Apuraba el paso…hacia un frio capaz de congelar a la ninfómana más caliente, el viejo vagabundo tiritaba y seguía tomando un vino barato bajo la luz tenue de una farola que a duras penas alumbraba más allá de 5 metros.
Tenía los dedos congelados…ya no los sentía, no podía pensar, era todo muy confuso, como era posible, como paso, porque, quien fue…
Esas preguntas rondaban en mi cabeza desde ese día, no encontrar la solución me generaba mucho estrés, tenía mucha ansiedad…
Baje apresurado las escaleras, quería estar ya en el vagón para volver a mi hogar, tomar una taza de café y comer unos huevos, dormir…dormir y dormir…
Mientras esperaba, completamente solo, sentí una voz muy tenue que provenía del oscuro túnel, fue una voz que había oído antes, pero… que fue, había estado muy alterado últimamente…podía todo ser producto del cansancio y la fatiga.