La Voz De La La Carta Final

Cap 2

El nuevo artista🌕

La mañana después de la primera función el campamento está inquieto. Los habitantes del pueblo murmuraban a lo lejos, convencidos que nuestro espectáculo había robado algo más que aplausos. Me hice la loca fingí no escuchar aunque dentro de mí ardía la misma sospecha: la baraja había despertado y yo cobraba su precio. Pase casi todo el día en la carpa, barajando las cartas con sus manos temblorosas. No importaba cuanto las mezclara, siempre ocurre lo mismo: El Colmillo volvió a quedar en la parte superior como si se burlara de mí como si dijera “ Ya me elegiste y no hay vuelta atrás para este juego”. Estaba guardando el mazo cuando escuché un paso firme detrás de mí al voltear, lo vi a él.

Un hombre alto, de mirada dorada se observa en silencio su ropa era simple desgastada por el viaje, pero sus ojos…..su ojos tenía algo que revelaba algo que me helo la sangre desde lo más profundo.

—¿Eres ilusionista? — preguntó, con voz grave.

Asentí, aunque la desconfianza me recorrió de inmediato había visto muchos rostros en el ciervo: Vampiros, humans quebrados, artistas desfigurados por sus dones….pero el era distinto, salvaje,indomable como su fuera un dios de la mitología misterioso y confuso como su propia presencia, entonces dijo algo más que me hizo perder cualquier sentido de coherencia. — Ten cuidado con esas cartas no soy un truco esas cartas son un juego mortal. —

El cuerpo se me tenso un gesto de sorpresa casi repentino salió de mí ¿ cómo podía saberlo? Nadie fuera del circo conocía el secreto del mazo. Guardé silencio, intenté leerlo pero casi imposible, cuando de pronto sentí otra presencia en el lugar. Lucien como siempre, aprecio sin hacer ruido, con su sonrisa que eras mas filo que encanto. Pasó su mano sobre el hombre de aquel forastero y el contraste fue tan extraño que me estremecí la elegancia de la oscuridad y la furia contenida de una bestia en un solo cuadro.

— Nuestro nuevo artista tendrá su debut esta noche— Anunció Lucien, mirándome como si fuera una marioneta— . Y mejor que hacerlo a tu lado,querida Ariadna.

Quise protestar, pero no encontré las palabras. Solo puede ver el hombre de ojos dorados. No necesitaba que me dijera que no era uno de ellos y sin embargo tampoco era como yo. Cae la noche del público volví a llegar como siempre, apareció sin hacer ruido, con su sonrisa que era más filo que encanto. Pasó su mano sobre el hombro del forastero; y el contraste fue extraño que me estremecí:la elegancia de la oscuridad y la furia contenida de una bestia en un solo cuadro.

— Nuestro nuevo artista tendrá su debut esta noche— anunció Lucien, mirándome como si fuera una marioneta —. Y qué mejor que hacerlo a tu lado, querida Ariadna. Quise protestar, pero no encontré las palabras. Solo puede ver al hombre de ojos dorados. No necesitaba que me lo dijera: no era uno de ellos. Y sin embargo, tampoco era como yo. Al caer la noche, el público volvió a llenar las gradas. Sus voces, sus risas, su entusiasmo, eran alimentos invisibles que flotaban en el aire. Yo salí al escenario con la baraja en la mano; la madera de la caja me ardía contra la piel. A mi lado, el forastero Kael, así se hacía llamar, subió a la cuerda floja con agilidad imposible. El público lo ovacionó, y por un instante pensé que tal vez si era lo que decía: un acróbata errante. Pero entonces lo escuche. Ese rugido. Ese mismo rugido que me había perseguido desde la primera noche. Venía de las jaulas cubiertas al fondo de la carpa…..y Kael, en medio de la cuerda, se tensó como si lo reconociera. Cuando giró la cabeza hacia las sombras, sus ojos brillantes amrillos. No por el reflejo de las antorchas, no. Era fuego animal. Y yo lo supe en ese instante: había un lobo entre nosotros . El público gritaba, hipnotizado por la destreza del recién llegado. Kel se movía sobre la cuerda como si el aire mismo lo sostuviera. Cada paso era seguro, feroz, demasiado fluido para ser humano. Yo fingía sonreir, levantando mis cartas bajo las luces, pero por dentro mi corazón se acelera: sabía que lo que caminaba junto a mi no era un simple artista. El marzo en mis manos vibraba como si compartiera mi miedo. Una carta saltó sola de la baraja y cayó a mis pies. Nadie más lo notó,pero cuando la recogí, sentí que la sangre se me helaba. Era El Colmillo, otra vez. Lo escondí entre mis dedos justo cuando Lucien apareció en escena para presentar el acto final. Su voz resonó en toda la carpa, suave y venenosa.

— Damas y caballeros…..lo que verán ahora pertenece a un mundo más allá de la ilusión.

Las antorchas parpadearon. El aire se llenó de un olor a metálico, intenso, como hierro ardiendo. Entonces lo escuche de nuevo: el rugido, no era un sonido normal, era un llamado.Y esta vez, no estaba solo, Otra vez lo respondió desde dentro de Kael. Puede verlo. Por un instante, su rostro se endureció, sus músculos se tensaron,y sus ojos brillaron con ese amrillo salvaje. El público lo tomó como parte del espectáculo. Yo, en cambio, entiendo la verdad: la bestia en las jaulas no estaba rugiendo hacia mí ni hacia Lucien. Estaba llamando a Kael. Él cerró los ojos un segundo, como resistiéndose a algo. Cuando los abrió, me miró fijamente. — No confíes en ellos— murmuró apenas, lo suficiente para que solo yo lo oyera. El aplauso estalló, cegador, ensordecedor. El acto había terminado. Lucien alzó las manos, recibiendo la ovación como un dios satisfecho. Pero yo no podía moverme. Mis dedos apretaban las cartas con tanta fuerza que casi las rompía. Entonces comprendí que esa noche había cambiado todo. Ya no estaba sola entre vampiros, no atrapada en los susurros de la baraja. Ahora había algo más en el circo…… algo que ni siquiera Lucien esperaba. Y mientras la multitud celebraba, yo solo podía repetir en silencio el nombre que había escuchado susurrar entre las sombras: Kael.



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En el texto hay: cartas, vampiros y lobos

Editado: 19.12.2025

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