La vida sucede (lih #1)

Capítulo 25: Momento perfecto.

Toda la mañana del día siguiente, Lexie la pasó en la consulta de Gianluca mientras él tomaba una muestra de médula ósea de Cielo mediante un procedimiento llamado aspiración, para luego enviarlo al laboratorio y que hicieran una biopsia, tras la cual sabrían con exactitud lo que está pasando. La pequeña había sido nuevamente muy valiente ya que ese examen era bastante doloroso. 

—Los resultados pueden demorar entre una semana a un mes —dijo el médico mirando a una preocupada Lexie—, intentaré que lo tengan lo antes posible pero no puedo prometer nada, todo depende de ellos. 

—Gracias —ella lo abrazó con fuerza, como si su vida dependiera de ese gesto—. Tengo tanto miedo, Gianluca. No quiero que le pase nada.

—Tranquila, no te adelantes. Puede que no sea nada, esperemos a ver qué dicen los resultados.

Él la siguió abrazando e intentando tranquilizar, mientras la pequeña estaba entretenida con algunos juguetes que habían en la consulta e ignorando completamente lo grave de la situación.

Por la tarde, Lexie canceló todas sus horas y luego de ir a dejar a la pequeña a casa de Mary para que la cuidara se encerró en su oficina y rompió a llorar. No lloraba desde la última vez que había discutido con Nick pero esa vez todo era mucho peor, no podía soportar tan solo la idea de que a su pequeña le pasara algo, por más mínimo que fuera, eso quebraba por completo a la guerrera en que se había convertido a lo largo de los años.

Gianluca, aunque no la conocía hacía mucho tiempo sabía lo afectada que estaba así que después de asegurarse con Savannah que no tenía más pacientes, se dirigió a su consulta pero al tocar la puerta no recibió respuesta por lo que se preocupó y entró sin esperar nada más. La encontró sentada en el sillón hecha un ovillo y llorando, ni siquiera tuvo tiempo de pensar antes de dirigirse rápidamente donde ella y abrazarla. Ella continúo sollozando, aferrada a sus acogedores brazos,  en ese instante se sintió más apoyada que nunca.

—Si a Cielo le pasa algo, te juro que no podría soportarlo —entre sollozos mientras él le acariciaba el cabello, Lexie le confesaba su mayor miedo. 

—No te angusties antes de saber qué pasa, puede que no sea nada grave.

—No puedo evitarlo —se dio un momento para intentar controlar su respiración—, de solo saber que está sintiendo dolor, me siento tan inútil al no poder hacer nada para que esté bien.

—No eres inútil y con los medicamentos que le receté no sentirá ningún dolor más. Pronto sabremos qué es lo que pasa y podremos curarla. Confía en mí. 

—Sé que un médico no puede prometer a la familia de un paciente que todo estará bien, pero tú, como Gianluca, ¿puedes prometerme que no me dejarás sola cuando sepa el resultado de los exámenes?

Lexie no solo estaba triste por no saber que pasaba, sino que también sentía un nudo en la garganta y una opresión en el pecho que la hacían sentir que algo malo pasaría. Y para su mala suerte, su «sexto sentido» nunca se equivocaba.

—Ni cuando sepas el resultado, ni cuando Cielo ya esté bien te dejaré sola. Vine para quedarme a tu lado, preciosa, pase lo que pase. 

En medio de las lágrimas, una sonrisa se asomó en el rostro de Lexie y ya no pudo soportarlo más; necesitaba tenerlo cerca. Sin darle tiempo para reaccionar, pegó sus labios a los de él y se perdió en ellos, Gianluca no tardó en continuar el beso y profundizarlo. Era tan poco el tiempo que había pasado desde que se conocían, pero tantas las ganas de unir sus labios que daba la sensación que llevaban años esperando ese momento. Sus lenguas se encontraron y comenzaron a danzar en perfecta sincronía mientras algunas lágrimas seguían cayendo de los ojos de Lexie.

Se separaron, lo suficiente como para poder tomar un poco de aire y al mirarse comenzaron a reír, al fin el momento tan esperado había llegado y ni siquiera lo habían planeado pero es así como se suponía que debían ser los mejores besos, espontáneos. La siguiente vez fue él, quien tomó la cara de Lexie con firmeza y la volvió a besar.

Hacía tanto tiempo que ambos no sentían algo parecido a lo que estaban sintiendo, Lexie no sentía ese nerviosismo del primer beso desde que tenía quince años ya que no había besado a nadie diferente desde entonces, a excepción de Tyler pero los labios de Gianluca eran un lugar totalmente desconocido para ella y no quería alejar los suyos nunca de ahí. Por su lado, él no había besado a nadie desde la muerte de su esposa tres años atrás y nunca se había encontrado interesado por otra mujer hasta que Lexie le cayó del cielo, nunca había sentido esa necesidad de probar sus labios hasta que ella apareció en su vida.

Tal vez no era el momento perfecto para un primer beso, con ella llorando por su hija pero no existe un momento perfecto para los primeros besos, siempre ocurren cuando menos te lo esperas y terminan sorprendiéndote.

—¿Algún día podré agradecerte todo lo que has hecho por mí? —dijo ella cuando se separaron por segunda vez—. Me siento muy mal por cómo te traté cuando nos conocimos.

—Ya te he dicho que no hay nada que agradecer, solo déjame ser parte de tu vida —le sonrió con sinceridad y luego añadió—. Aunque si me agradeces con más besos como ese no me quejaría para nada.  

Lexie soltó una pequeña carcajada y él la imitó antes de volver a besarla con determinación, estaba decidido a no dejarla a ir, ni ese día ni nunca. 

***

Habían pasado tres horas desde que Lexie volvió al departamento con sus hijos, ya se sentía un poco más tranquila al ver que Cielo no presentaba ningún dolor y luego de acostarla, decidió darse un baño de tina para relajarse un poco. A pesar de tener los ojos aún llorosos, la sonrisa no se la quitaba nadie y cuando cerraba los ojos podía volver a sentir los labios del médico sobre los suyos, con esa imagen en su mente, se sumergió en el agua. 

Gianluca por su parte, con la misma sonrisa de adolescente fue a la clínica ya que daban de alta al su hermana y a su sobrino. Giovanna notó algo extraño en su hermano y se imaginó que todo eso debía ser por Lexie pero solo por ese día decidió no molestarlo, le gustaba mucho que su hermano volviera a sonreír de esa manera ya que no lo hacía desde hacía mucho tiempo. 




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