CAPÍTULO 1

— Pásame la tarea.
— No 
— Que si, venga pásamela.
— No, asla tú 
— Enserio que a tu mejor amiga no le vas a pasar la tarea, no seas cruel Rubí – me miró suplicante.
—  Estás en último año del instituto, dentro de unos meses irás a la universidad, ¿no crees que deberías hacer ya tus tareas?– le pregunté mirándola de reojo.
— Si la hice, pero mi perro se la comió– se encogió de hombros.
 

No pude evitar reírme por lo último. Le dedique una mirada tipo ~enserio no tienes otra escusa~ le pase el cuaderno con la tarea y volví a mi expresión de indiferencia. Gracias a Dios tocó el timbre de salida y todos los alumnos, con sus elegantes y finos atuendos se amontonaron en los pasillos para dirigirse a la salida y subirse a sus ostentosos vehículos. Y si esto es un colegio para personas de fina estampa.

Y ahora te preguntarás, si Rubí Harrison está estudiando en ese instituto haciéndola una más de ellos, ¿ por qué se expresa así?  Bien te cuento, yo no soy de una familia adinerada, mi madre murió cuando yo tenía 6 años, vivo con mi hermano Alessandro, mi padre está en Italia, gracias a qué un amigo le ofreció un puesto en su compañía ahora vive allá y nos manda algo de dinero para mi educación y ayuda a mi hermano a pagar su universidad, el resto lo tenemos que pagar nosotros con nuestros trabajos de medio tiempo.

Otras personas suelen describirse físicamente y moralmente en el primer capítulo, que son así y asa y que les gusta esto y aquello, yo no y lo primero que debes aprender si quieres seguir leyendo mi vida es que soy la excepción de toda regla así que ya me irás conociendo a medida de que sigas leyendo

Volviendo a la realidad un chico me acaba de tirar un capuchino encima, al parecer va distraído con su teléfono. El chico es alto y con un porte elegante como todos los demás pero sin perder su escencia juvenil, cabello castaño oscuro, algunas pecas en su rostro, una piel algo bronceada como uno de esos modelos que suelen aparecer en revistas, todo maravilloso hasta que decide abrir su boca.

— Fíjate por dónde caminas– soltó sin ni siquiera verme a los ojos.
— Mejor fíjate tu por dónde caminas en lugar de estar sosteniendo tu IPhone  metido en Twitter – seguí mi camino hacia mi casa hasta que aparcó un coche al que conozco hasta con los ojos cerrados, era Tom y mi hermano – Rubí sube, Tom nos lleva a casa– dijo mi hermano desde el asiento del copiloto, así que subí sin protestar.

Tom, el típico chico gringo, tez blanca, ojos azules y cabello rubio. Nada de que quejarse en su físico, su cuerpo trabajado en el gimnasio, sin embargo mi hermano no se queda atrás, chico alto, delgado pero con un físico trabajado, ojos verdes al igual que los míos a diferencia de que su cabello es castaño oscuro y el mío es negro.

Me tire en la cama a leer un libro después de darme un baño y comer pizza que mi hermano compro para la cena, seguía bebiendo cervezas con Tom como era costumbre todos los viernes. Ya pasaban de la 1:30 cuando mire mi teléfono, había estado leyendo todo ese tiempo sin parar así que cuando cerré el libro no fue difícil caer profundamente en los brazos de Morfeo.

*****
Me desperté asustada por los gritos de mi hermano cerca de mi oído.

— Rubí, despierta— gritaba desesperado
— Que sucede Alessandro
— Ay unos tipos con pistolas de calibre 32

Al escuchar esas palabras mi corazón dió un vuelco, mi cerebro quedó como computadora ~Reiniciando Windows~ . Al darme cuenta, Kira estaba al otro lado de la cama, pensé que era una broma de ellos dos pero no, ella tenía los ojos cristalinos, con cara de acabar de ver un fantasma o el mismísimo Lucifer, en ese momento en que mi cerebro unió todos los cabos y comprendió la situación unos hombres inrrumpieron en la habitación armados.

¿Iremos a morir tan pronto?


 

Nella

El primer capítulo se que está corto pero no quería que perdiera el toque de intriga y suspenso que creé, el próximo será más largo, si les gustó voten para darme ánimos a continuar con esta historia que apenas comienza