La vidente

El Guardia

一¡Vamos! ¡Una vez más, Arlet! 

La voz de Melania suena con fuerza. Llevamos un mes de entrenamiento. He de decir que he mejorado bastante en combate, soy más rápida y fuerte a como llegue. Melania y yo nos hemos vuelto cercanas y el rencor por Areu es una de las razones. Eros, bueno, es un gran niño, en Montenian no había convivido mucho con él pero en Calion es otra cosa, Eros es tan tierno y ocurrente que me saca risas cada dos por tres... lo cierto es que en Calion he descubierto lo que se siente pertenecer a una familia después de mucho tiempo, incluso el Emperador Lisandro ya me ve como un miembro de su familia y me trata como tal. Pero no desaparece esa sensación de vacío cada vez que pienso en mis padres. 

Doy una vuelta más en la pista y me detengo abruptamente, la sensación electrificante que recorre mi cuerpo antes de aparecer una visión se hace cada vez más intensa. No he tenido una desde que salí de Neartom gracias a los gemelos y Melania, tal parece que solo vienen cuando se les da la gana. 

Mi cabeza empieza a dar vueltas y la imagen comienza a aclararse, es la frontera de Calion, a lo lejos se ve un ejército de trajes azules como los de Montenian. Son veloces y rápidamente traspasan el territorio, matando inocentes a su paso, llegan a la entrada del Palacio y se adentran hasta el despacho del Emperador, matando a los guardias que custodian la puerta. Melania y yo estamos en el despacho con el Emperador y es el propio Areu quien mata a Melania, luego al Emperador y se detiene frente a mí, con una sonrisa sádica en los labios y finalemente, me clava una daga en el pecho. 

La visión comienza a desvanecerse y me encuentro con una asustada Melania gritando mi nombre mientras me zarandea con fuerza. Mi boca solo puede articular las palabras de: Areu viene en camino y sale corriendo conmigo en brazos al despacho de su padre, quien manda duplicar a los soldados y guardias en Calion para evitar que pasen. Mientras tanto nosotros nos resguardamos en un buque. Eros está abrazado fuertemente a su madre, El emperador consuela a la princesa Zenda y yo me mantengo acurrucada en una esquina observando a las guardias que nos cuidan. Ahí está el joven guardia, cuyo nombre me enteré que es Erick ya que se lo pregunté misma el otro día que lo encontré en Palacio.

Han pasado unas horas, los guardias nos mantienen informados que pudieron prevenir el ataque y que hicieron retroceder las filas de Areu pero que no están completamente seguros de que se hayan marchado. Dicen que probablemente queden unos escuadrones a la espera de poderse infiltrar esta noche. 

Después de meditarlo un poco, los guardias deciden que ya podemos retirarnos a nuestros aposentos pero que habrá un guardia presente fuera de la habitación y en mi caso uno dentro para que se asegure de que no me ataquen dentro. Se supone que me cambiaré en el baño y las doncellas me ayudarán pero tan pronto esté lista, volveré a mis aposentos y el guardía entrará.

Es absurdo, pero Melania insistió en ello para que estuviera segura. Yo le dije que con que los guardias estuvieran a fuera bastaba pero ella dice que si me noquean, los guardias no se enteraran hasta que las doncellas aparezcan y probablemente yo ya esté muerta. Lo que me consuela un poco es que el guardia que esté dentro debe ser mujer. En cuanto deje los aposentos un guardia me seguirá todo el tiempo y en mis entrenamientos con Melania al menos cinco estarán presentes. 

Comenzamos a retirarnos, yo llevo a Erick a mi costado. Su semblante es serio como la mayoría del tiempo y su vista está clavada en el frente, así que aprovecho para observar sus rasgos. Sus grandes pestañas que enmarcan sus bellos ojos azules. ¡Rayos! No he podido sacar esos hermosos ojos de mi mente. Son tan profundos que cuando me miran siento que me desnudan el alma, me hacen sentir perdida y por alguna extraña razón me gusta esa sensación que provoca en mi. Supongo que notó mi mirada porque giró su rostro y se detuvo cuando llegamos a la puerta de mi habitación. 

一¿Qué estás haciendo?一 su voz es profunda pero fría. No sé si es porque está en horas de trabajo o simplemente está de mal humor por lo que ha ocurrido con Areu, o no lo sé.

一No sé. Solo quería ver tu perfil, no entiendo porque las doncellas hablan mucho de tu belleza pero... no eres tan apuesto como ellas dicen一. Luego de decir eso, tomo el picaporte y abrí la puerta. Estoy apunto de entrar cuando sostiene mi brazo y me hace girar.

一¿No soy tan apuesto? O sea que consideras que si lo soy pero no tanto一 me dedicó  una sonrisa un tanto arrogante que hace que mi corazón brinque. Se ve tan apuesto así, quisiera poder besarlo pero alguien nos podría ver o él no correspondería, así que mordiendo interiormente mi labio meneo la cabeza negando. Mi piel quema donde su mano sujeta mi brazo, pero trato de ignorar esa sensación. 

一Considero que hay mejores...

一Pero ninguno como yo一, se acerca cada vez más a mi, puedo sentir su respiración, mi cabeza está inclinada un poco hacia arriba para poder mantener el contacto con sus ojos, Cada vez está más cerca, su mano ya no está en mi brazo sino en mi cintura, atrayendome a él, sus ojos se despegan de los míos para bajar a mis labios. Eso hace que instintivamente yo los lama. Dejo de respirar por unos segundos, sus labios a unos escasos centímetros que muero por atravesar pero que aún no reúno el valor para hacerlo. Y entonces se separa. Sonriendo triunfante. Mi corazón sigue latiendo aceleradamente, la distancia que se separó no es tanta así que me importa un comino y lo agarro de las solapas de su traje de guardia para atraerlo a mi y besar sus labios.

La sensación es suave, placentera.  Y tan pronto como nuestros labios hacen contacto él corresponde haciendo que mi corazón brinque otra vez. Nuestras bocas danzan en una coordinación única, me hacen vibrar. Sus manos están sobre mi cintura, pegándome a él y mis manos han dejado sus solapas para posarse en su cabello y jugar con él. Finalmente nos separamos, la respiración de ambos es agitada, pero no importa, eso ha sido maravilloso. El calor llega a mis mejillas y él sonríe por eso. Se aleja más de mi y me da una dulce sonrisa. Se escuchan pasos y yo entro a mi habitación, cerrando la puerta y recargo mi espalda en ella. 



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En el texto hay: amor apasionado, guerra y sangre, visiones y pesadillas

Editado: 04.06.2019

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