La vorágine de Charlotte

Capítulo 1

—¡¿Cómo mierda has vuelto a fallar?! —gritó mi manager lanzando su cenicero contra la pared que está a mis espaldas.

Me sobresalté de inmediato dándome cuenta de que si en ese momento no hubiera evitado al cenicero me hubiera dado justo sobre la frente. Lo contemplé impávida, aunque no es la primera vez que reacciona de esa manera tan violenta sigo sin acostumbrarme a esto.

—¡Mocosa inservible! —dijo descargando un puñetazo contra su escritorio—. ¿No sabes como me costó conseguirte ese casting? ¡¿Me cuestas dinero y no recibo ganancia de lo que he invertido en ti?

Este es el hombre que mi novio me presentó para ayudarme a encontrar trabajo como actriz, y aunque en un inicio pareció amable, pese a mi mal presentimiento, acepté que fuera mi manager.

Pero he fallado, no solo una, sino muchas veces. He podido trabajar bien cuando mis personajes son extras, que no hablan, que no miran a la cámara, que no hacen nada. Sin embargo, a la hora que he audicionado para papeles más importantes me quedó paralizada. Mi miedo escénico me impide hacer algo y mi mente se coloca en blanco sin que sea capaz de decir una sola línea.

—¡¿Qué carajo de cría de porquería que quiere ser actriz y tiene pánico de actuar?! —el tipo se sentó masajeando sus sienes con impaciencia—. Debí saberlo cuando Eric te presentó, eras demasiado bonita para no tener ya un representante y no haber postulado... puta mocosa inútil.

Aunque miles de palabras revolotean en este momento en mi cabeza, incluyendo insultos irreproducibles, preferí callar. Me siento tan desanimada en haber vuelto a fallar, que no tengo ánimos para defenderme. Estudié el diálogo, pude actuar bien en casa ensayando una y otra vez. Pero ante esas personas no fui capaz de hacerlo. Me quedé en blanco mientras mi cuerpo temblaba. Suspiré con desilusión.

El hombre ahora fuma dejando caer las cenizas al tacho de la basura. Al ver esto recogí el cenicero. Las cenizas habían quedado desparramadas por la alfombra, aun así, el golpeado y maltrecho objeto seguía sin romperse.

Apenas me vio, hizo el gesto de querer darme un golpe en la cabeza, pero hui a tiempo para evitarlo.

—No sé si debería saciar mi ira dándote una paliza, mocosa, inservible, pero acaba de ocurrírseme algo —sonrió y no pude intuir si dirá algo que sea beneficioso para mí o no—. Pronto habrá una fiesta en el Royal Card y vendrán muchos importantes productores debido a que dicha celebración se hará después de la entrega de los premios de Oro Latín. Eres bonita, si invierto en ti aún puedo hacer que te veas incluso atractiva y sexy. La idea es que uses tu culo para algo útil. Que te acuestes con uno de los productores que pueda ayudarte a despegar tu carrera. Como no tienes talento, necesitamos uno que no solo esté metido en el mundo del cine y la televisión, sino también en el modelaje y comerciales. Siempre que no tengas que hablar puede funcionar.

Escuchar eso provocó que mi cuerpo sintiera escalofríos ¿Planea venderme? ¿Qué me acueste con uno de esos dinosaurios productores o directores? He escuchado rumores de que muchos quienes desean debutar, sin tener talento, se acuestan con gente del medio a cambio de ayuda, pero yo no me veo en esa situación. Está fuera de mi ética hacer algo como eso. No es algo que quisiera hacer.

Prefiero seguir trabajando como camarera en la cafetería en las mañanas y como personal de aseo en mi trabajo nocturno, que rebajarme a algo como eso.

—Y tenemos al candidato oficial —habló mi manager antes de que me negara. Giró la pantalla de su computador hacia mí.

Pude ver la imagen de un hombre serio, con ojos intimidantes de tono miel. Su cabellera negra es tan oscura, al igual que sus cejas. No parece ser alguien amable, aunque no se puede negar que es bastante apuesto. Su mirada es penetrante, pero a la vez intimidante, como si quisieras perderte en ellos, sientes escalofríos de atreverte siquiera a pensarlo.

—Alejandro Fave, es uno de los productores más codiciados, además hijo del clan Fave, es uno de los peces gordos más importantes del mundo del espectáculo, pero hay un problema —aquí se colocó muy serio —, él no se acuesta con nadie, no es un tipo fácil, por eso vamos a usar un truco...

Escuchar el tono con que dijo esta última frase me hizo de inmediato negarme a participar en su plan.

—Esto no me está gustando, no quiero ser parte de nada sucio, lo siento ahora debo irme —señalé colocándome de pie de inmediato dándome cuenta de lo riesgoso que es seguir hablando de esto.

—¡No vas a ningún lado sin antes devolverme todo lo que he tenido que invertir en ti más los préstamos que tu novio me ha pedido a tu nombre! —me agarró el brazo con tanta fuerza que sentí que casi me lo arrancaba y me arrastró al interior de su oficina —. Escucha bien, mocosa, malcriada, vamos a drogar a ese tipo, te acostarás con él, tomarás evidencia y luego me la traerás a mí, yo me encargaré del resto.

Lo contemplé anonadada, no solo por su actitud violenta, sino además de que mi novio ha estado pidiéndole dinero a mi nombre. Apenas logramos sobrevivir con mis trabajos ¿Cómo se le ocurre endeudarnos aún más? ¿Qué mierda le pasa?

—¡¿Estás escuchándome?! —me gritó el hombre ante mi silencio, apretándome el brazo con más fuerza.

—Sí, ¡Y no lo haré! —y sin esperárselo le di un empujón zafándome de su agarre y salí corriendo de ese lugar. Está loco si cree que voy a drogar y acostarme con un hombre para poder debutar.

Marqué mi teléfono intentando contactar a Eric, pero nunca contestó. Me llevé una mano a la cabeza rogando que no haya pedido demasiado dinero porque luego de escuchar a ese infame manager y sus ideas peligrosas he decidido no seguir trabajando con él. Prefiero seguir audicionando sin ayuda de nadie.

¿Cómo se le ocurre a Eric pedirle dinero en esta situación? Además ¿Para qué? No he visto que haya gastado en algo en estos meses ¿Tendrá deudas que me ha ocultado?




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