La Voz que No Era Mía

Introducción

Este cuaderno fue hallado en un lugar donde ya no debería quedar nada. Una cabaña hundida en el polvo, las paredes comidas por la humedad, los cristales rotos y las vigas quemadas por un fuego antiguo. No había señales de vida alrededor, ni siquiera de animales; como si el propio desierto hubiese decidido expulsar esa tierra de su memoria.

Entre la ceniza y los restos, envuelto en harapos ennegrecidos, apareció este diario. La cubierta está deformada, áspera al tacto, como piel que se arruga con los años. Algunas páginas parecen manchadas de tierra, otras de algo que es mejor no nombrar. El aire alrededor tenía un olor extraño, a hierro y ceniza, un olor que no se va de las manos aunque uno se las lave mil veces.

No hay firma. No hay fecha clara. Las primeras páginas están arrancadas, las últimas se deshacen si se tocan demasiado. Lo que queda es una sucesión de pensamientos, fragmentos de recuerdos, confesiones escritas con un pulso que se vuelve más errático con cada entrada.

Al leerlo, lo perturbador no es solo el contenido, sino la sensación de que la voz que habla en estas páginas no es siempre la misma. A veces parece un hombre recordando su vida, otras veces un animal describiendo el instinto de la caza, y en otras ocasiones… algo más. Una voz que imita, que repite, que responde desde la oscuridad.

Algunos lo llamarían locura. Otros, simple superstición. Pero hay frases que nadie cuerdo escribiría, frases que parecen venir de un lugar demasiado profundo como para fingirlas. Si es un delirio, entonces es un delirio compartido entre varias voces dentro del mismo cuerpo. Si es real, lo que aquí se relata pertenece a un ser que no debería existir.

No corregí ni una palabra. No añadí nada que no estuviera ya en las páginas. Lo que sigue es tal cual fue encontrado, con todo su desorden, con todo su eco. No es una historia: es un rastro.

Te advierto algo antes de comenzar: este diario no pide ser leído, pide ser escuchado. Y si prestas demasiada atención, tal vez descubras que la voz que lo habita no era suya… y tampoco es del todo tuya mientras avanzas en estas páginas.



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En el texto hay: terror, horror psicologico

Editado: 30.09.2025

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