La Voz De Un Sendero Entre Las Hojas

SECUESTRO

PUERTO NUEVOLIMASSOL
A las tres de la madrugada todo el equipo, desplegado a lo largo de puerto nuevo, aguardando el desembarque del gran barco de cargas, ya se encontraba, para llevar a cabo el gran operativo largamente, por el ex agente anhelado.
A orillas del muelle, un par de inspectores portuarios, con bengalas artificiales, daban las primeras señas para el encallado del barco, cuando de la nada y de manera inesperada, un ejército de lanchas con hombres encapuchados y fuertemente armados aparecieron, encallando en varios puntos del mismo muelle.
Todos descendieron, y al poco tiempo, el sitio, de invasores estaba lleno. Observando a sus principales hombres, Einar Steen quedó sin palabras acerca de lo que acababan de ver.
— ¿Qué demonios significa esto? —dijo para todos a través del micrófono que llevaba al hombro y que no tardó en recibir comunicación—
— Piratas
— ¿Piratas?
— Al parecer son piratas que pertenecen a alguna mafia, señor. Usted dirá ahora de qué manera proceder. ¿Atacamos?
— No… No muevan un solo dedo aún.
La orden llegó para todos a través de sus respectivos micrófonos. Por sobre todo a los francotiradores que se encontraban en ángulos muy estratégicos de las casetas más próximas al muelle.
El gran barco de cargas estaba siendo asaltado por piratas de alguna mafia hasta ese entonces desconocida, y el ex agente al igual que todo su equipo, no lo terminaban de comprender.
Intentando en su cabeza llegar a una pronta y lógica explicación, Einar Steen pensó.
— El gran barco de contrabando debía ser descargado en fragmentos y ser trasladados hasta puerto viejo donde serian repartidos en distintos barcos de menor porte para sus respectivas comercializaciones. ¿Por qué razón los piratas tomarían el riesgo de atacar un barco en este lugar?
En cuestión de segundos todo se convirtió en un auténtico caos. Unos pocos fueron tomados como rehenes, y en su mayoría acribillados sin compasión.
La gran embarcación acababa de ser tomada completamente.
— Atacaremos a la cuenta de tres —dijo Steen sujetando el dispositivo de alerta para todo el equipo— Derriben a todo lo que se mueva. No quiero de pie a un solo invasor, a excepción de los rehenes.
Cubriéndose con el pasamontañas, el ex agente Steen, elevó la mirada al cielo de una noche cubierta de estrellas, y recordando a su padre, a la cuenta de tres entraron en acción.
Abriendo fuego, salieron de sus respectivos escondites. El sitio ya no solo se encontraba rodeado por piratas de la mafia. Para ese entonces, el muelle se hallaba invadido por un inmenso despliegue de hombres que formaban parte del operativo.
Los piratas de la mafia que habían invadido el interior del barco, yacían acorralados, y en su mayoría, sin contemplación fueron masacrados.
— Ya saben que quiero con vida a los rehenes. Y desde luego al cabecilla de estos invasores.
El ex agente y su par de hombres de mayor confianza, treparon hasta la proa, pues necesitaban llegar lo antes posible a la cabina de mando del barco para aguardar allí a que otro par de hombres escoltaran a Bojdan quien debía dar inicio al proceso, no solo del hackeo de la seguridad de los contenedores, sino por sobre todo a los sistemas de radares y rastreadores GPS.
Cubriéndose unos a otros y derribando objetivos en el camino, incluso con ayuda de los francotiradores, lograron llegar finalmente a la cabina. En el lugar, hallaron tres cuerpos. Uno perteneciente al miembro de la tripulación y los dos restantes, a los piratas invasores.
Einar Steen volteó el cadáver de uno de ellos. Le arrancó el pasamontañas y subió una de sus mangas.
