La Vida Que Yo EsperÉ

UN FIN DE SEMANA DE TORTURA

Jorge se queda pensando en Salomé y en la propuesta que le hizo Eliza, y dice:

— No sé, es que le prometí a mi esposa que íbamos a salir a pasear en familia, es que desde que llegamos a este país solo una vez hemos recorrido algunas partes.

Eliza queda viendo a Jorge, y le dice:

— Ya tendrás todo el tiempo del mundo para estar con ella, yo solo te pido este fin de semana, ya verás que la vas a pasar muy bueno nuevo gerente de la petrolera.

Jorge se sonríe un poco, y luego le expresa:

— Está bien, divirtámonos juntos...

Barrio Preston Street, 6:48 pm, Salomé llega a casa y encuentra a Charlotte en la cocina, quien le dice:

— Buenas noches señora.

— Buenas Charlotte, ¿cómo te fue el día de hoy?

— Pues regular, porque estuve atendiendo a mi tía que estuvo un poco enferma.

Salomé se preocupa un poco por Miguel, y le pregunta:

— ¿Y el niño?

— Tranquila, está en su habitación. Y duerme como un angelito.

— ¿Y ya se encuentra mejor tu tía?

— Si, pero voy a pasar a mirarla o través... todo queda en orden.

— Gracias Charlotte, me saludas a Rebeca de mi parte.

— Bueno.

En ese instante, Charlotte pasa la calle, la cual se está llenando de nieve rápidamente.

Salomé cierra la puerta y se va a la habitación de miguel y lo ve dormir. Cuando saca su teléfono y le hace una llamada a Jorge, pero este no contesta.

8:00 pm, Salomé se imagina que Jorge debe de estar atascado en la nieve y que se quedó sin baterías en su celular. Y se pone una chaqueta gruesa y un par de guantes y abre la puerta. Y sale de la casa a ver si de esa manera vía algo de lo que se imaginaba, pero todo estaba normal.

Salomé dura dos minutos a fuera y luego entra para calentarse un poco en la casa.

Luego de unos minutos en la espera de Jorge, Salomé se asusta al sentir frio dentro de la casa y de inmediato se va corriendo a revisar la calefacción hibrida.

Salomé trata de revisar los aparatos, pero en su desesperación y su enorme estrés, dice:

— Yo no sé arreglar esto... tengo que ir por ayuda.

De inmediato, Salomé arropa a su hijo y sale de nuevo de la casa. Y llega a la casa de la vecina del frente, y toca su timbre varias veces.

En ese momento, Recaba abre la puerta y se sorprende al ver a su vecina en su casa, y le dice:

— Hola Salomé, ¿qué haces a esta hora fuera de la casa y llevando este frio tan fuerte?

— Hola doña Rebeca, es que se me presento un problema en la casa y necesito ayuda.

— ¿Qué tipo de problema?

— La calefacción de la casa está fallando y no sé cómo arreglarla. Y Jorge todavía no ha llegado.

— Espera un momento.

— Bueno.

Rebeca entra a su casa y le dice a su esposo, quien está viendo televisión:

— Robert, la vecina necesita tu ayuda.

— Rebeca, no ves que estoy viendo televisión.

— A la vecina se le acaba de dañar la calefacción, ¿acaso quieres que ella y el niño mueran de frio?

De inmediato, Robert apaga el televisor y se pone su chaqueta y coge sus herramientas, para luego salir a la puerta y decirle a Salomé:

— ¡Vamos!

En ese momento, Robert y Salomé pasan la calle. Cuando Rebeca también se pone una chaqueta y un gorro. Y va a la casa de Salomé.

Después de unos minutos en el aparato, Robert logra reparar la calefacción de la casa, y le dice a Salomé:

— ¡Ya está!

Salomé sonríe un poco, y le contesta:

— Muchas gracias.

Rebeca le expresa a Salomé:

— Cualquier cosa que necesites no dudes en llamarnos.

— Bueno.

Robert guarda sus herramientas, y le expresa a Salomé:

— Se supone que todo esto esta nuevo y no debería de fallar, mañana con más paciencia le echaré otro vistazo.

Salomé le da la mano a Robert, diciéndole:

— Fue un honor en conocerlo.

— Lo mismo, nos vemos mañana.

Rebeca también le dice a Salomé:

— Hasta mañana, y espera a tu esposo con paciencia.

— Eso trato...

En ese instante, Rebeca y Robert pasan la calle, la cual ya está totalmente cubierta de nieve. Cuando Salomé ve que Robert se devuelve.

En ese momento, Salomé no deja llegar a Robert, y le dice:

— ¿Se le quedo algo?

— No, es para decirte algo de la fuerte nieve que está cayendo, como vienes de otra parte de pronto no sabes.

— Ah, ¿y qué es?

— Necesitas tener una pala.

— Si, creo que hay una.

— Salomé, como está muy fuerte la nieve, tendrás que sacar la nieve de la entrada de la puerta, por ningún motivo puedes dejar que esta selle la puerta porque es grave.

— Entendido.

— Bueno, ahora si ya me voy.

— Gracias.

Salomé cierra la puerta y se pone a buscar la pala, mientras al mismo tiempo le vuelve a marca a Jorge.

Salomé mira el teléfono, y dice:

— No lo puedo creer, esta apagado... Jorge, ¿porque me estás haciendo esto?

Salomé encuentra la pala y antes de salir al andén, entra a ver a Miguel, el cual sigue dormido.

En ese instante, Salomé abre la puerta del frente y le hace caso a Robert. Y con la pala limpia el frente de la casa. Haciendo un camino hacia la calle, la cual también está desbordada de nieve.

Salomé entra a casa y se prepara algo bien caliente, mientras también le calienta comida a su hijo.

10:03 pm, con su hijo en sus brazos, Salomé se levanta del sofá y va a su habitación y acuesta a su hijo en su cama, y enciende el televisor para no seguir pensando en Jorge.

11:45 pm, Salomé se queda dormida viendo televisión. Cuando siente un frio que recorre todo su cuerpo y se levanta inmediatamente, y dice:

— No puede ser, o través se dañó la calefacción.

Salomé a ropa bien a su hijo y se levanta de la cama a ver lo que paso. Y trata de arreglar la calefacción, pero no puede.




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