Capítulo 2

Mis pensamientos tardan un poco en salir de aquel extraño hombre y su dura e inexplicable mirada, al final decido atribuir su comportamiento a que definitivamente es un hombre con problemas, pues no hay otra explicación para tal comportamiento, y como yo también tengo muchos de los que ocuparme decido sacarlo por completo de mi mente y dirigirme en busca de mí mejor amiga para tratar de remediar la tontería que hice. 

Brad es un idiota total y aunque no entiendo que es lo que Megan ve en él, ella ha estado flechada por ese tarado desde hace un tiempo, así que es comprensible que después de lo que le dije se sienta mal.

Bueno, la verdad no lo entiendo, pero lo intento. 

Entro a la cocina de la cafetería que no es más que un pequeño cuarto equipado con todo lo que podríamos necesitar. Hay un horno en el fondo, una mesa al lado de este con muchos pastelitos y dulces que ya tenían que estar en el mostrador de afuera y una mesa más cerca de la puerta llena de platos, vasos y muchas cosas que necesitamos tener a mano. 

Encuentro a Megan junto al horno seleccionando los dulces que pretende sacar, me acerco a ella y la abrazo. 

—Perdón, no quería hacerte sentir mal —. Mi buena amiga solo esboza una pequeña sonrisa. 

—No tienes que pedir perdón Los hombres son unos idiotas, mejor no hablemos más de ellos. 

—Yo encantada —respondo, logrando que su sonrisa se agrande. 

—Por cierto... —Esta es Megan y sus cambios repentinos de tema —¿Ya te postulaste para las prácticas en el Estudio de Arquitectura? —pregunta como por quinta vez en una semana.

—No. Y no lo haré. —Contesto e inmediatamente la suelto y doy un paso atrás —He estado dando vueltas a esa idea —. digo en un intento de borrar la mirada de decepción que se instala en su rostro —. Lo digo en serio, pero es un gran paso que implica una gran responsabilidad con la universidad y el estudio de arquitectura y que no tiene vuelta atrás. 

—¿Y si no quieres que tenga vuelta atrás? ¿Y si es una decisión que hace que quieras dar un paso más y otro más, hasta que te lanzas a correr un spring en toda regla? ¿Hasta qué logres tu sueño? —dice ella con convicción.

—Eso es exactamente lo que me asusta. —respondo con una media sonrisa. 

—A veces no te entiendo... —empieza a hablar.

—Además —. Exclamo haciéndola callar —sabes que siempre quedan los de último año, una novata como yo no tiene la más mínima oportunidad y prefiero ni hacerme ilusiones. —culmino con una mueca mientras empiezo a arreglar los pastelitos.

–Oh Alex —responde en forma de reproche —y tú sabes que eres muy buena, desde niña te ha encantado todo lo que tiene que ver con ese mundo y siempre estabas pendiente de todo lo que hacia tu papá y aprendiendo de él, así que no te vengas a hacer la que no sabe. Además, la única manera de tener éxito es aprender de los fracasos y el único fracaso es no intentarlo.

—Que filosófica —bromeo, pero luego más seria añado —¿Y si no quedo? Sabes que bastante tengo con mi papá y las chicas y debería más bien buscar otro trabajo y...

—Detente, ¿cómo que otro trabajo? ya tienes uno y esta es una oportunidad muy buena. Si no quedas, entonces sigues con tu vida y te postulas en un par de años otra vez, pero no pierdas la oportunidad por miedo Alexia. Yo confío en ti ¿Por qué no puedes confiar tú en ti misma? 

—Y justo por este tipo de discursos es que te quiero —digo alborotando su cabello en broma. 

La quiero por mucho más que solo esto en realidad. La quiero porque es la única persona que estuvo y sigue estando para mí en medio de todo lo que ha pasado en mi vida, aunque quizá esto sea porque Megan entiende lo que es sentir que pierdes toda esperanza en la vida. Sin embargo, No le digo que hace más de un año y medio toda mi confianza murió. El mismo día que mi familia se fue al demonio, pero aun así me conmueven mucho sus palabras, me alegra saber que en medio de tanta adversidad aún puedo contar con una gran amiga. 

—Eres brillante cuando te lo propones —la pico un poco. 

—Soy una persona brillante siempre —. Da un paso al lado para salir a la cafetería —Y mientras te aferres a esa idea estaremos bien. 

Nos reímos y esta vez mi sonrisa es real, a pesar de todo si puedo sonreír.

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La universidad en la que estudio es realmente bonita, de un modo pintoresco y muy tranquilo. No tiene nada que ver con los campus de otras universidades más grandes a las que había aplicado, pero dado la situación en la que estamos no quería estar lejos. No podía hacerlo. Pese a lo que sea que haga o deje de hacer mi padre, yo no soy como él. 

En momentos como este es cuando más lo odio, por derrumbarse tan pronto y por dejarnos a nuestra suerte. A mí también me afecta nuestra situación, pero mis hermanas son una gran fuente de inspiración para seguir adelante y por eso no logro entender por qué él no piensa igual, por qué la persona que se supone debe cuidarnos, amarnos, protegernos... es la persona que más nos lastima. 

Además, algo que he aprendido con toda esta situación es que solo importa el tiempo que tenemos y lo que hacemos con él. Y aunque es una verdadera lástima lo que él decide hacer con su tiempo, yo no puedo hacer nada para cambiar eso. 

Mi tiempo es una cosa aparte, se va trabajando por mis hermanas. Intentando ser el adulto responsable que tanto necesitamos. 

Esa es la razón principal por la que me estoy dirigiendo a la oficina de administración para informarme sobre las prácticas de las que hablé con Megan, y solo puedo pensar que en la remota posibilidad de que logre conseguir ese puesto obtendré una muy generosa beca. 

Me acerco a la oficina con paso decidido y aparentando una gran confianza que no siento para nada, esta es otra de las cosas que cambió en mí a lo largo de todo esto. 

Mi confianza. 

Me parece increíble lo difícil que resulta el construir tu confianza y lo fácil que puedes perderla.