Unos golpes en la cara le devolvieron la conciencia, al intentar incorporarse con ayuda de sus manos del suelo, notó que las tenía atadas con una cuerda y trato de soltarse.
¿Así me pagas que salvara tu miserable vida? ¡Convirtiéndome en tu prisionera! —reclamo furiosa.
La cara de Mealla mostró una seriedad que la asusto e hizo que reculara hacia la piedra en que la apoyó.
Para empezar eres una maga del clan Plamig, tus cabellos plateados te delataron al dañarse esta pulsera de tu muñeca —informó al mostrarla— Esperas que confíe en ti, ¿tras lo que causasteis? —recriminó al clavar su mirada en ella.
Azyni intento intervenir, pero continuó en un tono todavía más ofendido.
La oscuridad que nos rodea, es obra de vuestras malas artes —añadió.
Consciente de que sería mejor para ella, ahora mismo no incidir en ese segundo punto, se limitó a aclarar el primero.
Por eso, mi intención era una aproximación más discreta en un principio, antes de tener que cambiar mis planes, por salvarte la vida. También me dirijo a Imathaes a ese consejo elfico, allí estaba previsto que nos hubieran presentado —informó a la mujer— Soy una aliada como te avance antes, es absurdo que me mantengas prisionera —terminó diciendo.
Eso se verá, al llegar allí, Azyni —avanzó al ponerla en pie— Por ahora seguirás siendo mi cautiva. ¡Por más que te agradezca la ayuda que me ofreciste! —concluyó Mealla.
¡De nada!, a cambio tan solo te pediré que me respetes —solicitó ella.
¡Tienes mi palabra! Me convenzáis o no, tras lo que me tengáis que decirme —contestó de inmediato— Incluso me resistiré a tus encantos, ¡por muy guapa que seas! —terminó concluyendo.
Lo ultimo dejo confundida a la maga, por unos segundos, antes de reponerse.
¿Y qué planeas hacer conmigo si no nos crees? —planteó la mujer.
Quedarás bajo el cuidado de los elfos y regresaré a mi aldea —escuchó para su sorpresa.
No es que quiera tentar a la suerte, ¿pero a que debo ese cambio de opinión sobre mí? —demandó intrigada.
Tardó en responder, se cargó la mochila y la agarró del brazo para que iniciaran la marcha. No la obtuvo, hasta pasado cerca de un cuarto de hora, y cuando no la esperaba.
No me fiaré de ti, por lo que te diré a continuación. ¡Ten eso bien presente! —comenzó— Tanto la vieja profecía, como las historias que nos llegaron del comienzo de la oscuridad, se habrán tergiversado. Tú eres una descendiente de las que pudieron causar el mal, ¡es por eso que no te llevaré a mi aldea y expondré ante los míos! —concluyó.
Eso me reconforta, Mealla. Me hace albergar esperanzas, de que al menos, estés dispuesto a dar una oportunidad a lo que te diremos —comentó aliviada por la contestación.
La piedra candela de Mealla gano en intensidad y se amplió el perímetro que abarcaba, haciendo huir despavoridos a varios monstruos que los acechaban entre las sombras. Este, consciente de quién podía ser capaz de tal efecto, desenvaino la espada en el acto.
¿Es algún tipo de truco para llamar la atención de amigos tuyos? —preguntó al amenazar con ella a la maga.
Ha sido un gesto de buena voluntad por mi parte, ¡que esperó sepas apreciar! —expuso Azyni— Nosotros creamos esas piedras, y es evidente, que vuestros magos no son capaces de explotar todo su potencial. ¡Por suerte! —agrego para finalizar.
¿Sigues siendo mi cautiva o tus poderes te permitirían liberarte de tus ataduras? —preguntó Mealla inquieta.
La maga lo miro consternada por unos segundos, antes de forcejear con las cuerdas con fuerza.
¡¿Responde eso a tu pregunta?! —exclamó enojada— ¡Si no fueras tan importante para el futuro de Mystidia!, hubiera dejado que te mataran esos magos oscuros —terminó diciendo.
Sin estar convencido del todo, envainó su arma. Y la observó con expresión curiosa por sus últimas palabras.
Mi amigo elfo, Volodar, también dio a entender algo parecido. Y aludió a la vieja profecía, que ha pasado de generación en generación.
Y se la recitó a continuación:
LA OSCURIDAD ARRASARÁ LA TIERRA Y EL MAR, CAUSANDO ODIO Y DOLOR AL DESCENDER SOBRE NOSOTROS.
HASTA EL REGRESO DE LOS VIEJOS REYES QUE VENDRÁN CON LA TEMPESTAD, DESDE LA ETERNIDAD, EN LOS DOMINIOS DE LA OSCURIDAD.
TU CORAZÓN TE LLEVARÁ HASTA EL REINO OLVIDADO QUE ESTÁ SOLO DENTRO DE TI, ALLÍ EL ELEGIDO LOS PODRÁ INVOCAR.
La conozco, no hacía falta que me la recordaras —esgrimió Azyni.
Lo que ignoras, es que perdí por ella a mi padre, al creer que era su deber hallar ese reino olvidado. Mi madre y yo lo esperamos por días, hasta asumir, que nunca regresaría —informó— Eso la dejó desolada y sin ganas de vivir, falleció un año después y me criaron mis abuelos paternos —culminó diciendo.
Lamento tu perdida, Mealla. Intente advertir a tu padre, en una ocasión, pero fue imposible hacerle ver que aún no era el momento adecuado para que se cumpliera. Su testarudez le costó la vida —dijo la mujer.
El explorador de las tierras oscuras, adopto una pose seria al momento, y se acercó a su prisionera.
Si me llegó a enterar de que tú o alguno de los tuyos, tuvo algo que ver con su muerte. ¡Nada ni nadie, impedirá que hunda mi espada en tu corazón! —amenazó al estar junto a ella.
La maga, sin dejarse intimidar, no tardó en responder.
Puedes torturarme, si lo consideras necesario para confirmarlo. ¡Ahora me tienes a tu merced! —la animó Azyni— Aunque eso solo demostrara que eres, ¡igual de bárbara e ignorante que el resto de los tuyos! —espetó envalentonada.
Editado: 23.05.2024