La Voluntad de la Estrella Hermética (libro 1: La sala 9)

Episodio 3: Escenas Séptima y Octava

 

ESCENA SÉPTIMA

Catedral de Los Hijos de Gevaudán       

Catedral de Los Hijos de Gevaudán. En algún lugar del Sector Heráldica.

 

El muchacho pelirrojo aprieta los labios, mira a la Reverendísima GRIMORIA con decisión. Es un humano de piel lechosa y cabellos rizados, muestra el rapado lateral propio de los Cánones.

 

MUCHACHO PELIRROJO

Yo sirvo a la causa de la Iglesia y a Gevaudán. No tengo miedo.

 

Mira a su alrededor, observa a los impertérritos guardas Juramentados que se apostan en cada esquina de la sala. Una sala amplia, iluminada de blanco con el símbolo del aspa y el ojo de Gevaudán gravado en la geométrica cúpula del techo y en el suelo impoluto. En el centro están solo él y la reverendísima, frente a frente, en dos sillas de líneas orgánicas, verdes. Entre ellos se interpone una mesa blanca y una Reliquia con forma de coraza, capaz de sustentarse en sus protuberancias traseras. En la reliquia hay dos oquedades, El muchacho y la mujer han introducido sus muñecas en la oquedad más cercana.

 

GRIMORIA

El miedo genera la duda, la duda te aparta del camino de la fe. Veo coraje en ti. Por algo eres un Canon. Sois el brazo de Gevaudán, sus integrantes más sagrados. Semejante sacrificio, bien merece la honra de que seáis purificados por los Reverendos.

 

MUCHACHO PELIRROJO

Pero nunca creí que sería purificado por vos, Reverendísima. Me siento humilde ante vuestra gracia.

 

GRIMORIA

Estoy al tanto de tu fe, GLAUDIO, y de tus esfuerzos. No pasan desapercibidos. Has conseguido dominar una reliquia muy poderosa con éxito, hoy serás un miembro de pleno derecho de esta comunidad y ocuparás un cargo acorde con tu entrega.

 

GLAUDIO

Los Patriarcas le oigan, Reverendisima madre. Espero ser digno.

 

GRIMORIA

Lo eres, hijo mío, no tengas duda. Es momento de comenzar.

 

GRIMORIA usa su mano libre para acariciar la superficie de la Coraza-Reliquia que comienza a iluminarse.

 

GLAUDIO

Reverendisima...

 

GRIMORIA

¿Sí, hijo mío?

 

GLAUDIO

Vos fuisteis...sois una Canon. ¿Creéis que algún día yo, aun siendo un Canon, podré ser un Reverendo? ¿Qué poder llevar la palabra y hacer el bien en honor a Gevaudan?

 

GRIMORIA

No lo dudo, hijo. Ten fe en esta Iglesia y esta Iglesia tendrá fe en ti. Ese ha sido el camino que yo seguí.

 

GLAUDIO asiente, su faz se relaja, acepta el proceso.

La coraza despide sutiles ondas de calor, ambos notan como sus muñecas son rodeadas de un líquido caliente, el calor comienza a subir hasta que notan una pequeña quemazón, después frío, después un dolor punzante.

GRIMORIA no parece notarlo, GLAUDIO, sin embargo, se esfuerza para que no se perciba su malestar. Comienza a ponerse lívido.

GRIMORIA entonces enuncia unas palabras.

 

GRIMORIA

Mi ser en tu ser, mi neón en el tuyo, mi sangre en tu sangre, mi fe en tu fe. Tu corazón con la Iglesia y la Iglesia en los corazones de todos.

Tú, GLAUDIO CRAIRE ¿Aceptas la santidad de este lazo?

 

GLAUDIO

Acepto.

 

GRIMORIA

¿Aceptas la luz de La Hermética en tu corazón?




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