La Voz De Un Sendero Entre Las Hojas

NADA QUE PERDER

ESSENALEMANIA
Aurorita nada tenía que perder. Nada que dejar tras su partida. La herida en el corazón la llevaría consigo como el peor de los castigos. Estaba decidida a emprender su viaje. No a una vida nueva ni a nuevas oportunidades. Tampoco a intentar olvidar. Simplemente deseaba escapar. Alejarse. De aquella amarga realidad perderse para siempre.
— No te parece un poco injusto que no quieras despedirte de nadie Aurorita.
— ¿Injusto papito? Injusto fue que ni siquiera hayan dejado despedirme de Karîm. Injusto es que ni siquiera me dejen tener noticias de él. Si tuvieron agallas de inventar su muerte, que yo me marche sin despedirme, no es nada para nadie —decía la jovencita entre llantos incesantes—
Michael Bruchhagen. Esposo de Gina había sido el único en acompañar a la joven al aeropuerto. Su vuelo con destino a Londres estaba próximo a salir, y en aquel camino nadie más que su inseparable Copito de Nieve la iba a seguir.
— Princesa, por favor háblame ni bien llegues. Sé que no debo preocuparme de nada, pues todo estará listo para ti en cuanto allá, pero no dejes de darme noticias tuyas.
De Aurora no habló más que el silencio y un abrazo de despedida para Michael, quién nada pudo hacer no solo para convencerla de que no se marchara sino para que se reconciliara con su hermana Gina Alicia y se despidiera de toda su familia.

 

ISLA DE JEJU-DOCOREA DEL SUR
— ¿Lo mató, maestro? ¿Está muerto?
— No digas tonterías, muchacho. Él solo está desvanecido.
— ¿Segur?
— Utilicé una antigua técnica para dejarlo inconsciente. El joven Wieber despertará pronto.
— Pues que lástima que vaya a despertar.
— Karîm, una vez más omitiste mis palabras. ¿Acaso ninguna de ellas tiene valor para ti?
— Este miserable me provocó. ¿No oyó las cosas terribles que me dijo, maestro?
— Las oí. ¿Pero qué tan terribles puedes ser como para que te pongas en ese estado y te agarres a golpes con este joven? ¿Acaso mintió o fueron verdades que te duelen y que por ello prefieres no asimilar? —preguntó el maestro observando al joven Akins a unos ojos tristes qué prontamente esquivaron los suyos—
— Jihu ven y ayúdame por favor. Llevemos al agente a su habitación.
Cuando el joven agente fue ubicado sobre una cama, finalmente el maestro Soo Chung Hee permaneció a su lado hasta que despertara.
Einar Steen abrió los ojos llevándose una mano a la nuca y observando al maestro quien yacía mirándolo al borde de la cama.
— ¿Qué fue lo que me hizo? —preguntó levantándose con brusquedad—
— Lamento haber procedido de esa manera joven Wieber. No me quedó de otra, pero veo que se siente bien.
— Le hice una pregunta.
— KATA-HA-JIME. Una técnica de Judo para defensa personal. Deja inconsciente a la persona en cuestión de segundos —explicó— No me quedó de otra y me disculpó. Era eso o tener de nuevo que dormir al muchacho.
— Pues es lo mínimo que se merece ese animal. Que lo duerman con el más potente de los somníferos.
— Joven Wieber, no voy a permitir ese tipo de tratos en mi morada y espero que sea la última vez que se lo diga. ¿No es acaso usted el más interesado en que el chico se recupere? ¿Piensa que tratándolo de ese modo y provocándolo de la manera en que lo hizo contribuirá a su mejoría?
— ¿Entonces qué maestro? ¿Él puede decir todo lo que se le venga en gana y yo simplemente debo callar?
— Es exactamente lo que debe hacer —contestó el maestro ante la sonrisa sarcástica del joven— ¿No le parece positivo acaso que el chico diga cosas y saque todo lo que lleva guardado?
— Dice cosas que le da la gana. Las que no le conviene recordar las seguirá guardando y se pondrá como un animal salvaje si alguien se las menciona. ¿Vio como se puso cuando le recordé su realidad con Aurora?
— ¿Eso que dijo es verdad?
— Por favor maestro. Ni bien puse un pie en este lugar, usted descifró hasta mi ADN. ¿Piensa que le estoy mintiendo?
— ¿Y esa jovencita en verdad está muerta?
— Aurorita no está muerta, pero no me pregunte por qué razón Karîm piensa que sí lo está. En todo caso pregúntele al Doctor Doyun que seguramente sabrá explicarle.
— ¿Dónde está ella entonces? ¿Por qué razón lo separaron de la chica? Hubiese sido muy bueno para Karîm estar junto a ella. Toda su asimilación habría sido espontánea, natural y sin tantos traumas.
— Fue necesario.
— Esa no es una buena respuesta.
— Maestro, usted no tiene idea de la grave situación que existe detrás de Karîm y de toda su familia.
— No tengo idea, es cierto, pero la tendré porque usted me lo contará absolutamente todo joven Wieber. Incluso su historia personal que lo involucra con la familia del chico.
— ¿En verdad jugará al psicólogo conmigo, maestro Chung? ¿Por qué no se centra únicamente en la cabeza de Karîm?
— ¿Me ve cara de que deseo jugar con usted al psicólogo joven Wieber?
— Solo intento convencerle de que perderá tiempo muy valioso conmigo cuando pude emplearlos todos únicamente en Karîm.
— Le aseguro que no será así. No se preocupe por el tiempo que yo emplearé. Preocúpese más bien por contarme toda la historia que hizo que usted y el chico se vieran en estas circunstancias.
— Mhmm… es una muy larga historia —dijo el joven dándole la espalda al maestro para luego echarse de nuevo sobre la cama— — Tampoco se preocupe por ello que tendremos tiempo suficiente. Me contará un fragmento cada día mientras trabaja en aprender de la meditación. De las ocupaciones diarias y de empezar a construir una fructífera amistad con el joven Karîm.
Por una fracción de segundo el joven agente frunció el ceño echándose a carcajadas posteriormente.
— ¿Amistad? Para ser el primer día en este lugar ya me ha hecho reír dos veces. Ya merecía yo alguna cosa positiva.
— Le dejo ahora para que descanse, no sin antes informarle que las actividades en esta casa inician con el alba, por lo tanto, lo quiero de pie y ganándole a los primeros rayos del sol de cada mañana. Con permiso y buenas noches, joven Wieber.




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