La Voluntad de la Estrella Hermética (libro 1: La sala 9)

Episodio 1: Escenas Séptima y Octava

ESCENA SÉPTIMA

Laboratorio de digitalización, Subnivel 4, Neonostro, capital del Nodo Pirámide, Sector Heráldica.

El taller de SIDONIE está impoluto. El establecimiento es de antigua manufactura, la arquitectura es caduca y la distribución resulta poco práctica, pero no hay nada fuera de lugar, ni una mota de polvo rezagada en el aire. El mobiliario es espartano, solo lo imprescindible. Las herramientas de trabajo están ordenadas por tamaños encima de la mesa del taller y las membranas de sinapsis clasificadas en perfecto orden en los casilleros de la plataforma de digitalización neural. Tras una cortina plástica se condensa el olor a desinfectante procedente de la asepsia del depósito improvisado de cadáveres.

SIDONIE trabaja desnudo, solo cubierto por unas mayas oscuras, sus manos están enfundadas en guantes de látex, es claramente un Rivano: largo, bello y estilizado, de facciones simétricas, ojos dorados y cabellos rosa fluorescente seccionados y acomodados a modo de cresta mohicana, su piel es morena con vetas de oro. Como todo Rivano, no suda, no excreta, roza la perfección. En el caso de SIDONIE, perfección que se extiende a todo lo que fabrica. Una perfección compulsiva y poco recomendable para la convivencia, lo que, sin embargo, le hace ser el mejor digitalizador del mercado negro.

SIDONIE trabaja en una mesa auxiliar usando herramientas para microcircuitería. Manipula una gran lente de aumento digital articulada que está adosada al mueble.

GERTRUDE entra sin llamar en su laboratorio y le contempla durante unos minutos, tras comprobar que el Rivano no ha reparado en su presencia (o la ignora) saca uno de sus puros favoritos y hace el amago de encenderlo.

 

SIDONIE

¡Ni se te ocurra!

(blandiendo un instrumento óptico con circuitería pulsante y lentes titilantes)

O uso esto con tu sinapsis y te dejo como un vegetal, vieja grulla.

¡Aquí no puedes fumar!

 

GERTRUDE

Lo sé, he descubierto que es la mejor forma de que me prestes atención cuando estás concentrado. Paso de volver a golpearte hasta la muerte con el bastón para que te des cuenta de mi presencia.

 

SIDONIE

No me simpatizas. Aun así, debo admitir que tu encargo ha sido mi buque insignia durante estos tres años, así que te perdono. Han sido tres años deliciosos.

 

GERTRUDE

No sabes cómo me alegra.

 

SIDONIE

¿La Humana torpe y sucia va contigo?

 

GERTRUDE

No, se ha quedado en el Flama, el pub de al lado.

(guarda el puro en la manga)

Le encantan los daiquiris de Ozono.

 

SIDONIE

(ultimando algunos retoques en la pieza)

Mejor, es un desorden con patas. El infierno debe estar lleno de gente como ella.

 

GERTRUDE

Ella también te manda un cariñoso saludo.

 

SIDONIE

Ya imagino

(levanta la lente y deja la herramienta, se saca los guantes)

Tu encargo está listo.

 

GERTRUDE

(nerviosa)

¿Estás seguro? ¿No vas a correr un análisis final?

 

SIDONIE

Yo soy el análisis final. No lo necesito. Te dije que lo tendrías a partir de las 23:00, bien pues son las 23:00 y 14 segundos.

(con cara de disgusto)

Perdón por la tardanza.

 

GERTRUDE

¿Así sin más, finalizado?

 

SIDONIE

(cogiendo el aparato entre las manos y acercándose a GERTRUDE)

No me gusta repetirme.




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