La voz de Stone Hill

Los recuerdos

El auto de Ethan se detuvo frente a Stone Hill, pero yo no pude mover ni un solo músculo. Mi mente estaba completamente atrapada en el mensaje de mi hermano Alex, no paraba de darle vueltas una y otra vez. ¿Por qué ahora? Después de tantos años de indiferencia, de no saber nada de él, ¿por qué de repente decidió ponerse en contacto? ¿Y cómo había logrado enterarse de que me encontraba en Stone Hill? Solo mi madre sabía dónde estaba, pero dadas las circunstancias de su salud, no creía que fuera capaz de compartir mis planes con él.

_ ¿Estás bien? _ Preguntó Ethan mientras abría la puerta, su voz cargada de preocupación. _ Sabes, no me gusta mucho la idea de dejarte aquí sola. _ Repitió, cruzando los brazos con un leve gesto de frustración.

Intenté sonreír, forzando una tranquilidad que no sentía, pero el esfuerzo fue inútil. _ No te preocupes, estaré bien. Recuerda que ya sobreviví una noche en Stone Hill. _ Dije con un intento de liviandad que sonó más vacío de lo que quería.

Pero mi comentario no hizo nada por calmarlo. Su semblante permaneció tenso, sus labios apretados formando una delgada línea de duda. Al igual que todos en el pueblo, Ethan tenía impresiones horribles de Stone Hill.

_ Ya sé que para ti son puras historias ridículas de miedos infundados. _ Dijo Ethan con un deje de frustración en su voz, mientras clavaba la mirada en el horizonte, hacia Stone Hill.

_ Pero para muchos de nosotros, esa casa no ha traído cosas buenas. Las personas que tuvieron algo que ver con ella terminaron muy mal.

Fruncí el ceño, sintiendo un escalofrío recorrerme ante la intensidad de sus palabras.

_ ¿A qué te refieres? _ Pregunté, inclinándome un poco hacia él, buscando en su rostro alguna pista que aclarara el misterio. Su tono, su mirada, todo en él me daba la impresión de que su opinión sobre Stone Hill era algo personal.

_ Me da la impresión de que tu opinión es personal. _ Añadí, tratando de romper la barrera que él parecía haber levantado.

Ethan guardó silencio por un momento, sus labios apretados mientras sus ojos seguían fijos en la lejana silueta de la casa. Finalmente, suspiró, su voz apenas un susurro. _ Porque lo es _ Respondió con seriedad.

Su semblante cambió; la habitual confianza que solía irradiar parecía desmoronarse. Sus hombros cayeron ligeramente, y sus ojos adquirieron un brillo melancólico que no había visto antes.

_ La hermana de mi padre murió en esa casa. _ Confesó, su voz apenas más alta que un susurro, pero cargada de un peso que pareció llenar el aire entre nosotros.

El impacto de sus palabras me dejó sin aliento. No era lo que esperaba escuchar.

_ ¿Qué? ¿Cómo? _ Pregunté, mi voz quebrándose en la última palabra.

La mirada de Ethan volvió a mí, sus ojos reflejaban una mezcla de resignación y cansancio.

_ No lo sé. A diferencia tuya, yo nunca quise indagar en la tragedia familiar. _ Dijo con un suspiro, bajando la vista por un momento antes de mirarme de nuevo. _ Elegí hacer caso a las advertencias, mantener mi distancia de esa casa y de todo lo que representa.

Su tono era firme, pero había una nota de vulnerabilidad que no podía pasar por alto. Parecía más una confesión que una declaración.

_ Ethan, ¿por qué sigues en este pueblo? _ Pregunté, con cuidado de que mi tono no sonara desconsiderado. No quería ofenderlo, pero la curiosidad me carcomía. Un hombre como él, con un aire de ciudad, parecía alguien destinado a buscar horizontes más amplios. Y, sin embargo, aquí estaba, atrapado en un lugar pequeño y cargado de sombras.

Él se encogió de hombros, como si la respuesta no tuviera importancia, aunque el leve fruncir de su ceño traicionaba su indiferencia.

_ Regresé para cuidar a mi madre cuando enfermó. _ Dijo finalmente, su voz tranquila pero teñida de un dolor sutil. _ A pesar de mis súplicas, nunca quiso abandonar el pueblo. Este lugar significaba algo para ella... algo que nunca entendí del todo. Así que volví, para estar con ella en sus últimos meses.

Hizo una pausa, como si necesitara un momento para organizar sus pensamientos, antes de continuar:

_ Después de su muerte, pensé que sería fácil irme. Que todo lo que me ataba aquí había desaparecido. Pero no fue así. Por alguna extraña razón, no podía marcharme.

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, y el silencio que siguió fue casi tangible. Lo observé, tratando de encontrar las palabras correctas.

_ ¿No podías marcharte? _ Repetí, mi voz apenas un susurro. _ ¿Qué te detuvo?

Ethan pasó una mano por su cabello, un gesto de frustración que parecía habitual en él.

_ No lo sé exactamente. _ Respondió con honestidad, aunque en su mirada había algo más, algo que quizás no quería admitir ni a sí mismo. _ Es como si algo me retuviera aquí. No sé si es culpa, nostalgia, o simplemente... miedo.

La última palabra pareció sorprenderlo tanto como a mí. Su mirada se desvió de nuevo hacia la casa, como si buscara en su sombra respuestas que nunca había querido enfrentar.

_ Miedo de qué, Ethan. _ Presioné suavemente, mi curiosidad mezclada con una creciente inquietud.

No respondió de inmediato. En cambio, me miró directamente, con una expresión cargada de seriedad. _ De nada, Julia. No me hagas caso. _ Dijo finalmente, con un tono que intentaba sonar despreocupado, pero que no logró ocultar del todo su inquietud.




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