La Voz De Un Sendero Entre Las Hojas

CONFABULACIÓN

APARTAMENTO DE NAJIB MAJEWSKI

— Cuéntame lo que sucedió, Najib. ¿Tú en verdad fuiste capaz de entregar a nuestro hijo?

— Jenny, deja de llorar. No lo hagas porque ese chico no lo merece.

— Deja de hablar de ese modo porque ese chico es nuestro hijo. Dime cómo pudiste.

Hundida en llanto, Jennifer, le reclamaba a empujones la razón del por qué fue capaz de entregar a su hijo Ihsân a las autoridades.

— Jennifer, basta. Es suficiente. No entregué a nuestro hijo. Es más, ni siquiera lo pude ver. Pero se encuentra en la mansión de Byfang y es mi sobrino quién está ocultándolo.

— ¿Qué dices?

— Lo que acabas de oír, y esa confabulación entre ambos no ha de ser para nada buena.

— ¿Por qué crees eso?

— Jenny, nuestro hijo es un joven delincuente, y mi sobrino no está bien de la cabeza. ¿Dime qué cosa buena podría salir de ese par? Me gustaría mucho en verdad saber la razón que acabó uniéndolos de la noche a la mañana, pero no tengo como. Karîm ordenó a sus guardias que me echaran de la mansión, por lo tanto nuevamente me siento amarrado de pies y manos. No podré sacar de ese lugar a Ihsân si mi sobrino intervendrá en todo. Ese muchacho resultó ser igual de astuto que mi hermano. Me atrevería a decir incluso que mucho más.

Sin duda alguna a Jennifer también le resultaba extraña aquella repentina y desconocida confabulación entre su hijo Ihsân y Akins. Si bien eran primos y llevaban la misma sangre, cada quien llevaba también en sus venas sangre enemiga de odio y venganza. Ambos chicos nada tenían que ver con el pasado sangriento y cruel, sin embargo la historia de aquel mismo pasado les pesaba no solo a ellos dos sino también a ella y a su esposo al igual que al resto de toda la familia.

— ¿No dices nada?

— ¿Qué quieres que diga? Si mi hijo estará a salvo de ti en aquella mansión, yo no tengo nada que objetar.

— ¿A salvó dices? La única manera en la que Ihsân pudiera estar a salvo es encerrado tras las rejas. Tu hijo seguirá cometiendo fechorías y su condición con la justicia se pondrá mucho peor al aliarse con ese primo desquiciado, déspota y de sangre fría.

— Bueno, es la misma sangre que corre por las venas de mi hijo. ¿No lo crees Najib? ¿Desde cuando la delincuencia y el crimen te tiene tan sorprendido?

— Juro que no puedo creer que estés hablando de ese modo.

— ¿Por qué no? Si se trata de mi hijo no me importa nada más. Yo como madre jamás querría verlo tras las rejas, y si aliarse con su primo lo liberará de la cárcel pues entonces que se quede con él.

Molesta con su esposo Najib, y a la vez por dentro aliviada de saber que su hijo no sería aprehendido, Jennifer se levantó del sofá y abandonó la sala.

 

ELEMENT YOGA

— Que sorpresa, muchacho. Pensé que ya no volverías a pisar el gimnasio para entrenar.

— A veces también pienso lo mismo, maestro, pero aquí estoy y voy a ponerme a entrenar toda la tarde. Traje a alguien conmigo —dijo Akins empujando hacia el frente al pequeño Ezra quien se encontraba oculto atrás de él—

— ¿Y este pequeño?

Ezra sonrío saludando al maestro con gestos de mano.

— Mi nombre es Ezra, maestro Chung.

— Es hijo de la di... de Gina. Mi sobrino, maestro Chung y lo traje porque quiere que usted le enseñe TAE como a mi.

— ¿Es verdad eso?

— Si, maestro Chung.

— Pues entonces será un honor poder enseñarte. ¿Sabes que la disciplina y la concentración son los primeros pasos para seguir las técnicas de taekwondo?

El pequeño negó con la cabeza.

— También me dijo lo mismo, pero lo que menos tengo yo en esta vida es concentración, y aun así aprendí —le susurró Akins a su sobrino— Como sea, siendo tú un niño sin preocupaciones, te será mucho más fácil aprender.

— Estoy seguro que lo hará. Le pediremos ahora mismo a Oliver, uno de los maestros que enseña aquí como yo, que te agregue a la lista de nuevos alumnos. La verdad aquí aporto más con mi experiencia, pero me encargaré que aprendas TAE como corresponde.

— Hágalo maestro que yo me encargaré de asignarle a uno de mis guardias para que lo traiga todos los días.

Ezra estaba feliz. Su tío finalmente había cumplido su palabra de llevarlo al gimnasio del maestro Chung para apuntarlo a las clases de Taekwondo.

Mirando fijamente al Dummy intentaba repetir la patada giratoria de 360° de la última vez, pero por las situaciones cotidianas que ataviaban su vida, algo en él hacía que aquella técnica fallara

— No olvides girar completamente antes de patear. No lances la patada hasta haber girado la cadera completamente hacia adelante. No eleves demasiado el pie porque eso hace que pierdas el equilibrio y la velocidad —indicaba el maestro intentando que Akins corrigiera esos errores que no le permitían lograr su objetivo— Intenta patear cerca del suelo. Gira en un círculo pequeño. Debes mantenerte en un radio comprimido y controlado




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