— Voronyi Klych (Garra del cuervo) —habló Hoffmann, uno de sus hombres, observando el tatuaje que el caído en el brazo llevaba—
— Piratas de la mafia ucraniana. ¿En verdad tenían planeado asaltar los contenedores de este barco? Esto debe tener una explicación lógica. Necesito a Bojdan aquí de inmediato para que haga su trabajo mientras yo me encargo de interrogar a los rehenes y al cabecilla de estos invasores.
Steen, abandonó nuevamente la cabina y se dirigió hasta una de las casetas donde sus hombres se habían llevado a todos los rehenes.
Amarrados, de rodillas y con los ojos vendados, en una de las casetas, los aprehendidos, yacían fuertemente custodiados. El ex agente se acercó unos pasos, primeramente en dirección a uno de los miembros del Voronyi Klych.
— Sé muy bien acerca de los códigos que manejan los miembros de todas las mafias, pero —dijo colocando una silla delante del invasor— del modo que sea, hare que hables, maldito miserable. Vas a explicarme por qué razón decidieron está vez atacar un barco de gran porte, cuando la especialidad de los piratas de la mafia es asaltar y secuestrar barcos cargueros pequeños que transportan mercancías ya comercializadas o en camino a serlas. ¿Por qué razón quebrantarían sus propias reglas? ¿Qué cargamentos importantes guardan esos contenedores? —vociferó sujetándolo de los pelos mientras la cabeza, con un arma le apuntaba.
— ¿Eres acaso un agente encubierto? Solo eso explicaría que fueras tan imbécil.
Steen volvió a jalarle los pelos con fuerza, activando el gatillo de su arma.
— El cargamento de contrabando atracó hace dos días en puerto viejo. Voronyi Klych debía cerrar un trato con otro miembro por uno de los contenedores, pero Bahar Malak nos hizo una mala jugada. Dabir Kazım tarde o temprano nos las pagará.
— ¿De qué demonios hablas? Toda la mercancía de contrabando se encuentra dentro de los contenedores del barco que acaba de atracar aquí y que ustedes invadieron.
Resonante y con tono de burla, el criminal se echó a reír.
— Acabo de decirte que eres un imbécil y me lo confirmas.
Enfurecido, el ex agente soltó al sujeto y volteó en dirección a los rehenes, miembros de la tripulación del barco.
— ¿De qué está hablando este sujeto? —prosiguió ejecutando la misma acción anterior—
Ninguno contestó
— Acabo de hacerles una pregunta. ¿Por qué dices que Dabir Kazım les hizo una mala jugada?
— Pregúntaselo a él. Estará aquí pronto acompañando al miembro con el cual debíamos cerrar un trato dos días atrás. Voronyi Klych deseaba darle a Dabir Kazım una grata sorpresa, pero lo arruinaste. Teníamos órdenes de matar a ese bastardo y lo has arruinado todo.
— ¿Entonces Dabir Kazım sí estará aquí? —susurró el ex agente esbozando una sonrisa— Definitivamente los astros esta noche se alinean a mi favor.
El ex agente, se comunicó de inmediato con todos sus hombres para pedir a la mayoría de ellos que retornen a sus posiciones lo antes posible.
— Señor, hemos llevado a otro grupo de rehenes hasta otra de las casetas cerca de aquí.
Steen asentó
— No quiero que escape uno solo. ¿Me has entendido? Dabir Kazım estará aquí pronto y le daremos la bienvenida que se merece. Daremos el golpe perfecto y definitivo
— Señor —irrumpió otro de sus hombres—
— ¿Logró Bojdan desactivar todos los sistemas de radares del barco?
— Así es, señor.
Steen levantó al garra de cuervo y lo puso junto a los rehenes de la tripulación, dirigiéndose a ellos.
— Si aman un poco sus miserables vidas, van a contestar la pregunta que les haré. ¿Tienen algo que ver con los cadáveres encontrados hace dos días a orillas de puerto viejo?
