Nia vivía constantemente en una ilusión episódica. Y quería pensar que la noche que paso con aquel hombre era eso, una ilusión, una de las mejores que había tenido en mucho tiempo. Llamando a Rose por un teléfono público, hizo la parada a un taxi, sin embargo, ninguno le hizo caso, no le extrañaba pues no era la primera vez, al cabo de diez calles caminando en esos tacones con el maquillaje corrido y con una necesidad imperiosa de una ducha realmente larga.
Justo entonces, cuando Nia llego frente la estatua de aquel hombre famoso ya muerto, le dedico una sonrisa, le traía buenos recuerdos de Nathan, una de las únicas personas realmente especiales a ella, inclusive había competido una vez con el cariño que le tenia a Rose, pero la vida es totalmente injusta para una huérfana que intento tenerlo todo y no debía tenerlo.
“Enamorar a la estatua de Lennon… Creo que ahora si estas mas loca que yo Nia.” Rose se reía de ella todo el tiempo, era bastante bueno tenerla cuando los días eran realmente tristes, levantaba el ánimo. “Dios, nena, te ves horrible” aunque, así como lo levantaba también lo mataba.
“Gracias por notarlo Rose.” Ambas se dirigieron a su apartamento, esta noche no dormirían en casa de algún idiota con baja seguridad. Tanta paga para que nadie fuera capaz de detenerlas o encontrarlas. El lugar realmente no era malo, una sola habitación, baño, cocina, sala y comedor. Era para una persona, pero ambas tenían tanto tiempo de convivir juntas que no les importaba compartir, ese lugar era sagrado, nadie mas que ellas sabia donde estaba. Comenzaron con la rutina que preparaban para la noche de chicas.
“Debo de admitir nena, que el hombre con el que te fuiste anoche era todo un adonis, podía sentir su presencia marcando territorio cuando estaba junto a ti.” Rose pensaba que en algún momento ella podría escapar de toda la vida y dejar todo atrás. Pero antes tenían asuntos pendientes.
“Probablemente, pero no importa, no tiene nada que nos interese a ti y a mi Rose.”
“Estuve investigando un poco anoche, y varios de los hombres eran irreconocibles para mí, hasta que se llego a presentar uno con una pelirroja mientras coqueteaba con alguien en la barra. Su nombre es Lucio Morett… ¿Te suena?” Rose lanzo la pregunta de manera sarcástica pues sabía que Nia conocía el nombre.
“Claro que se quien es, pero no pensé en verlo allí, lastimosamente me retire de inmediato o el también sabría quien era estando tan cerca…” el recuerdo del hombre le supo agridulce por haber dejado a ‘Jules’
“El llego muy interesado en ofrecer un negocio que se escuchaba muy exitoso, sin embargo, no dijo nada. Aunque la chica no me era familiar, tal vez no pertenecía a la elite. Pero era demasiado joven.”
“Ha pasado un tiempo y sabes lo que paso después de esa noche Rose. Y como ahora debemos valernos de información a nuestra manera.” La mañana estaba en todo su esplendor, al igual que la mente de las dos chicas, que se dispusieron a comenzar su propia investigación.
Mientras que James aun estaba algo aturdido por lo que acababa de suceder aquella mañana, Hills comenzaba la organización del arresto de la distribuidora de drogas. Aun estaba molesto por el caso de Holly Smith, pero toda investigación requería ciertos sacrificios.
“Bueno, creo que eventualmente tu mente volverá de donde quiera que este James, pero Gomez quiere avances de nuestra investigación ahora, así que sugiero que comiences a teclear.” Hills golpeo la cabeza del detective. Y, aunque James le vio mal, este rio.
“Hills ¿Eres casado no?” James se sentía estúpido por la pregunta que le haría, pero nunca le había pasado nada parecido con lo que sintió con ‘Kara’
“Claro, ya tengo doce años de casado con Melanie”
“Bueno, entonces dime… ¿Porque una chica se iría después de una noche de pasión en la que los dos se sintieron uno? Bueno, eso fue lo que sentí y lo que vi en sus ojos. La manera en que disfruto todo.”
“Créeme James, después de todo el tiempo aun no comprendo del todo a las mujeres, pero puede que realmente el único que sintió todo eso anoche fuiste tú.” Y ese fue el golpe bajo que lo devolvió a la realidad.
“Ya me pondré a trabajar Hills, ahora vete…” tomo de su café y al encender la maquina y ver la pagina en blanco, se sintió igual. En blanco.
Horas mas tarde estaba con Gomez, quien tenia en sus manos el informe y aunque su mirada era seria, se notaba la felicidad del hombre en sus ojos.
“Detective Collins, usted es propio de un premio, esto es increíble. Hills, será parte del bloque ‘A’ si sigue así” Hills se sentía feliz de que aquel caso fuera bastante bien, y ahora, sentía que podría vivir mejor.
En algún lugar de los barrios bajos de Nueva York, una chica muy bella conseguía la droga que pensaba necesitaría para las entregas de mañana, Holly no le había llamado después de aquella tarde pero esperaba que lo hiciera hoy para confirmar, se le había enseñado a hacerlo, era el protocolo que se debía seguir, de lo contrario, eso debía encender las alarmas, la elite tenia ciertos puntos a favor y su trabajo era el mejor, prefería disfrutar de la poca libertad que le otorgaban y no iba a perderlo por una mujer ridícula.
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Editado: 23.06.2018