La Villana

U N O

 

Jade

- Señorita, ya debe levantarse, su padre la espera para desayunar.

- Si, si...dile que con mucho gusto bajo -dije con sarcasmo, él ya sabe que odio que almorcemos todos juntos y que odio tener que seguirles la corriente de la perfecta famila que creen o quieren dar a entender que somos.

Cómo puede ser perfecta una famila conformada por mi padre, su amante, mi supuesta hermanastra y por último yo? Já...que chiste de familia.

Hoy es sábado y, como cada fines de semana, nos reunimos en la mesa para disfrutar del desayuno todos juntos.

Si ellos de verdad quisieran que disfrute de mi comida entonces me dejarían desayunar sola, pero como les gusta estropear mi vida, pues aquí estoy, sentada, alado de personas que, estoy segura son consientes de mi rechazo hacia ellos, pero yo sé que es algo mutuo.

- Mami, me pasas otra tostada por favor?

Esa es mi tierna hermanita Anna, y nó, no es algo bueno que yo crea que ella es tierna, ¿Por qué? Pues porque yo odio todo lo estúpidamente tierno.

- Claro hija.

Esa es mi madrastra, Sandra, es esposa de mi padre hace cinco o seis años, no me acuerdo pero bueno, ese no es dato relevante. Dije que eran amante de mi padre porque es la verdad, aunque con el tiempo se convirtió en su esposa, para mí sus inicios la marcarán siempre.

Mi padre, James, engañó a mi madre alrededor de once años. Lo sé, es terrible. De hecho a mi madre le diagnosticaron cáncer cuando yo tenía tres años y murió cuando tenía once años. Y en ese mismo día me enteré de todo lo que mi padre se había esforzado por ocultar.

A mi hermanastra Anna la conosco desde que era una bebé, ambas tenemos ahora dieciséis años; mi madre quedó embarazada de mí al mismo tiempo que Sandra de Anna.

Sandra era nuestra vecina en ese tiempo, y Anna y yo crecimos juntas, siendo mejores amigas. Claro que nunca me imaginé que mi mejor amiga en realidad era hija de mi padre también, y de que éramos medias hermanas. Era algo que tanto ella como yo ignorabamos.

Anna y yo de niñas siempre hacíamos todo juntas. También tenía otro mejor amigo, Lucas; hijo de unos viejos amigos de mis padres. Hce mucho tiempo que no lo veo, para ser exactos desde que me mudé a Beverly Hill's, que fué poco antes de cumplir los doce años. Me dolió mucho separarme de él y sé que a él también, fue el primer niño que me gustó...y el único; pero ya pasó mucho tiempo, supongo que Lucas ya se olvidó de mí y de todo lo que decía sentir por mí.

- Jade, ¿Me estás escuchando? -mi padre me llama haciéndome volver a la realidad.

- Nó, la verdad es que nó, James -digo levantando me de la mesa- y ya me tengo que ir.

- ¿Adónde vas? Necesito informarte de algo.

- Me voy a la casa de Lola ha ver unas películas y voy llegando tarde...

- Te irás pero primero tengo que comunicarles algo a la familia.

- Pues por eso me voy -digo haciendo un gesto despectivo. No los considero mi familia. Mi familia son mis abuelos y amigos.

- Jade, por favor podrías sentarte?

Y sin más me siento. Espero que lo que me tenga que decir sea importante.

- Recibí una llamada de unos viejos amigos hace una semana, ellos me pidieron de que les hiciera el favor de darle hospedaje a su hijo en nuestra mansión por un tiempo. -prosigue James -ustedes lo conocen -dice esta vez mirando ha Anna y luego se me queda mirándome. ¿Que estás tramando, padre?- Su nombre es Lucas, ¿Lo recuerdan?

- ¡¿Qué?! -decimos Anna y yo a la vez.

Mi padre sonríe mirándome con superioridad.

Así que eso es lo que tramaba, quiere traer a Lucas para recordarme los buenos tiempos; claro que eran buenos porque mi madre y yo no sabíamos de su amante.

Pero ya no soy una niña. Ahora cambié, las cosas son muy diferentes, ya no soy la misma niña ingenua que ignoraba lo que pasaba a su alrededor. Y si James cree que trayendo a Lucas mi actitud hacia él y su familia cambiará, pues está muy equivocado.

Además, hace mucho que Lucas y yo ya no somos amigos, si no nos vemos desde que tenemos once años, por Dios!...

- ¡¿Lucas?! -pregunta Anna, igual de atónica que yo; sin embargo, yo lo disimulo - ¡¿Lucas Mc'Callister?!

Anna también fue muy amiga de Lucas. De hecho, los tres éramos inseparables. Claro que eso fue mucho antes de saber toda la verdad.

- Ese mismo -responde James- ¿Qué opinas de que se quede, Sandra?

- No tengo ningún problema, debe seguir siendo ese mismo niño encantador que conocemos. Además, estoy segura de que Anna y Jade quieren volver a ver a su amigo. -lo dice creyendo que me está haciendo un favor.

- Pues te equivocas. -la contradigo, dirigiéndole una mirada retadora- De hecho, a mi no me interesa éste asunto.

- ¿Que? -me mira una incrédula Anna- Pero Lucas es nuestro amigo, nosotras como sus amigas deberíamos darle un buen recibimiento. 

- Te equivocas, era mi amigo, de niños -aclaro- Ahora es un completo desconocido para mí. Si se queda en esta casa o si nó, me tiene sin cuidado, hagan lo que quieran, me da igual. -escucho el timbre de mi casa, debe ser Dylan- Ahora, si me disculpan -digo levantándome de la silla- tengo una fiés.. digo, una película que ver. Adiós.

Y sin más salgo de la casa, encontrándome a un sonriente Dylan. Al verme salir, me mira de pies a cabeza, analizandome para saber que tal mi día o de qué humor me encuentra.

Dylan es un amigo, solo aclaro. Fue una de las primeras personas que conocí en mi primer día en un internado. Es un chico muy guapo, y él también lo sabe, es por eso que es un mujeriego de primera pero también es un gran amigo, siempre me ha cuidado y apoyado.

- Jade, que ganas de hacerte esperar, vamos hermosa que si llegamos tarde Loli nos mata; bueno, me mata a mí. -me dice mientras habre la puerta de su lujoso auto para que suba.

Me río. Loli es como yo, siempre causando miedo e intimidando a los demás; su hermano no es la excepción. 




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