La vidente

¿Erick?

Silas ha hecho que los entrenamientos con Melania sean suplantados con él, según porque Melania tiene asuntos de Estado que resolver y él no tiene su agenda ocupada con reuniones o cosas como esa, que Melania si tiene. Ella no puso objeción pero si me guiñó un ojo dejándome a solas (sin contar a los 5 guardias) con Silas. Él me ha arrastrado todos los días para entrenar; ¿la rutina? No, él no tiene una rutina establecida como Melania. Lo único seguro con él es: nada es seguro.

Areu no ha hecho ningún movimiento, lo cual parece hasta cierto punto preocupante. Lo conozco, conozco a mi hermano... No, él no es mi hermano, lo he querido toda mi vida como uno pero lo cierto es que nadie puede ser capaz de hacerle daño a su propia familia, y aunque Areu no llevara mi sangre, yo lo podria seguir queriendo, la cosa es que ya no puedo. No voy a permitir que me siga lastimando es absurdo amor que le tengo. El amor en sí no es absurdo pero con él, si lo es. ¿Cómo pudo hacer todo esto sin sentir una pizca de remordimiento?

Lo odio. Lo odio tanto.

Gracias a él perdí a mis padres, perdí mi hogar, perdí mi vida, perdí todo...

一... ¿Me estás escuchando, Arlet?一 vuelvo en sí de mis pensamientos, Silas me mira atentamente, esperando por mi respuesta. Yo solo bajo la cabeza avergonzada. Silas suspira y comienza a explicarme todo de nuevo. Al parecer el Emperador ha decidido que debo comenzar a desarrollar mis habilidades con las armas, sean de fuego o afiladas. Silas se ha ofrecido a ayudarme en eso, pues él, su hermana y Melania han aprendido estas técnicas toda su vida y "será de mucha ayuda para la guerra" palabras de él.

Guerra. Esa simple palabra es todo. Es la razón de que yo esté en Calion, la razón por la que perdí a mi madre y la misma razón por la que tengo que vencer a Areu y recuperar la paz que tanto Montenian, Calion e incluso Neartom se merecen. Ya hemos pasado por mucho, hemos perdido a tantas vidas inocentes, tantas  personas que no tenían la culpa de las ambiciones de sus líderes, por eso es que accedí a todo esto... porque tengo fe en que después de la tormenta viene la calma.

Entrenamos un poco, primero puntería con arco (que resulta ser más complicado de lo que parece), luego un poco de práctica con cuchillos y antes de terminar Silas saca una pequeña pistola. Mis manos tiemblan al tocarla pero Silas se para detrás de mi y me enseña cómo sostenerla.

Todo con él parece más fácil.

Una persona se hace presente en el campo de entrenamiento donde Silas y yo hemos entrenado el día de hoy. Me giro encontrándome con Erick quien tiene el semblante serio al que me he acostumbrado esta última semana. Me ha estado evitando  a toda costa, si lo llego a encontrar simplemente me ignora, tal y como cuando nos conocimos. Es extraño, repaso nuestro ultimo en mi mente todo el tiempo buscando respuestas a preguntas que me atormentan ¿qué hice mal? ¿Dije algo inadecuado? ¿Acaso ya no le intereso? ¿Solo juega conmigo? Pero no encuentro las respuestas. Recuerdo la suavidad de sus labios, la agilidad en que los movía sobre mi boca, las veces en que bajó por mi cuello, haciéndome sentir maravillosamente. Llegué a pensar que sentía lo mismo que yo, que no estaba fingiendo nada. Lo cierto es que ya no sé qué creer. Dice que lo va intentar y luego me aparta tan abruptamente.

Trato de buscar su mirada, observó su rostro buscando una señal, algo que delate que me extraña pero no encuentro nada. Abro la boca para decir algo pero Silas lo hace por mi. Todo lo que vino a hacer Erick aquí fue para avisarme que Melania me busca. Ni siquiera me mira, solo dice eso y se va. Yo miro su espalda mientras se marcha, su espalda tensa, sus músculos contrayéndose con cada movimiento, y no sé por qué todo en él me parece tan jodidamente sexy.

Silas toma mi mano para sacarme del trance. Sus ojos ámbar tan intensos sobre mi, hay tantas emociones que no las puedo distinguir todas, son tan abrumadoras que me atrapan. Él siempre es fácil de leer para mi, no como Erick. Y no sé por qué sigo pensando en él. Melania me llama y tengo que ir, Silas parece querer decir algo pero cuando no lo hace me marcho. Todo es tan confuso.

Melania me espera en la biblioteca.  Y ahí me dirijo. Por mi cuerpo aparecen los impulsos eléctricos que me recorren e inmovilizan por momentos, no han aparecido y eso me preocupa. Algo de lo que me he dado cuenta es que cada vez que pasa, se expanden. Es como si el perímetro en el que se desarrollan fuera más amplio cada vez y eso me asusta. Ya no solo se trata de mi, sino de las personas que me rodean. El tiempo en el que aparecen, relacionados con el tiempo en el que pasan después es mayor.

He entendido que si algo está destinado a pasar ocurrira, puede haber diferentes posibilidades pero todas se desarrollan en un evento determinado que inevitablemente pasará aunque quiera evitarlo. Eso ocurrió la última vez. Areu iba a cruzar una gran parte del territorio de Calión y aunque fue detenido antes de llegar al Palacio, ocurrió. Las personas en las periferias murieron. Civiles, decenas de civiles murieron al paso de Areu.

En esta visión veo a Melania llorar la muerte de Zenda, no sé cómo ocurre solo sé que lo hace. Melania sostiene el cuerpo de su hermana contra su pecho y yo estoy a su lado. Hay una carta, sin duda de Areu y encuentro en ella que me culpa por la muerte de la princesa. No entiendo cómo ni por qué. Tampoco sé si esto ocurrirá hoy, mañana, o en una semana.



#18681 en Fantasía
#3942 en Magia
#26485 en Otros
#3800 en Acción

En el texto hay: amor apasionado, guerra y sangre, visiones y pesadillas

Editado: 04.06.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.