La Villana del Cuento

EPÍLOGO

Los últimos rayos de sol de verano entraban por la ventana y se reflejaban en el colgante con el rubí que me dió mi padre como último regalo.

— ¿ Continuamos otro día?

— No, podemos terminar hoy si no tienes otros planes.

— No se preocupe, como ya dije, todo este tiempo mi única ocupación es escucharla.

— "N" puedes tutearme, llevamos meses reuniéndonos cada tarde.

— Lo sé señora Rubí, pero me parece injusto cuando solo le he relevado la inicial de mi nombre. – Se coloca un mechón rubio de punta gris detrás de su oreja. – Continuemos.

— Después de esa noche, Samuel Di Marco fué llevado a una de las cárceles más seguras del mundo en una isla privada donde por motivos obvios no aparece en los mapas.

— ¿Qué sucedió con Adriano?

— Murió, mejor dicho, yo lo maté. No me siento orgullosa de tener mis manos manchadas de sangre pero prefiero que las demás personas crean que soy una asesina sin compasión y no la chica a la que un hombre le arrebató a sus padres y mascaró a más de 30 personas que tenían familia. Ahora ésta chica es dueña de la agencia más importante contra el crimen organizado en toda Europa.

— ¿Su vida mejoró después de la captura del Di Marco menor y la muerte de su padre?

— Cambió, sí. El cambio siempre no es malo nena. Ahora Florencia es un lugar más seguro para mis sobrinos y mi hija. Mi esposo me apoya en todo y es el mejor padre que le pude dar a Rachel Lenox. Mis sobrinos; Amira Harrison, Dereck Brown, Dilan Di Marco; gracias a ellos la mansión Harrison vuelve a sentirse con vida, sus risas y los ladridos de Hades llenan cada rincón.

— ¿Podría contarme más sobre su esposo, hermano y amigos? ¿Cómo han rehecho sus vidas?

— Leonardo estuvo en recuperación un mes por las heridas y el disparo que recibi. Él y yo nos convertimos en padres de Rachel un año después de capturar a los Di Marco. Recuerdo que tenía miedo de cargar a la bebé. Comentaba que estaba muy pequeña y que tenía miedo de hacerle daño por lo frágil que se veía.

Una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios por el recuerdo.

— Damián y Kira también se casaron y tuvieron a Dereck unos meses antes que nosotros a la pequeña. Ahora Kira es jefa en uno de los hospitales más importantes de la ciudad y trabaja en cubierto junto a su esposo, que junto conmigo y Leonardo dirigimos la agencia. Por otro lado, Alessandro y Amira han logrado superar la muerte de Christina y junto con ellos, todos. Fué una persona que marcó un antes y un después para nuestras vidas. Ahora Aless se dedica a su hija preadolescente y está haciendo un gran trabajo educandola y ha empezado un relación con una chica de nuestro equipo administrativo. Amira como la niña inteligente y educada que Aless se ha esforzado en criar acepta y comprende que su padre rehaga su vida al lado de otra persona con el mayor respeto posible a nuestra Chris. Y se que te preguntarás cómo es la convivencia entre Darién y la familia y te sorprenderá saber que es buena. El rencor no existe. Ambos llevamos una amistad basada en la lealtad. El visita cada domingo la tumba de su padre, que aunque le haya hecho mucho daño a todos sigue siendo su progenitor.

— Yo...

— Se que mi vida no le parecerá relevante a muchas personas, pero se que a tí sí y a un selecto grupo como tú, por algo me buscaste. En tu mirada se ve la ambición por desenterrar misterios de la vida de personas como yo, que resultamos un enigma en ocasiones. Recuerda con esta historia que la vida puede sorprenderte en cualquier momento. Que los cambios no siempre son malos, que los secretos si existen y más en las familias porque son las que más quieren. Recuerda que el amor puede estar detrás de cualquier puerta, o en mi caso, puedes despertar y verlo rondeando tu habitación mirándote con unos hermosos ojos. Mi niña aún eres una chica bastante jóven pero no olvides que tú edad no impide que hagas cosas sorprendentes, sigue descubriendo misterios y enigmas como mi familia, no importa cuántas veces te digan que eso no sirve de nada o que piensen que eres una villana, no les hagas caso, detrás de cada persona se encuentra una historia y junto con ella una enseñanza.

— Gracias por todo, Rubí Lenox Harrison. – Entendió su pálida mano y yo estreché la mía con la suya.

— Te acompaño a la salida, "N".

UN MES DESPUÉS.

— Mamá, te llegó un paquete – Rachel entra al salón y me da la caja que trae entre sus aún pequeñas manos.

Abro el la caja donde se encuentra un libro con el nombre La Villana del Cuento en su portada.
Ya tarde en la noche, recostada en mi cama termino de leer la última frase del libro y más abajo la firma personal de la escritora, una "N"

La chica gira sobre sus talones haciendo que su cabello rubio de puntas grises se ondee por el movimiento – Mi nombre, mi nombre es Nella.
 

Sonrió por el recuerdo de la última vez que ví a la rubia y me dijo su nombre.

— ¿Por qué sonríes, pequeña? – Pregunta Leonardo entrando a la habitación.

— Ten. – Le extiendo el libro y el lo agarra.

— Valla, por fin tenemos el libro en nuestras manos. Espero que me hayas descrito muy guapo.

— Si, esposo mío.

Leonardo se acuesta a mi lado mirando al techo con una pequeña sonrisa.

— ¿Ahora por qué sonríes tú?

— Porque me gusta como suena ese "esposo mío" en tú boca. – En un solo movimiento se gira y toma mi rostro entre sus manos. – Te amo, Rubí.

— Yo también.

— No, así no, parece que lo estás diciendo por compromiso – arruga sus cejas y hace que su mirada se intencifique.

— Te amo, Leonardo Lenox.


 

N.
 


 

 




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