MANSIÓN DE BYFANG
Unos gritos ensordecedores rompieron el silencio dentro de la Mansión de Byfang. Elwira Majewski y su nieta Isabella quiénes se encontraban allí en esos momentos salieron despavoridas hasta el recibidor para ver lo que sucedía.
— ¿Qué está sucediendo?
— Abuela, se llevaron a Karîm del hospital. Alejaron a Karîm de mí —contó la joven entre llantos abrazando a su abuela—
— ¿Qué estás diciendo mi amor?
— Haz algo por favor.
— ¿Cómo que se llevaron a Karîm del hospital, Aurorita? —irrumpió alarmada su hermana Isabella—
Gina Alicia llegó y se paró frente a todos en el recibidor.
— ¿Gina, porque dice Aurorita que mi nieto no se encuentra en el hospital?
— Ella lo alejó de mí. Se lo llevó y no quiere decir a dónde.
La señora Majewski observó fijamente a su nieta mayor.
— ¿Gina?... Contesta mi pregunta.
— Susanne, lleva la mochila de Aurora a su habitación, por favor —le dijo el ama de llaves—
— Sí señora.
— ¿Vas a contestar ya mi pregunta? ¿Qué fue lo que sucedió con mi nieto?
— Karîm se encuentra ahora en un lugar donde permanecerá a salvo y con todos los cuidados que corresponde, abuela. Y esto se los estoy diciendo únicamente a ustedes, porque tal cosa no puede salir de aquí de ninguna de nosotras —dijo entre susurros—
— ¿Qué dices? ¿Qué fue lo que hiciste con tu hermano, Gina?
— ¿A dónde se lo llevaron? ¿Cómo es posible? —le encaró su hermana Isabella— ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Nuestro hermano desaparece repentinamente del hospital y ahora tú nos sales con esta historia?
— Esta historia ya la hemos vivido antes, Gina. Tú no pudiste volver a alejar a Karîm de nuestras vidas —prosiguió la señora Elwira quién seguía abrazada a la pequeña Aurora— Por favor dime qué no lo hiciste. Tú no serías capaz mi nieta querida.
— Lo fue abuela. Gina separó a Karîm de nosotras cómo lo hizo mi padre alguna vez.
— Tú no harías una cosa como esa ¿Verdad hermanita? Alguna vez mi padre apartó a la mitad de mi corazón de mi lado y ahora que lo he recuperado tú volverás a alejarlo.
— Basta… Ya es suficiente. Basta ya de tantos reproches. Yo estoy volviéndome loca con todo esto y ninguno de ustedes tiene la más pálida idea. Ya no puedo más. Ya no puedo más… —dijo exaltada Gina Alicia tapándose los oídos con las manos dirigiéndose a la sala—
Su abuela y sus hermanas fueron tras ella.
— ¿Dime cariño que es lo que sucede? Por favor no me hagas lo mismo que me hizo ti padre. ¿Por qué callas? No nos ocultes cosas. No es nada bueno que te guardes para ti sola todos los problemas.
— ¿Dinos donde está nuestro hermano, Gina? —volvió a reiterarle la pregunta su hermana Isabella—
— Todo lo que desee en mi vida fue vivir feliz sobre los escenarios hasta el final de mi carrera —habló entre llantos— Ser una bailarina muy famosa. Casarme con Michael para ser felices en nuestra propia historia, pero nada En nuestras vidas fue de color rosa. Desde aquel accidente con mi elenco de ballet nada volvió a ser lo mismo para mí. Intenté continuar. Dios sabe que lo intenté y cuando creí que lo había logrado mi padre me dejaron sola y mamá Judith me dio la espalda cuando más iba a necesitar de ella y de sus abrazos. Yo tuve que hacerme cargo de mis hermanas y tratar de ser una buena madre para mi hijo. Intenté mantenerme firme y fuerte y luchar para no perder el amor de Michael que es mi única fortaleza —se puso de pie— Me convertí en heredera de todo aquello que construyó mi padre y que tanto amó, y me volví albacea de todo aquel Imperio maldito que nunca pudo extirparse del nefasto apellido Hasnan. Luego me entero de que tengo un hermano que nunca conocimos porque mi padre tuvo que negar su existencia para salvarle la vida. Vida que sigue en peligro porque los enemigos de Yasâr Hasnan no pueden permitir que su hijo varón tome el poder todas las navieras e interfiera y acabe con todas sus actividades ilícitas. Una vez más me toca a mí hacerme cargo de esta situación y proteger a Karîm, pero aquí están ustedes reprochándome por todo.
Gina Alicia visible y levemente más calmada hizo con sus manos a un lado sus lágrimas.
— ¿Cómo es eso de que las Navieras siguen siendo Hasnan? Eso es imposible Gina.
— No lo es abuela. No lo es. Las navieras nunca dejaron de pertenecer a la firma Hasnan y justamente esa fue una de las condiciones para salvar a la vida de Karîm.
Las puertas de la Mansión resonaron. El ama de llaves acababa de recibir a personas. Eran el agente Louis Wieber y Michael en compañía de su pequeño hijo. Copito de Nieve quién se encontraba junto a la desconsolada Aurorita, dio la bienvenida al pequeño Ezra.
— ¿Susanne, puedes llevar al niño, por favor?
— Sí señor. Vamos pequeño.
— ¿Louis tú qué haces aquí? —preguntó Isabella un poco sorprendida al ver a su novio en la mansión—
— Como responsable de lo sucedido con Karîm vengo a dar la cara para explicarles todo lo que desean saber
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Editado: 01.12.2024