Una vez más nadie contestó, y Steen, sin titubeos y con la paciencia al límite, hirió a dos de los tripulantes del barco, apuntando inmediatamente a un tercero en la cabeza.
— Si no hablas, mueres.
— Juro que no sabemos nada.
— Mientes —vociferó activando el gatillo—
— En verdad no sabemos nada. Soy capitán de buque mercante dese hace años y solo cumplo con mi trabajo. Las navieras no nos dan explicaciones sobre ningún contenedor que debemos trasladar. Llegamos a destino. Firmamos el ingreso al puerto, con los inspectores portuarios y eso es todo. No sabemos nada acerca de los cadáveres que menciona.
Mientras el hombre suplicaba por su vida, quejumbrosos de dolor y desangrándose, los otros dos en el suelo se retorcían.
— ¿Qué hay dentro de esos contenedores? —reiteró por última vez dirigiéndose al garra de cuervo—
— No hablará, señor. Pierde su tiempo, pero si es verdad lo que acaba de decir acerca de Dabir Kazım, será mejor que nos alistemos.
Enfurecido, el ex agente amordazó de nuevo a todos. Ordenó a un par de guardias que custodiaran la caseta y se marchó.
— ¿Qué fue lo que sucedió, Hoffmann? ¿Oíste lo que dijo ese maldito cuervo? ¿Y si resulta ser verdad? ¿Si las mercancías de contrabando atracaron ya hace dos días en puerto viejo y nosotros no encontramos absolutamente nada en estos contenedores? Comienzo a creer que eso fue exactamente lo que sucedió. El barco fue atacado quizás por piratas de alguna otra mafia. Mataron a todos los tripulantes y lanzaron sus cuerpos a orillas del muelle.
— Si es así, lo averiguaremos tarde o temprano. Lo importante ahora es poder capturar a Dabir Kazım.
— Capturarlo no tendría ningún sentido. Voy a acabar con ese infeliz. Dabir Kazım estará muerto antes del amanecer.
Todos nuevamente en sus respectivas posiciones y en constante alerta, observando a través de binoculares de visión nocturna, Einar Steen y sus hombres aguardaban la llegada de Dabir Kazım. El reloj marcaba casi las 04:00 a.m. cuando una caravana de coches se acercaba a lo lejos.
El muelle de Puerto Nuevo yacía en silencio y a oscuras, y como una veintena de guardias se acercaban al lugar rodeando como a tres o cuatro personas.
De inmediato, todo les resultó extraño puesto que no habían luces encendidas, ni en las casetas más próximas, ni en los faroles de cada esquina. Y para variar ningún inspector portuario recibió a ambas comitivas como se debía.
— Al parecer se trata de dos comitivas, señor —le susurró Hoffmann a Steen—
— El cuervo mencionó que debían concretar un negocio con miembros de otra organización, pero haciendo referencia al barco fantasma que atracó en Puerto viejo. Ya veremos si se trata de los mismo personajes. Si no aclaro todo esto, la cabeza me va a estallar.
Las tensiones, por alguna razón, comenzaban a ser visibles entre ambas comitivas. El anormal panorama de puerto nuevo puso en alerta máxima a los guardias, por sobre todo luego de acercarse a la zona del muelle y descubrir un sinfín de cadáveres.
— Señor, me temo que el barco fue asaltado —susurró uno de los guardias a Dabir Kazım quien tras aquellas palabras, palidecido y sudando frío observó de reojos a la comitiva que lo acompañaba—
— ¿De qué demonios estás hablando?
— Es mejor que no nos acerquemos al muelle. Los acompañaremos de nuevo hasta el coche.
— Sabes que no puedo hacer tal cosa. Voronyi Klych y Solntsevskaya deben concretar un trato antes de que amanezca. ¿Has podido ya comunicarte con Vanko? Necesito cuanto antes la llave de la caseta donde se encuentran las mercancías que fueron descargadas hace un par de días en Puerto viejo.
