La Voluntad de la Estrella Hermética (libro 1: La sala 9)

Episodio 4: Escenas Quinta y Sexta

 

ESCENA QUINTA

Etereonodriza de la discográfica Oxion, Recinto Privado, Balconada    

 

        

Etereonodriza de la discográfica Oxion, Recinto Privado, Balconada.

Desde la balconada se vislumbra toda al etereonodriza cuyas luces van siendo deglutidas por la bruma verdosa. La nave atraviesa un cumulo de partículas de neón, y estas tiñen el complejo flotante de un tono radioactivo.

GERTRUDE respira profundamente, percibiendo el neón puro a su alrededor más allá de las paredes que le rodean y de los campos de contención. Da una calada a la boquilla de su pitillo y expulsa el humo hacia un lado para que no distorsione la figura luminosa que está creando entre sus dedos. El Neón del ambiente se concentra frente a ella siguiendo los vaivenes de su muñeca y adquiere luminiscencia, aquella figura, toma la forma de una faz. Una faz inconcreta, las facciones se modifican constantemente. GERTRUDE chasquea la lengua, exasperada. Cierra la mano enguantada y la forma se disipa, da un golpe en el brazo de la silla donde está sentada. Vuelve a tomar aire y se tranquiliza, con calma vuelve a generar aquel turbio rostro entre sus dedos, esta vez sus ojos se humedecen mientras agita la cabeza.

 

GERTRUDE

(piensa)

"No... no consigo recordar su rostro. Ya no lo recuerdo."

 

Mira por el rabillo del ojo y una daga verde fluorescente sale de su manga hacía algún lugar del techo. En un segundo GERTRUDE se ha puesto en pie y ha cogido su bastón, lista para la ofensiva.

Junto a la daga clavada en la techumbre se encuentra un insecto. O más bien un droide insecto del tamaño de la palma de su mano, tiene una carcasa negra mate y sus junturas estaban tintadas de rojo, posee un solo ojo ámbar. El insecto robótico se desprende del techo y de su espalda salen pequeños pulsos luminosos que funcionan a modo alas, el insecto zumba ejecutando una voltereta. Sus patas se despliegan en varias secciones a modo de pequeñas zarpas y tiran de la daga para desincrustarla del techo y la lanza a los pies de GERTRUDE.

GERTRUDE no dice palabra y lo mira con suspicacia.

 

GERTRUDE

Eres un juguete de CLEMENCIA. ¿Es ella quien te controla?

 

El insecto vuela para situarse frente a ella y del ojo se proyecta un holograma parcial. Es RAFIA.

 

RAFIA

Soy yo, vieja.

(ríe)

¿Qué te parece? Un droide autónomo. CLEMENCIA lo hizo para mí, para que pueda acompañaros físicamente. Me lo regaló cuando acabamos con mi revisión. Al parecer me ve preparada para encargarme de todos los sistemas de la nave y también para tomar el control de este bicho.

Le voy a llamar Alimaña.

 

GERTRUDE recoge la daga, con un pulso de neón esta se apaga y se retraer en varias secciones, la guarda en el dobladillo de su abrigo de paño. No es una indumentaria que suela llevar, pero dentro de la estética propia de la identidad que ha usurpado es lo que le resulta más cómodo. Se cala su sombrero de satén con flores oscuras sobre las gafas de sol, tampoco es de su gusto, pero cumple su función. La de cubrir su extraño rostro. Se sienta con cansancio.

 

GERTRUDE

No me gustan los bichos, pero me gusta que vengas a visitarme. Por fin tenemos tiempo para hablar.

 

Alimaña se posa sobre el respaldo de la silla cercana, proyecta a RAFIA sentándose en el suelo frente a GERTRUDE, ambas observan el ahora ya lejano cúmulo de neón que se disipa en la inmensidad.

 

RAFIA

Era papá, ¿verdad? Intentabas recordar su rostro.

 

GERTRUDE baja los parpados con pesadez, pero no contesta.

 

RAFIA

Es por lo que el "monje" te ha dicho. El chaval te ha dado donde duele.




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