Capítulo 5

El perro de Graciela rascaba el zócalo de la puerta de entrada. Extrañaba a sus humanos. Nadie estaba en la casa. Debido a que la madre de la joven tuvo una cita, le dejó a su hija un poco de spaghetti de ayer en la heladera. 
La estudiante llegó y suspiró mientras que daba un pequeño grito. 
—Hola, Pom Pom. —se agachó a saludar a su mascota. —Hoy están pasando cosas muy raras bebé. Tengo hambre. Mamá debe seguir en su cita. Ojalá está vez le vaya bien. Y Julieta está con su novio por el resto de la semana. ¿Sabes lo que significa? ¡Paz! ¡Paz y tranquilidad! 
Suspirando con una sonrisa se puso a calentar su comida, jugando con Pom Pom y escuchado su música a todo volumen. 
No podía quitarse de la cabeza a ese extranjero, el que le dijo que quería una novia como ella. ¿Por qué? No podía creérselo, no podía. No era posible que alguien tan lindo (lo que a sus ojos era lindo) como él se fijara en alguien tan…fea como ella. 
No. Está no era una de esas historias bonitas de las películas románticas. Graciela no iba a comerse ese cuento del príncipe azul. De seguro era todo una broma. Porqué cosas como esas no le pasan a personas como ella. ¿Qué tenía de interesante? Qué sabía redactar buenas historias de terror, nada más. 
Nada la hacía mejor que el resto. Simplemente no. No sé permitiría soñar. Aunque sabe lo fácil que es su corazón y que lo más probable es que ya le estuviera gustando ese chico.

...
 

"Block de notas de Graciela"
 

¿Por qué mi corazón es tan apresurado? 
¿Qué sé de ese chico? Que su nombre es Maximiliano, y porqué se lo preguntó Jazmín. 
No quiero ilusionarme rápido. 
¿Será un efecto secundario de no tener vida social? Me da igual, todos son una mierda en esa escuela. Estúpidas zorras y chicos calenturientos. 
Todos ellos sólo piensan en sí mismos.
Debe ser divertido molestar a la rarita solitaria.
Me tengo que concentrar en mí. Nadie es tan amable gratis. 
 

Pd: Rodrigo me cae bien. Pero no puedo fiarme de las apariencias.