Otro de los guardias que había inspeccionado el área, se acercó con gran prisa y comunicó.
— Señor, no podemos ingresar al barco. Todo está bloqueado, a oscuras y…
— ¿Y?
— Hallamos también varios cadáveres en la proa.
Ocultos y aguardando el momento oportuno para atacar, el ex agente y sus hombres, intentaban oír cada palabra proveniente de aquellas conversaciones.
— Entonces resulta ser verdad que atracó un barco en Puerto viejo hace dos días. Los mismos dos días en los que se reportaron cadáveres en la zona —le decía Steen a Hoffmann intentando contener su ira—
— Si las autoridades intervinieron en esos casos, es evidente que ocultaron muy bien la situación para evitar crispaciones entre comerciantes de rango elevado que atracan aquí y en los principales puertos de Chipre con sus barcos y sus mercancías de gran valor. Es sabido que en muy pocos lugares, las distintas mafias y organizaciones clandestinas logran operar de manera libre e ilegal como lo hacen en este país; por lo que bajo ningún sentido, entorpecerían las inversiones y los negocios que los grandes magnates realizan constantemente.
A través de su pasamontañas, el ex agente en dirección a Dabir Kazım y las dos comitivas observaba. Las inquietudes por ambas partes, comenzaban a acrecentarse a cada minuto que pasaba.
— Si existió el atraque de aquel barco en puerto viejo, significa que este no fue más que una burda distracción. Maldita sea, no lo puedo creer —decía con una furia que apenas lograba contener— Secuestraron dicho barco, Hoffmann, y ni siquiera el imbécil de Dabir Kazım y su gente lo notaron.
— Y por lo que dijo el cuervo, podríamos considerar que tampoco el grupo mafioso al cual pertenece, sabe a ciencia cierta sobre lo que ha ocurrido con el barco de puerto viejo y la mercancía que les pertenecía. Únicamente deducen que Dabir Kazım y Bahar Malak les hicieron una mala jugada.
Einar Steen tomó el pequeño dispositivo que lo conectaba a todos sus hombres para encender la cuenta regresiva de ataque.
— ¿Está seguro señor de lo que va a hacer? —preguntó Hoffmann deteniendo por milésima de segundos su inminente acción— ¿Sabe a qué grupo criminal pertenece la segunda comitiva?
— Así pertenezcan todos a la mafia del quinto infierno, Hoffmann, acabaremos con todos ellos. No quiero de pie a uno solo. Y por supuesto, dejarán que yo me encargue personalmente de Dabir Kazım.
— Solntsevskaya, una de las bandas criminales más poderosas de Moscú, con tentáculos extendidos por toda Asia —comentó de todos modos, Hoffmann—
Einar Steen ignoró sus palabras. Nada de eso le importaba, y activando el pequeño dispositivo, a la cuenta de cinco, ordenó que todos atacaran.
En cuestión de segundos y de manera instantánea, todos cayeron derribados. Los enemigos no lo esperaban. El ex agente y sus hombres, salieron de sus respectivos escondites ante los pocos hombres que de pie quedaban.
Aquel operativo nocturno, reflejó finalmente lo desolador y apocalíptico. Todos abriendo fuego con las grietas del infierno.
— Dabir Kazım —vociferó Steen con su arma de alto calibre en mano, dando hacia él unos pasos—
Dabir Kazım al igual que Nikolai Kozloi (miembro de Solntsevskaya y jefe de la organización de dicha mafia que representaba a la sede clandestina en Chipre) yacían de rodillas.
El ex agente detuvo sus pasos ante él, le pidió a uno de sus hombres que sujetara su arma, y tomó con el puño derecho el cabello de Kazım levantándole la mirada.
Dabir Kazım observó al hombre quien se arrancaba ante sus ojos lentamente el pasamontañas.
