Lorena se sonríe un poco y ve a Miguel coger unos juguetes de una mesa. Y luego mira a Salomé, y le dice:
— Aclara tu mente prima, necesitas pensar lo que vas a hacer.
— Si, me toca que dejarlo ver al niño...
El día siguiente, Salomé cambia el lugar de encuentro con Jorge y se reúnen en un parque.
En ese instante, Jorge carga a su hijo, y le expresa:
— Pero qué gordo y guapo estás Miguel, te sentó muy bien el viaje.
Salomé se sienta en una de las sillas largas que hay en el parque, mientras Miguel se siente feliz y abraza a su padre. Haciendo que Salomé por dentro sienta bastante nostalgia.
Después de unos minutos de jugar con su hijo, Jorge se sienta al lado de Salomé. Y le entrega el niño, diciéndole:
— Estás muy hermosa.
— Gracias.
Salomé le dice a su hijo:
— ¿Ya quieres irte a casa? Si, sí.
Jorge le dice a Salomé:
— ¿Te acuerdas cuando recién nos casamos?
— Ya no.
— Éramos tan felices en esos tiempos.
Salomé se levanta de la silla, y le dice a Miguel:
— ¡Despídete de papá!
Jorge le da un beso a Miguel en su mejilla derecha, y le dice a Salomé:
— ¿Cuándo lo vuelva a ver?
— Estamos en contacto... pero...
— ¿Qué?
— Espera, en estos días voy a estar de viaje con mi pareja.
Jorge siente un terrible ardor en su corazón, y luego le expresa a Salomé:
— Cuando llegues de viaje hablamos.
— Bueno, así quedamos.
En ese instante, Salomé se va a coger un taxi, mientras Jorge va detrás de ella.
En ese momento, Salomé se detiene en el paradero. Cuando ve que se le cae un papel a un señor, y rápidamente le dice:
— ¡Señor! ¡Señor!, se le ha caído un papel.
De inmediato, el Señor se da vuelta y recoge lo que se le cayó, y le dice a Salomé:
— Muchas gracias jovencita. Se me había caído la lotería.
— Tenga más cuidado.
— Si, la voy a tener, pero déjeme decirle que usted es una persona muy buena.
El señor parte el billete de lotería por la mitad, y se lo da a Salomé. Cuando está le dice:
— ¿Qué hace? ¡Esto es suyo!
— Si no fuera por usted, yo había perdido todo, así que recíbalo.
— Bueno, muchas gracias señor.
— Guárdalo bien, porque hoy vamos a ganar.
— Que Dios lo oiga.
En ese momento, el Señor se despide de Salomé y se va de ese lugar, mientras Jorge espera a que Salomé suba a un taxi. Para luego seguirla hasta dónde viven...
Barrio Rosales, Salomé entra a su casa y pone a caminar a Miguel por la sala. Cuando escucha el timbre de la puerta.
De inmediato, Salomé mira la puerta, y piensa:
"¿Será que es Nicol?"
En ese instante, Salomé abre la puerta. Cuando ve a Jorge, y le dice muy furiosa:
— ¡¿Estuviste siguiéndome?!
— Estoy sorprendido. ¿Cómo recuperaste la casa?
Salomé se calma un poco, y le responde:
— Gracias a Dios y a un ángel que me mandó... la estoy pagando.
— Si, eso veo, está muy bonita la remodelación.
— Jorge, no quiero que vengas a molestarme.
— Esa no es mi intención, pero debes saber que yo voy a luchar por ti y no me importa que estés con alguien, yo te amo. Y voy a luchar por tu perdón.
— ¿Ya acabaste?
— No, ¡pues yo sí!
De inmediato, Salomé le cierra la puerta en la cara a Jorge, pero este pone su frente en la puerta. Y luego sus dos manos también, y le expresa a Salomé:
— Nunca te olvides que tú fuiste mi primera mujer. Y lo seguirás siendo.
Salomé se acuerda de la primera vez que estuvo con Jorge e intenta abrir la puerta, pero se arrepiente y se va a la sala. Y se recuesta en el sofá.
Horas después, Salomé enciende la televisión en el canal dónde están anunciando los números de la lotería, y dice:
— No es muy común ese número... uf, ni para que veo el billete de lotería.
De un momento a otro, Salomé le entra la curiosidad y busca la lotería en su bolso. Y al ver que tiene los mismos números que los que están en la televisión. Pone su mano derecha en su boca, diciendo:
— ¡Soy rica!
Un mes después, con ayuda de sus padres, Jorge hace lo imposible para recuperar el amor de su esposa. Y en dónde está Salomé aparece con flores y múltiples cosas, pero Salomé lo rechaza siempre.
Emily llega al país junto con su pareja e hijo. Y Salomé los recibe haciendo una gran reunión junto a su abuela y demás familia. Cuando Jorge aparece inesperadamente. Y se arrodilla ante ella con un anillo muy bonito, diciéndole:
— ¿Quieres volverte a casar conmigo?
Salomé mira todos. Cuando Jorge ve al hombre de la camioneta, y dice:
— No importa que él esté aquí, voy a morir de amor si no me dices que sí... yo estoy muy arrepentido.
De inmediato, Salomé se conmueve de Jorge, y le dice:
— Este hombre es el hijo del que me ayudó en el banco y solo somos amigos.
Sorprendido, Jorge le dice a Salomé:
— ¿Es en serio?
En seguida, el joven le da la mano a Jorge, diciéndole:
— Hola, yo soy Antonio González.
— Hola, yo soy Jorge.
— Salomé me ayudó con unos consejos muy buenos, cómo mujer, yo me había separado con mi esposa y ella me ayudó. ¡Es una buena mujer!
Salomé se sonroja, y le dice a Antonio:
— No es para tanto.
— Claro que sí.
Jorge se sonríe un poco al escuchar eso, y le vuelve a decir a Salomé:
— ¿Quieres casarte de nuevo conmigo?
— Tú eres un hombre que no acepta que una mujer gane más que tú. Los tiempos han cambiado.
— Ya aprendí mi lección. Y no volveré a ser el de antes, eso te lo prometo.
Emily mira a Salomé, y le dice con la mirada que lo acepte.
En ese instante, Salomé mira Jorge, y le expresa:
— Sí, acepto volverme a casar contigo.
De inmediato, Jorge se levanta y carga a Salomé. Y le da un beso dando varios giros mientras todos aplauden.
Editado: 23.03.2023