Cuando Amy y yo llegamos la casa de los Wright, vemos a Cam y su padre Ezra jugando baloncesto. Inconscientemente siento una punzada en el corazón al ver a un padre y a su hijo jugando, un padre comportarse como lo que es. Es una cosa real y me gustaría tapar la cara de Amy para que no vea de lo que se está perdiendo.
Lo que me recuerda…
—Amy.
—¿Si?
Desvía la mirada del juego que ambas estábamos presenciando para mirarme a la cara. Detallo la ropa que lleva, lo desgastada y pequeña que se le ve. Y las trenzas que tanto se esmeró en hacerse se le soltaron en algún momento mientras jugaba con Abril. No tiene un aspecto nada cuidado.
—Sabes que papá ha estado… —Trato de encontrar las palabras correctas. —No muy bien últimamente ¿verdad?
Amy se queda quieta. Tensa.
—Si. —Responde por fin.
—Bueno, eso es algo que no queremos que nadie más lo sepa ¿verdad?, es decir, Megan lo sabe. Pero nadie más puede saberlo.
—Dijste que buscaremos ayuda para papá.
—Sí, y así será pero...
—Pero papá va a mejorar, solo está pasando por un mal momento.
Mi corazón se encoje, él está pasando por un mal momento dice.
—Sí, bueno pero aun así. No queremos contarle a nadie porque quizá para otros es un poco más complicado entender eso. A lo mejor mal interpretan la situación.
—¿Cómo que papá no se quiere recuperar?
Hay muchas cosas dentro de la cabecita de Amy de las que yo no sabré nunca.
—Quizás o quizá solo que él no debería estar en esa situación.
—Papá solo está triste, eso se le pasará.
—Aún así, no todos lo entenderían. Y no queremos que piensen mal.
—Pero, ¿qué importa lo que piense la gente?
—Amy, solo no menciones a papá y ya ¿bien?
—Bien.
Desvío la mirada sin poder verla y respiro hondo para poder calmarme y fingir que todo está bien. Cuando me siento lista continuamos el camino de entrada de la familia Wright.
La casa de los Wright me recuerda mucho a la casa en la que Amy y yo crecimos.
No en el sentido de ser una magnífica casa que está en la mejor parte de la Ciudad —aunque esto nos habría encantado, sin duda— sino porque está llena de calidez y de verdadera solidaridad familiar. Es un hogar.
Después de lo sucedido en mi familia, la madre de Megan se presentó un día en casa a invitarnos personalmente a Amy, papá y a mí a una de sus cenas familiares de fin de semana.
Para evitar que viera el estado en el que estaba papá, ya que para ese momento la bebida ya lo tenía dominado, tomé a Amy y salimos directo a casa de los Wright, y lo pasamos tan bien que en lo sucesivo asistimos a la cena semanal de los Wright siempre que nos fue posible.
Me encantan estas comidas porque es el único rato en que Amy y yo somos nosotras mismas, o algo así. Y más allá de lo que ellos supieran, nunca nadie pregunta directamente por papá, aunque la duda siempre ha estado allí, latente.
El caso es que estando aquí Amy y yo podemos relajarnos unas horas a la semana sin pensar en él. Y hay un plus, Linda es un amor y su esposo Ezra es como sería papá si no estuviera ocupado tratando de acabar consigo mismo. Ellos nos adoptaron como parte de su familia.
Tan pronto entramos a la casa Linda nos saluda con un beso y un gran abrazo.
—Ya las extrañábamos por aquí.
A continuación se acerca un sudoroso Ezra, que detiene un momento su juego para tratar de atrapar a Amy en un abrazo de oso.
— Se hacen extrañar ¿eh?.
Amy corre a esconderse con una gran sonrisa hasta que escucha la voz de Cam.
—Tengo un nuevo video juego al que nadie ha podido ganarme.
—Apuesto a que yo puedo ganarte—Canturrea Amy saliendo de su escondite, Cam me alborota un poco el cabello a modo de saludo y desaparece inmediatamente después, con mi hermanita pisándole los talones.
Es como si no hubiéramos faltado por varias semanas, todo está exactamente igual.
—Oh Alex, Me alegro tanto de verte — Kate se acerca con la intención de abrazarme, pero Megan aparece de la nada e inmediatamente se interpone entre nosotras.
—Hasta donde recuerdo es mi mejor amiga, búscate la tuya.
Linda reprende a Megan, Kate parece un cachorrito abandonado y yo me siento por primera vez en mucho tiempo en familia.
Me olvido de fingir.
***************
Megan, Linda y Kate están preparando la comida. Aunque Megan se esfuerza más por arruinar lo que está haciendo Kate que por cocinar de verdad. Es evidente, por el olor que impregna la casa que Linda ha pasado la mayor parte del día en la cocina, la esencia de que algo delicioso se está cocinando se ha abierto paso por todas partes.
Las miro atentamente a las tres cocinando juntas sobre la encimera de espalda a nosotras, con todo tan limpio y ordenadito y afuera la voz de los hombres que aún juegan, se siente la verdadera esencia de una familia. Paso un brazo sobre los hombros de Amy y la acerco a mí con un peso inmenso en el corazón.
—¿Te gustan las albóndigas Amy? —Pregunta Linda lanzándonos una miradita por encima de su hombro.
A su lado, Megan molesta a Kate diciéndole que así no se cortan las hortalizas.
—Sí. Y lo que cocinas huele delicioso —responde mi hermana.
—Me alegro que te guste, y espero también te guste el sabor. —Dice Linda con una gran sonrisa.
—Si, si me gustará —asiente Amy —Alex solo sabe preparar sándwich.
—No es verdad. —Digo porque no es así.
—Solo cocinas comida congelada —me reprocha Amy.
—Porque es más fácil y rápido —me defiendo.
—Pero a tu padre no se le da mal cocinar, según recuerdo —Interviene Linda
Y mi corazón se paraliza.
—Sí, pero el nunca sale de su habitación —Responde Amy. Y luego me mira encogiéndose de hombros como diciendo “es la verdad”.
—¿No ibas a jugar un videojuego con Cam? —Interviene entonces Megan poniéndose entre su madre y mi hermana.
—Sí, después de cenar jugaremos.