— Louis Wieber —habló Kazım vanamente sacudiéndose con rabia—
— Siempre supuse que eras un auténtico imbécil, Dabir Kazım, pero nunca imaginé que acabarías hundiendo en tiempo récord al antiguo imperio Hasnan. Entenderás ahora finalmente porque razón el gran Abujamal Saqqad Hasnan nunca te tuvo en cuenta para ninguno de sus negocios y mucho menos para dejarte herencias. Tu poca inteligencia tuvo que haberla percibido incluso mucho antes de que nacieras. Fuiste un bastardo insignificante. Una vergüenza para el apellido Hasnan.
— Cierra la boca maldito miserable. ¿Cómo fue que llegaste hasta aquí si no eres más que un pobre fracasado que por inepto echaron de las filas del SIID quedando sin tener siquiera dónde caer muerto.
Jalándole del cabello con más fuerza, Steen apretó el puño izquierdo propinándole incesantes golpes en la cara. Lo tiró al suelo y se alejó unos pasos para dirigirse a Nikolai Kozloi.
— Debo admitir que me siento muy extrañado. Una banda mafiosa tan poderosa como Solntsevskaya no puede carecer de tantos cuidados haciendo negocios con este imbécil. Juro que no lo entiendo. ¿En verdad era necesario? ¿No dirás nada? Hoffmann se ha cansado de decirme que es una pérdida de tiempo intentar interrogarles, pero la persistencia es algo que no puedo evitar —hablaba mientras de cuclillas ante el hombre se colocaba— Si hablas, puedo considerar perdonarte la vida, Kozloi
En principio, Nikolai Kozloi no emitió palabra alguna.
— ¿Qué tipo de negocios tenían pactados cerrar aquí con Bahar Malak? ¿Tienes una idea de las mercancías hay en esos contenedores?
El hombre seguía sin responder, y la poca paciencia del ex agente se comenzaba a ver. Tomó entonces un silenciador y le apuntó a la cabeza. Cómo quier…
— Las niñas —irrumpió el hombre a nada de que Steen apretara el gatillo— Solo quiero recuperar a las niñas.
— ¿Cuáles niñas?
— Las hijas del jefe, Zaytzev. Pavel Zaytzev. Ellas fueron secuestradas.
— Explica eso ahora mismo y no te detengas.
— Pavel Zaytzev y su familia se encontraban en Moldavia. Iban por la carretera cuando un grupo de Voronyi Klych los emboscó. Asesinaron a Zaytzev, hirieron de gravedad a su esposa y secuestraron a las tres niñas. Anatoly Zaytzev desea recuperar a sus nietas a como de lugar. Está dispuesto a ceder a la garra del cuervo todos sus territorios aquí en Chipre con tal de que devuelvan a las niñas, sanas y salvas.
Si pensaba que nada podía ponerlo más furioso de lo que ya estaba, al ex agente le hirvió el corazón luego de oír de Nikolai Kozloi aquellas palabras. Volteó nuevamente en dirección a Dabir Kazım y se acercó.
— ¿Dónde están esas niñas, Dabir? ¿Dime qué has hecho con ellas, engendro del mal?
Dabir Kazım no parecía dispuesto a hablar y se lo advirtió al ex agente con un escupitajo de sangre en la cara.
Steen lo tumbó al suelo dispuesto a matarlo a golpes, sin embargo, las súplicas de Nikolai Kozloi, lo detuvieron.
— Si lo mata, no sabré como recuperar a las niñas. Si usted es un agente encubierto, llévenos a prisión. Haga lo que mejor le parezca, pero por favor, intervenga de alguna manera para recuperar a las niñas. La madre que aún se encuentra hospitalizada, preguntará por ellas en cuanto despierte —suplicó el hombre entregándole al ex agente una fotografía de las tres pequeñas—
Steen la observó y su corazón no pudo evitar sentirse conmovido. Tenía una hija a la que adoraba como a nadie en el mundo y por la cual sería capaz de mover cielo, mar y tierra, por lo tanto no iba a quedarse cruzado de brazo ante aquella situación.
