Había terminado de preparar el desayuno, no sin sentirme incómoda con ese brazalete, no puedo dejarlo de verlo y recordar las palabras de ese tipo. No ha necesitado amarrar una soga a mi cuello para obligarme a no intentar huir nuevamente.
Han pasado días, y pocas veces lo he visto, pese a ello sigo obligada por el pelirrojo Leonel a levantarme cada mañana a tomar un desayuno que nadie toca y termina después en la basura. Lo escucho hablar por teléfono para luego decirme que él no vendrá.
Desconozco si ha sido por sus negocios como productor o esconde algo mucho más oscuro del cual prefiero no pensar demasiado.
Sin embargo, hoy, apenas terminé de servir la mesa Alejandro Fave apareció en la sala. Alcé la cabeza sin creerlo, pero mi expresión soltó lo que en ese instante pensé.
—Parece que has visto un fantasma —señaló con seriedad sentándose a la mesa.
No respondí, solo intenté adecuar mi semblante y sonreír pese a la incómoda situación. Opté por dejarle todo listo en la mesa y me aparté sin intenciones de compartir conversación alguna. No confió en nada qué puede decir y hacer.
Me ignoró. A diferencia de otras veces en que me ha obligado a sentarme a su lado a comer, está vez no me prestó atención. En cierta forma es tranquilizador que pueda olvidarse de mí, pero por otro lado temo que al no ser servible se le ocurra hacerme desaparecer como al gerente.
—Señor Fave —dijo un hombre con seriedad llevando una oscura bolsa.
Se la entregó y vi como Alejandro sonreía satisfecho. Revisó el contenido y luego de eso le indicó que saliera. Solo quedamos él, Leonel y yo. La seriedad del guardia contrasta con la sonrisa satisfecha de su jefe.
—Ven, acá —indicó de repente instando que me sentara a su lado.
Avancé con desconfianza. Sus ojos de color miel se detuvieron en los mios con una expresión siniestra que me provocó rechazo, mi cuerpo se erizo mientras comenzó a dejar frente a mí, un nuevo telefono, unos documentos, y luego un curriculum con mi foto, no quise preguntar cómo consiguió toda mi información. Tuve un mal presentimiento en ese momento.
—Bien, dije que te daría una oportunidad de vivir, a cambio de dos cosas, bueno hoy toca cumplir una de ellas, que me seas útil —agregó colocándose serio—. Te explico, últimamente muchos de las nuevas proyecciones que hemos auspiciado, por supuesta casualidad han sido muy similares a los proyectos de UltimateProYect. Sacamos una nueva serie y al mismo tiempo ellos sacan una serie con un guión que coincidentemente tiene los mismos elementos que la nuestra. El problema es que ellos han empezado a estrenarlos antes del tiempo que Fantasy Factory lo ha hecho.
Dicho esto arrugó el ceño, sin ocultar su molestía.
—Sé que alguien está filtrando los guiones desde nuestra empresa a la empresa de mi tío, y por ello necesito que alguien se infiltré en UltimateProject, necesito una actriz novata, desconocida y... talentosa. Y lo suficientemente atractiva para que mi tío se deje engatusar por ella. De está forma su tarea será averiguar quién de todos mis trabajadores está filtrando los guiones que hemos aprobado.
Alcé la mirada sonriendo sin creerlo. No creo que esa actriz que acaba de describir se refiera a mí. Sus ojos en cambio se posaron en mi rostro y al notar la severidad en su semblante mi sonrisa se borró de golpe.
—No, no soy quien podría hacer algo yo...
—Tienes miedo escénico, he visto tus audiciones, pero he notado que siempre que no seas el personaje principal y no debas hablar puedes actuar muy bien —señaló entregándome un guión—. En esta historia solo tendrás un papel secundario de una chica muda, no debes decir palabras. Además aunque vayas a audicionar ese papel ya es tuyo. Mi tío suele querer meterse siempre con las actrices jóvenes que he entrenado, con intenciones de arrebatarme a las más talentosas. No eres talentosa, en realidad, pero tú cumples justo con sus gustos, mujer bonita, joven, novata y expresión tonta e ingenua.
Tensé mi rostro, siento que esa descripción es una burla, no soy tonta, es el miedo que él me despierta que hace que deba esconder mi verdadera personalidad. Me mordí la lengua ofendida por la forma como me ha descrito, más aun al darme cuenta que lo que me está pidiendo no suena tan fácil como lo sugiere.
—Si logras lo que te pido, puede que piense que en realidad mereces ser mi esposa —indicó tomándome de la barbilla.
—Si lo logro… Me gustaría más que eso ganar mi libertad No está en mis planes casarme con nadie, aunque se que se lo prometí, pero si doy buenos resultados ¿No debería ser yo quien eligiera mi premio? —señalé con mis ojos fijos en su rostro.
Se quedó en silencio, si mis palabras le han herido el ego es suficiente, incluso si con esto arriesgo mi vida.
—¿No te parezco suficiente premio? —preguntó de la nada luego de soltarme.
No respondí, solo bufé desviando mi atención, sus palabras de antes siguen hiriendo mi orgullo y prefiero no responder.
—Lo pensaré —dijo de repente y lo contemplé incrédula.
¿Será cierto que me dará lo que pida? No puedo creerlo, quisiera sonreír en ese momento pero ante la seriedad de su rostro prefiero contenerme.
Tomó su café en silencio y sin probar nada más se colocó de pie, dejando la taza a medio beber.
—Siempre y cuando puedas volver viva lo pensaré —dijo sonriendo y descolocando mi estado de ánimo.
—¿Qué quiso decir? —me pregunté al verlo alejarse.
Leonel me pasó otra carpeta. Las fotos del tipo que aparecieron en mis manos me hicieron abrir los ojos, impávida. Son fotos de orgías, de consumo de drogas, de carreras clandestinas, y de un hombre en el centro de todas que aun cuando tiene alguna familiaridad con Alejandro Fave parece ser lo opuesto.
—Nicolás Fave —exclamó el pelirrojo con seriedad—, es el dueño de UltimateProject y tío del señor Alejandro. Es un mujeriego que aunque le guste atraer mujeres no suele ser muy considerado, le gusta el sexo, los juegos sucios, la tortura y disfruta de pisotear a todos.