pudo hacer más qué pensar y tratar de imaginar como seria su nuevo pretendiente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.