Volvió a incorporar a Dabir Kazım intentando sacarle alguna certera información.
— ¿Dime, miserable, que hiciste con esas niñas? También tienes hijos, Dabir Kazım. ¿Te gustaría que alguna cosa mala les sucediera? ¿Cómo puedes involucrar a personas inocentes? Habla… ¿Dónde están las niñas?
— No lo sé… se supone que Vanko ya debía estar aquí con las mercancías.
— ¿Mercancías? ¿De ese modo las llamas? —decía mientras más golpes le repartía— ¿Quién es Vanko?
— Uno de los inspectores portuarios de Puerto viejo. Es la persona que recibe los registros de ingresos de los barcos de cargas de menor porte. Todo lo que sé es que debía recibir las mercancías y que en el primer contenedor se encontraban las mercancías con las cuales Voronyi Klych y Solntsevskaya debían firmar un acuerdo. No sabia nada acerca de esas niñas. No tengo nada que ver con el secuestro de las mismas.
— No mientas gusano. Deja de hacerlo —vociferó empujándolo como por décima ocasión al suelo—
— Puedes pensar lo que quieras, Wieber. Pues aun mintiendo o diciéndote la verdad, no me creerás.
— Contéstame que hay dentro de estos contenedores. Si no hablas te daré el golpe definitivo que te envíe directo al infierno.
— No hallarás nada de lo que piensas. Únicamente ensamblajes y repuestos que deben ser entregados a un par de empresas de vehículos.
Dabir Kazım observó de reojos a Nikolai Kozloi
— Acabo de enterarme que han secuestrado el barco hace dos días y que el inspector portuario de puerto viejo no se encuentra por ningún lado.
— ¿Fueron los propios cuervos quienes lo han secuestrado?
— No lo creo. El interés de Voronyi Klych de robar todo territorio posible a Solntsevskaya aquí en Chipre era mucho mayor que robar un barco de cargas.
— No si tenían conocimiento de lo que había en el segundo contenedor —le replicó Nikolai Kozloi—
Steen y algunos de sus hombres que todo lo oían, sintieron curiosidad.
— ¿Cuántos contenedores trasladaba ese barco? —preguntó el ex agente dirigiéndose a Kazım—
— Dos. Los barcos de carga de portes pequeños que atracan en Puerto viejo no permiten más de dos contenedores.
— ¿Y aparte de las niñas, que trasladaba ese barco en el segundo contenedor?
Kazim no contestó.
— Te diré algo, Dabir. Hace exactamente dos días, las autoridades portuarias han encontrado cadáveres en los alrededores de Puerto viejo, y eso significa que muy probablemente el inspector primario del que hablas, este muerto. Si los Voronyi Klych o cualquier otro grupo de piratas mafiosos secuestraron ese barco, saldrán ganando del modo que sea, si dentro de los contenedores, aparte de esas inocentes niñas, yacieran de contrabando otras valiosas mercancías.
Para Steen no había más que decir. Dio unos pasos adelante. Giró media vuelta sobre sí mismo y con un certero disparo en la frente, cumplió finalmente con uno de sus mayores cometidos. Acabar con la nefasta existencia de Dabir Kazım.
Volteó en dirección a Nikolai Kozloi.
— A ti no voy a matarte porque sé que en algún momento me servirás de mucho. Haré todo lo que esté en mi casa para saber sobre el paradero de esas niñas. Llévenselo a la caseta —ordenó a sus hombres— y encárguense de documentar hasta el mínimo detalle de todo lo que ha sucedido aquí.
Los hombres obedecieron, y con raudos pasos, Steen se dirigió rumbo al gran barco carguero.
— Una nueva etapa acaba de empezar y me encargaré personalmente de que todos por sus crímenes vayan a pagar —a sí mismo se susurraba mientras caminaba y una sonrisa en su rostro esbozaba—




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