- Rubí - gritó Alessandro quien venía corriendo hacia mi - ¿ Cómo están? ¿ Que le pasó a Chris? - me dió un beso en la frente.
- Tranquilo, estoy bien. Estábamos camino a dejar a Christina a su casa pero comenzó a tener náuseas de nuevo y después se desmayó, así que acudimos rápido al hospital. Kira logró entrar como estudiante de medicina en practica. No sé cómo lo hizo pero está allí con ella.
- Chicos - hablaron Damián y Kira al mismo tiempo. Damián y Leo ya estaban aquí.
- Ay noticias - dijo Kira con emoción. - Alessandro, pasa tu primero.
Alessandro pasó a la habitación, se veía nervioso. Después de unos minutos de silencio se escuchó un grito de Aless.
- ¡ Voy a ser papá!
- ¡ Voy a ser tía! - grité - ¿ Voy a ser tía? - pregunté poniendo mis manos en los hombros de Kira, ella asintió con una gran sonrisa - ¡ AAAH! - Corrí a abrazar a Leonardo que me recibió con los brazos abiertos. Después nos abrazamos todos.
No puedo creerlo, voy a ser tía.
Kira fue a por un café con Damián y yo me quedé sentada al lado de Leonardo en uno de los sillones del pasillo del hospital.
- ¿ Cómo está tú herida? - pregunté jugando con mis dedos.
- Todo está bien pequeña, ahora regreso voy a por algo de agua. - metió las manos en sus bolsillos y se levantó. Una enfermera venía distraída y chocó con Leo haciendo que se callera su bandeja con algunos utensilios quirúrgicos. Leo sacó sus manos de los bolsillos y la ayudó a recoger las cosas pero un papel mal doblado salió de uno de los bolsillos del chico. Leo siguió su camino y yo me apresure a tomar el papel.
Tenía una nota con un gran beso marcado y un número telefónico abajo.
Si vuelves no dudes en llamarme, te estaré esperando con ansias.
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Que significa esto. Es un idiota de primera. Cómo se atrevió a decirme que me extrañaba teniendo este estúpido papel en su bolsillo.
- Pequeña ya estoy aquí ¿ Que tienes en tu mano...? - Sus ojos grises se abrieron como platos y su rostro palideció.
- Tienes tres segundos para explicar que hacía este papel en tu bolsillo - estaba cabreada.
- Rubí no es lo que parece....
Lo interrumpí:
- ¿ Que no es lo que parece? ¿Que es lo que parece entonces? Que mi novio, el chico de ojos grises tan hermosos al que amo guarde el número de otra chica con semejante mensaje. - alcé la voz - dime que crees que puedo pensar. ¡ Dime! - algunas enfermeras se quedaron mirando y otras simplemente se fueron del pasillo, la verdad no me importa lo que piense la gente en estos momentos.
- No es como crees, solo fui a pedir la cuenta y la chica me dió ese papel, solo lo guardé porque no tenía dónde tirarlo en ese momento. Nunca coquetearía con otra chica que no seas tú. - su voz era fuerte y su respiración agitada.- No puedes enojarte por estupideces.
- ¿ Enojo? No es enojo, es decepción y es mucho peor. Porque no te pusiste en mi lugar ¿ Acaso pensaste como me sentiría? ¿ Que harías tú en mi lugar? Te enojarías, quizás hasta le partirías la cara al chico. - mi voz seguía escuchándose encolerizada.
Lenox bajó la cabeza por unos segundos y volvió a hablar - Esto es una estupidez intentar explicarte - pasó sus manos por su cabello azabache desordenado.
- Claro que es una estupidez, no me puedes explicar algo con manzanas cuando deberías explicarlos con huevos.
- Vete al demonio Rubí - Dió la vuelta y se fue alejando por el pasillo hasta que le perdí de vista. Un nudo de coraje y dolor se había atorado en mi garganta. Una lágrima amenazó con salir pero la detuve.
KIRA
Estaba sentada en un banco en el jardín lateral del hospital esperando a Damián que había ido a buscar unos cafés, Rubí y yo nos turnamos para conducir en la madrugada. Este día parece que será algo frío, nubes grises cubren el sol dejando escasos rayos. El viento mueve las hojas de los árboles. Una brisa fría me hace temblar pero unos fuertes brazos rodean mi cuerpo por detrás.
- ¿ Tienes mucho frío? Podemos volver a dentro si quieres. Ten está caliente - Damián me dió un vaso con café humeante. El vaso calentó enseguida mis manos.
- No es necesario - Tomé un sorbo y después me quedé mirando el estacionamiento que estaba al lado. - Mira, ese es Leonardo, parece enfadado - Lo ví subirse a su auto y ponerlo en marcha con prisa - ¿ Habrá pasado algo o se habrá peleado con Rubí?
- No lo se, quizás tuvieron una discusión, eso es normal en las parejas. - bebió de su vaso y se relamió su labio inferior. Me quedé mirando como una tonta hasta que el volvió a repetir lo que hizo con su lengua. Condenado sexy. - ¿ Te gustan mis labios?
No tarde en sentir la sangre en mis mejillas y que el nerviosismo invadiera mi cuerpo - Qu.. Que dices, para nada.... - una risa nerviosa me invadió y para calmarla bebí de mi café. Mala decisión. Me ahogué con el café como una tonta. Damián se rió un poco y tomó mi barbilla con su mano libre mientras limpiaba unas gotas de café con su pulgar, rozando mi labio inferior y mandado un cosquilleo a todo mi cuerpo.
El se quedó mirando fijamente a mi labios. Por instinto empecé a acortar la distancia de nuestros rostros. El hizo lo mismo. Su nariz rozó con la mía y su aliento amentolado chocó con el mío. Repentinamente el quitó su mano de mi rostro y se paró de mi lado alejándose cada vez más.
- Perdón no puedo. - pasó frustrado sus manos por su cabello.
- ¿ Por qué? - dejé mi café a un lado, me pare y di un paso hacía el pero el retrocedió.
- No puedo hacerte esto, alejate de mi. Te amo Kira y no quiero que me odies si me ves perder el control. - Su confesión me dejó sin palabras pero un extraño hormigueo me recorrió las extremidades. Yo también lo amo. Seguí avanzando hacia el. - Kira detente, si sigues avanzando no podré detenerme y en el momento en que te bese serás mía para siempre.
- Damián yo ... - seguí caminando y me detuve a un paso de el - te amo. - El acortó la distancia entre nosotros, tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Un beso húmedo lleno de ansias.