La Voz De Un Sendero Entre Las Hojas

COMO UNA MALA PROFECÍA

ESSEN – ALEMANIA

El corazón de Gina Alicia había vuelto a latir en paz. Su hermosa princesa no solo la había perdonado, sino también le había prometido retomar sus actividades de Ballet.

Por esa razón se puso en contacto inmediato con la directora del Royal Ballet Academy para interceder por su pequeña hermana y explicarle las razones por las cuales no había podido presentarse el día de apertura. Todo estaba aparentemente solucionado y solo quedaba una cosa por hacer para que su tranquilidad fuera completa.

— Bojdan, en verdad necesito que me hagas este favor.

— Gina, ya me has pedido demasiados favores en las últimas semanas. No puedes arriesgarme de este modo.

— ¿De qué manera podría arriesgarte? Se trata de gente pública y solo te estoy pidiendo que corrobores los datos que me han proporcionado. Eres muy bueno en lo que haces. No me salgas con la historia de que podrían descubrirte. Además, esto se trata por la seguridad de Aurorita. ¿Cómo podría mi padre estar molesto contigo por eso?

Un gran suspiro de Bojdan se oyó a través del teléfono.

— Mmm… ok… Dime los datos de esas personas.

— Necesito que corrobores la información de Niall. D. Milner y Daniel Evans. El primero dice ser DJ, músico y productor discográfico. Y el segundo, su representante. Ese representante se acercó a Aurora para hacerle una propuesta en nombre y representación de Niall. D. Milner, y deseo saber qué tan confiables son esas personas.

— Está bien. En cuanto consiga las informaciones que necesitas volveré a comunicarme contigo. ¿De acuerdo?

— De acuerdo. Yo acabo de regresar a Alemania. Nos vemos en Mawal en cuanto las tengas.

Una semana después de haber visitado a su pequeña hermana en Londres, Gina Alicia había retornado a Alemania. Ni bien pisó la mansión, no perdió ocasión en contarle a su esposo absolutamente todo lo que había sucedido allá. Michael Bruchhagen también quedó profundamente aliviado. Feliz por Aurorita y por sobre todo por su esposa, quién hasta ese momento no hallaba sosiego para su alma.

Posterior a una jornada de descanso, Gina Alicia se reunió Anna Haggard para darle las condolencias a ella y a su madrastra por el reciente fallecimiento de Thomas Wieber. Aprovechando esa visita de Gina, Anna le pidió un momento a solas para que pudieran conversar.

Gina aceptó y ambas se dirigieron a un lugar más privado de la casa.

— ¿Gina, tú sabes dónde está mi hermano? Si es así, tienes que decirme cómo y dónde localizarlo.

— ¿Tu hermano? ¿Por qué tendría que saber yo dónde está tu hermano?

— Debo decir que aún me sorprende el modo en que logras engañar a las personas. ¿Pero sabes qué? Te conozco lo suficiente y a mí no lograrás engañarme. Durante días intentamos hablar con Louis, al menos por teléfono, pero no conseguimos nada y de repente tú obras un milagro y logras contactar con él.

— No obré ningún milagro, y si vuelves a hablarme en ese tono, Anna, al menos procura no quedar como la típica tonta de siempre, ¿quieres?

Con una sonrisa sarcástica y cruzando los brazos, Anna Haggard la observó fijamente.

— Tu padre fue un agente encubierto y tu hermano tomó su lugar un par de años después de haberse retirado. ¿Acaso con esta actitud tú pretendes hacerme creer que no sospechabas nada al respecto? Louis Wieber no es ningún simple Policía Federal y no se metió a la mansión de Byfang solo por amor a mi hermana. Sus intereses profesionales siempre fueron más grandes y yo no he hecho otra cosa más que colaborar en algunos aspectos para los cuales se acercó a mí en un par de ocasiones. Yo desconozco la localización de tu hermano, y si pude contactarlo fue gracias a un antiguo colaborador de mi padre. Debes saber más que nadie, que los agentes encubiertos siempre desaparecen Anna.

— Mmm… definitivamente no perdiste en absoluto esa capacidad de desviar las conversaciones que te incomodan. ¿Dime cuál era el afán que tú tenías para querer hablar con Louis? Y no te atrevas a decirme que era solo para hacernos el favor a mi madrastra y a mí, porque eso ni tú misma te lo creerías. Contéstame… ¿Era acaso para contarle a mi hermano que Isabella está embarazada?

Al oír esas palabras, Gina Alicia palideció por completo. No tenía idea alguna de aquello que Anna acababa de mencionar.

— ¿Isabella está embarazada? —se preguntó a sí misma—

— En verdad espero que se lo hayas contado a mi hermano porque en la casa hemos vuelto a perder comunicación con él y tu hermana está decidida a ocultarle su embarazo a Louis. Incluso algo mucho peor. Isabella está decidida a negarle a mi hermano el mínimo vínculo con ese bebé. Es capaz hasta de negar que él es su padre, y eso yo jamás lo permitiré. Haré hasta lo imposible por localizar a Louis y contarle todo lo que pretende Isabella. ¿Qué fue aquello tan grave que los hizo pelear de ese modo? ¿También lo sabes y pretendes callar?

— ¿Por qué tengo yo que saber lo que sucedió en la vida de los dos? Louis e Isabella ya son personas adultas. ¿Por qué me inmiscuiría yo en sus asuntos? Además, preguntas eso como si no supieras que ellos peleaban todo el tiempo.

— Mmm… pero también acababan reconciliándose siempre, cosa que no sucedió esta vez. Escucha bien. Por tu bien y por el bien de todos espero que arregles esta situación —le advirtió Anna—




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.