La Vida Que Yo EsperÉ

CANADÁ

Cansado de buscar alguna empresa que lo contrate, Jorge se va a sentar al Parque de la Independencia. Y ve a varias personas recreándose. Cuando ve a una persona conocida.

Barrio Vista Hermosa, Emily queda estupefacta con lo que le dijo Salomé, y le expresa:

— ¿No hay otro lugar donde puedan ir?

— No.

— Amiga, te compadezco, vivir con la suegra es cosa de valiente.

— Me está haciendo la vida imposible.

— Te voy a mandar algo para que vivan en otro lugar.

— Gracias Emily, pero no, ya me has mando suficiente y no quiero abusar de ti.

— Salomé, para eso están las amigas, no, pero que digo, yo te consideró como la hermana que nunca tuve.

— Yo igual, y es por eso que yo me refugio tanto en ti.

— ¿Y por qué no te vienes para los Estados Unidos y me haces compañía?

— Es una buena idea Emily, voy a consultarlo con Jorge.

— Acá hay mucho trabajo...

En ese instante, Fabian entra en la habitación y al verla hablando por teléfono vuelve a salir. Cuando Salomé le dice a Emily:

— Espera, ya te marco.

— Bueno.

Salomé sale de su habitación y le dice al papá de Jorge:

— ¿Me necesita?

— Si, es para disculparme de parte de mi esposa, yo sé que ustedes dos estaban discutiendo.

— Para que negárselo, discutimos por los oficios de la casa.

Escondida, Cristina escucha lo que dijo Salomé y sale a enfrentarla, diciéndole a Fabian:

— ¿Por qué la estas escuchando a ella? Esta mujer te está mintiendo.

Salomé le dice a Fabian:

— No tengo por qué mentir.

En ese momento, Fabian las mira a las dos, y dice:

— Jorge va a llegar a la casa y quiero que ustedes dos hagan las pases, estamos en un espacio pequeño para estar en estas.

Cristina no le hace caso a su esposo y se retira. Cuando Salomé le dice a Fabian:

— Ya ve, su esposa es muy complicada.

Media hora después, Jorge encuentra a Salomé hablando por teléfono. Cuando esta cuelga, y le dice:

— ¿Cómo te fue?

Jorge le da un beso en la boca y luego besa en la mejilla a Miguel, diciéndole a Salomé:

— Bien, te tengo una propuesta.

— Qué curioso, yo también tengo que proponerte algo.

— Dime tu primero.

— Está bien, estuve hablando por mucho tiempo con Emily. Y ella me propone que nos vayamos a vivir a los Estados Unidos... ¿qué dices? ¿No es buena la idea?

— ¿Y ya tiene uno el trabajo garantizado?

— Bueno no de una vez, pero haya es más fácil conseguir trabajo.

— Entonces mi propuesta es mejor.

— Haber, dime.

— Estaba sentado en el parque. Cuando me encontré a un amigo que vive en Canadá y que vino de visita a Bogotá a ver a unos familiares... para resumirte todo, yo le conté el problema que tenemos. Y él me dijo que me ayudaba a pasarnos como refugiados. Y que tendremos casa y trabajo, y lo mejor es que podemos ahorrar para liberar nuestra casa.

En la sala, Cristina le advierte a Fabian:

— No quiero que le digas ni una sola palabra a nuestro hijo de lo que paso con Salomé.

— Pues vete preparando querida, porque eso es lo primero que voy hacer ahora que se desocupe.

En la habitación, Salomé se alegra con esa noticia, y le dice:

— ¿Es posible eso?

— Si, Canadá está necesitando personas, claro que es posible... Ramiro está esperando que lo llame, para confirmar si tu aceptaste o no.

— Llámalo y dile que sí.

En ese instante, Jorge saca su teléfono y llama a Ramiro. Y le confirma el gran interés que tiene su familia en emigrar a Canadá.

Salomé abraza a Jorge, y le expresa:

— ¿Qué documentos tenemos quedarle?

— No te preocupes, Ramiro se encarga de todo eso. Solo hay que decirle nuestros nombres y números de cedulas... él ya está enseñado a pasar personas.

— ¿Y cuánto hay que pagarle?

— No has entendido, Ramiro nos va a pasar a Canadá en calidad de refugiado.

— El que no ha entendido eres tú, ese es un trabajo y hay que pagárselo.

— No, Ramiro va hacer eso gratis, el conoce la situación de nosotros.

Salomé se tranquiliza un poco al escuchar eso, y luego le dice a Jorge:

— Tienes un gran amigo.

— Lo se.

Jorge comienza a besar el cuello de Salomé, pero esta le dice:

— ¿Qué estás haciendo?

— ¿Como que que estoy haciendo? Hace tiempo no estamos juntos, deberíamos celebrar que nos vamos a ir a Canadá.

— El niño está en la cama y tus padres en la sala, contrólate.

Salomé se levanta de la cama, y le dice a Jorge:

— A propósito, ¿cuándo le vas a decir a tus padres?

— Esta noche que estemos cenando les digo.

En la noche, todos están en el comedor. Cuando Jorge deja la cuchara en el plato y mira a sus padres, y les dice:

— Tengo algo muy importante que decirles.

Salomé mira a su esposo. Cuando Fabian dice:

— ¿Es algo malo?

Cristina también dice:

— Si es algo desagradable, mejor que esperes a que terminemos de cenar.

Mientras Salomé le da de comer a Miguel, Jorge les dice a sus padres:

— No es nada malo, solo que mi esposa y yo estamos pensando en irnos a vivir a Canadá.

De inmediato, Cristina le dice a Salomé:

— ¿Qué mentira le habrás dicho a mi hijo?

Jorge y Fabian quedan desconcertados. Cuando Salomé le responde a Cristina:

— No se precipite doña Cristina, yo todavía no le he dicho nada a Jorge.

Jorge mira a Salomé, y le pregunta:

— ¿Nada de qué?

Salomé se queda callada. Cuando Fabian le dice a su hijo:

— Tu madre se ha comportado muy mal con Salomé y abusa de ella cuando se quedan solas.

Cristina se pone más enojada, y le expresa a Fabian:

— Definitivamente me case con mi peor enemigo.

Jorge le dice a su mamá:

— No puedo creer que estes haciendo esto, yo estaba contento con lo del viaje a Canadá, que pensé que se iban a alegrar.




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