Banderas Rojas….
André la miraba con sorpresa extrañado, pensó <<¿qué te pasó Amelia mientras yo estaba en Miami?>>
—Ya sé que la forma en que te estoy planteando esto es otra bandera roja— dijo Amelia a la defensiva —pero…
—Amelia— le dijo agarrándole el rostro con sus manos — Cálmate, yo solo estudié, lo hago para ayudar a otros, nada más — ella sintiéndose demasiado cómoda con su cercanía, trató de volver al tema en cuestión, esos días él había subido cerca de 10 Reels hablando de banderas rojas de las cuales con la mayoría estaba de acuerdo, pero con otras en parte y en su mente había recreado esa conversación refutando las dudosas a su parecer, pero ahora con él tan cerca en su mente se borró todo argumento.
— Ya sé, ¿pero porque todo tiene que ser una maldita bandera roja? ¡no somos perfectos! siempre vamos a encontrar defectos en los demás. Yo me enamoré de mi esposo en solo tres meses, le encantaba escuchar la música del auto fuerte, no siempre lo hacen para llamar la atención de alguien, a veces las canciones te transportan a otro mundo, te relajan, te divierten y hasta te hacen largar esas lágrimas contenidas. Aún con esas banderas rojas según esos estudios, aún así nos casamos y fuimos felices, aunque tuvimos nuestras diferencias, duramos diez años y creo que aún seguiríamos juntos si no fuera por el accidente.
— Estoy seguro que si, porque sos una excelente mujer, alegre, trabajadora y una gran mamá. — ella empezó a sonreír dulcemente, de la misma forma en que él le hablaba, pausado, tranquilo con una sonrisa en sus ojos — Se que hay casos que son excepciones a la regla, por eso hablo en líneas generales. Si hablo de que puede haber una excepción, todos van a pensar que su relación con Fulano o Mengana va a ser esa excepción y lo cierto que tienen menos de 1% de probabilidades ¿entendés porque no puedo hablar de esas excepciones? —ella asintió. Él soltó su rostro, bajó sus manos y agarró sus hombros. Mientras la seguía mirando intensamente leyó tristeza en sus ojos— ¿Qué pasó?—dijo soltandola y tratando de analizarla.
— Está es nuestra última semana con Tiziano aquí.— André sorprendido no sabía qué hacer, buscaba en su mente la posibilidad de retrasar su despedida— tuve un mensaje de Yancy antes que te vayas y anteanoche me llamó para confirmarlo. Ya vendieron la casa y firmaron los papeles. Esta semana me los trae. Debo firmar ante el escribano y me dan la parte de mí esposo… es para Tizi, no sé cómo lo voy a usar pero no quiero tocarlo.
— ¿Necesitas un abogado?
— No, gracias, está semana tu hermana nos invitó a su casa y ya hablé con Carlos Mogotes y su hermano que es escribano, así que tenemos todo arreglado.
— Tené cuidado con el hermano que es un rompecorazones.
— Ay André, parece Henry Cavill ¿qué te hace pensar que mostrará un mínimo de interés en mí? — ella sonreía y negaba con la cabeza mientras se alejaba— yo soy común y corriente. Mejor me voy a preparar la valija.
— Amelia, otra cosa, ¿Tu cuñado se queda sin casa, dónde va a vivir?— preguntó rogando en su cabeza que no aparezca por ahí. Amelia se acercó nuevamente a él pero manteniendo una distancia segura.
— Le consiguieron un departamento a buen precio. Mis suegros lo van a ayudar y pagan la escritura. También en este mes comenzó una terapia en un centro de adicciones que es muy reconocido de la zona, dicen que está mucho mejor. Por eso, creen que es mejor volver.
— Que bueno —dijo muy poco convencido —aunque creo que lo mejor sería que se quedaran, vos y Tizi.
— André sabíamos muy bien que era por cuarenta y cinco días y se alargaron a 60, llega justo unos días antes que comience febrero —su voz se hacía cada vez más tenue, ambos comenzaron a mirar sus labios y entonces como por un impulso él dió dos zancadas y la besó, se besaron, al principio con desesperación y luego con más dulzura ella puso sus manos en su cuello y él en su cintura. Entonces, André repentinamente se apartó, a pesar de que sus sentimientos eran evidentemente mutuos no quería volver a sufrir como con Macarena.
— Perdón Amelia, no estuvo bien de mi parte dejarme llevar por un impulso. Yo no quiero que pienses que me aproveche de que sos viuda y madre sola.
— Un impulso… Yo no pienso eso y además yo te correspondí al beso, vos no me obligaste ni nada por el estilo….
— ¡Vos te vas a ir Amelia en unos días!— dijo él un tanto desesperado, —además sos mi empleada y la nuera de mis empleados que regresan en unos días, fui un imprudente y la culpa es solo mía, te pido mil disculpas. Por favor, mantengamos estos días la distancia así podremos terminar nuestra relación… laboral sin inconvenientes —ella se sentía totalmente humillada y para completar su humillación a sus ojos parecieron no importarles tomar protagonismo y sus lágrimas comenzaron a brotar. Él la miró con culpa y estiró la mano para limpiar sus lágrimas.
— Creo que mejor no —dijo ella frenando su mano con un gesto— quédate tranquilo, haremos de cuenta que no sucedió nada. Con tu permiso, voy a preparar mi valija—sin esperar respuesta salió casi corriendo hacia la casa.
—Mami, ¿porque no comés?
—Es que se me fue el hambre —decía Amelia mientras jugaba con el tenedor en la comida.
— Tengo que pedirte un favor, —ella lo miraba expectante— que me enseñes a bailar. Un día voy a tener que sacar a bailar a alguna chica y no se nada. — hizo un exhalación ruidosa y aliviada asintió con la cabeza.
André observaba sentado en una reposera al lado de la piscina, la escena que se veía a través de la ventana: una mujer sencilla, amable, transparente y hermosa, con su hijo bailando. Ella se acercó al celular y Tiziano se acercó a la ventana, al verlo a él, corrió hacia la puerta.
—¡Ven André! ¡ven a bailar con mamá, así me enseñan!
—No —dijo ella en voz baja para que André no escuchara y girándose sobre sí misma intentó impedir sin éxito que Tiziano salga a buscarlo. El niño lo trajo prácticamente a la rastra, aunque en realidad estaba haciendo exactamente lo que ambos no se animaban a hacer. Luego que unió sus manos, se sentó en el sillón del rincón feliz por lo que había logrado. Tomó el celular de su mamá y puso la canción de vals de Chayanne. Entonces, con las manos sudadas comenzaron a bailar, pero poco se podían concentrar con lo nerviosos que estaban. Luego de unos minutos, ella tomó a su hijo de la mano y bailó con él mientras André daba indicaciones a Tiziano.
Editado: 03.02.2024