La Vida Que Yo EsperÉ

LA MAGIA DEL PRIMER AMOR

Salomé se siente muy alagada con la atención de Jorge. Cuando el mesero se acerca a ellos, y les dice:

— Buenas noches chicos, ¿desean pedir algo?

Jorge le responde al mesero:

— Si, déjenos la carta y en unos minutos lo llamamos.

El mesero les deja la carta y se va. Cuando Salomé coge una de las catas y le dice a Jorge:

— Te has quedado en silencio, ¿en qué piensas?

— En nada distinto que no sea relacionado contigo, ¿ya decidiste que vas a pedir?

— Si.

En el barrio Unidos, Liliana se encuentra analizando los documentos de tres nuevos clientes. Cuando le tocan a la puerta.

Liliana mira la puerta, y dice:

— Sera que ese muchacho dejo plantada a Salomé... no, ella tiene llave, debe ser otra persona.

Liliana deja los papeles en la mesa y se acerca a la puerta, diciendo:

— ¿Quién es?

— Soy yo, Emily.

Liliana se alegra cuando escucha esa voz. Y abre la puerta y abraza a Emily, diciéndole:

— Pero gran sorpresa muchacha, ¿cuándo llegaste?

— Hace unas horas.

— Salomé se va alegrar mucho por tu regreso.

Emily mira hacia dentro de la casa, y le dice a Liliana:

— ¿Y Salomé?

— Ella salió, pero entra a la casa.

— Gracias doña Liliana.

— ¿Cómo están Jaime y Maleja?

Emily se sienta en el sofá, y le responde a Liliana:

— Están bien...

En el restaurante, Jorge llama al mesero y junto a Salomé le piden que le traigan ajiaco para los dos.

En ese momento en que el mesero se va a traer la comida, Jorge se atreve a coger la mano derecha de Salomé, y le dice:

— Estoy muy emocionado por estar aquí contigo.

Salomé trata de cambiar de tema, diciéndole:

— ¿Qué fue lo que te impulso para entrar en la carrera de administración de empresa?

— Mi mamá, ella trabaja en su propia empresa y fue quien me impulso a entrar a la carrera, porque mi padre estaba con el deseo de que haya otro abogado en la familia, pero la realidad es que la carrera de administración de empresas me gusto.

— Qué bueno.

— ¿Y a ti? ¿Tus padres también influyeron en lo que estás haciendo?

Salomé se entristece un poco. Cuando Jorge le dice:

— ¿Dije algo malo?

En ese instante, el mesero le trae la comida de Jorge y Salomé, pero Jorge se preocupa al ver que Salomé quedo a punto de llorar, y le vuelve a decir:

— Dime que te pasa, ¿algo te duele?

— Es que mis padres murieron en un accidente automovilístico cuando tenía cinco años, es por eso que estaba a punto de llorar.

— Lo siento.

— Tranquilo, tu no lo sabias.

— Mejor cambiemos de tema y hablemos cosas más agradables, y, además, tienes al frente un delicioso ajiaco, que creo que te va a subir los ánimos... ¡pruébalo!

Salomé se sonríe un poco en medio de su tristeza. Y de inmediato prueba la sopa.

Media hora después, en su moto nueva, Jorge lleva a Salomé hasta su casa.

En seguida, Salomé se baja de la moto, y le expresa a Jorge:

— Muchas gracias Jorge, la pase muy bien.

Jorge se baja de la moto y se acerca bastante a Salomé, diciéndole:

— ¿Ya te estas despidiendo de mí?

— Si, ¿por qué?

— Porque me falto decirte algo más en esta noche tan hermosa...

Con muchos nervios, Salomé le dice a Jorge:

— Lo que tengas que hacer o decirme, hazlo rápido, porque no quiero que salgas más tarde de acá.

De inmediato, Jorge acaricia la mejilla izquierda de Salomé y se atreve a darle un beso.

Encantada, Salomé abraza lentamente a Jorge al igual que él.

En ese instante, Liliana los mira por la ventana, y se sonríe un poco.

En ese momento, Salomé se desaparte de Jorge, diciéndole:

— Vete ya.

— No quisiera irme nunca de tu lado.

— Mañana hablamos.

Jorge se queda mirando la casa, y le expresa a Salomé:

— ¿No vas a presentarme a tu tía?

— Mañana sin falta.

Jorge le vuelve a dar un beso a Salomé y se sube a la moto, diciendo:

— Voy a soñar contigo esta noche.

— Yo también.

— Nos vemos mañana.

— Bueno.

Jorge enciende su moto y se va del barrio de Salomé, quien entra a su cada completamente enamorada.

Un poco disgustada, Liliana le dice a Salomé:

— ¿Yo pensé que me ibas a presentar a ese mucha Salomé? Yo necesito saber con quién andas.

— Si tía, tienes toda la razón, mañana sin falta te lo presentaré... ahora estoy en las nubes.

— Pues baja de esa nube que te monto ese chico, porque te tengo una gran sorpresa.

— ¿Paso algo malo?

— No... Emily regreso de España.

Salomé pega un grito de alegría y sale de su casa corriendo en busca de su mejor amiga.

En ese momento, Salomé toca en repetidas ocasiones la puerta de la casa de su amiga. Cuando esta le abre y se abrazan, y lloran de la alegría.

Los padres de Emily las ven y luego se entran. Para dejarlas que hablen solas.

Emily le dice a Salomé:

— Por ahí me dijeron que andabas de cita romántica y todo, ¿por fin conseguiste novio?

— Algo así.

— Cuenta me todo.

— No Emily, primero cuéntame de esta sorpresa, ¿ya terminaste tus estudios en España?

— No, voy hacer otra carrera acá.

— ¿Por qué?

Emily le cambia el tema a Salomé, diciéndole:

— No hablemos de mí, hablemos de ti, ¿qué está pasando por tu vida?

Salomé se acomoda en su asiento y con mucha alegría, le expresa a Emily:

— Estoy enamorada, hoy he sentido la magia que es besar a alguien que uno desea con todas sus fuerzas.

Emily abraza a Salomé, diciéndole:

— Amiga, te felicito, te confieso que estaba muy preocupada por ti.

— ¿Por qué?

— Estabas muy sola Salomé, nunca se te vía con ningún chico, tuve que irme a España. Para que te desordenaras.




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