La "x" Que Marco Mi Vida

Diecisiete

El Puerto de Nueva York y Nueva Jersey, abarca a la región dentro de un radio aproximado de 40 kilómetros desde el monumento nacional de la Estatua de la Libertad. Lugar donde Nia y Hunter se dirigian, tomaron el camino más corto para llegar, evadiendo gran parte del tráfico que hay en la ciudad. En el asiento trasero se encontraba una Madison consciente, pensante, pero sin la capacidad de moverse.

“Internos dirigiéndose al puerto, contenedor quince, informar su posición largo alcance.” dijo Nia en el teléfono desechable.

Aquí grupo de largo alcance, externos cruzando la avenida del hotel Palace. Nos vemos en diez.” la voz del Tanner hizo eco en el auto.

“Perfecto, lograron salir todos. Hunter acelera.” dicho esto llamó al siguiente grupo. “Internos dirigiéndose al puerto, contenedor quince, informar su posición corto alcance.”

Joder Nia, estamos un poco ocupados aquí, le han dado a Jenny y a Lea un buen golpe, pero estamos cruzando la avenida Park, estaremos en unos quince o Diez.”  Ese era Mason

Todos estamos bien, bueno...la chica de las pasarelas está golpeada de costado y un dedo torcido, y Lea está perfectamente, solo que tiene un moretón en el ojo.” Rose se encontraba del otro lado de la llamada. Eso significaba que escucharian a Jenny llorar por la mayoría de la noche.

“No se detengan, ya estamos cerca. Nos vemos.” Jenny llorara por el hospital más cercano, pero podían controlarla con Tanner cerca.

Llegaron al lugar y ya se encontraba armado todo; las sillas, la cámara, las luces y los instrumentos de Nia y Hunter. El contenedor era cortesía de uno de los informantes de Lea, no iba a ser utilizado con los fines que ella solicitó, pero todos eran confidentes de ella, nadie sabía el porqué, pero era claro que la chica tenía sus contactos y todas las cuerdas en las manos, sabía jugar.

“No bajes del auto, debemos esperar a que lleguen todos.” Hunter le indico a Nia. Ella ya estaba apreciando el bisturí y comenzó a ver por el retrovisor a una Madison con ojos inquietos pero sin poder moverse, perdida y con miedo.

“No te preocupes, desde aquí la vista al asiento de atrás es muy bueno.” comenzó a reír bajo. Pasados los cinco minutos y con las luces apagadas, los otros autos pasaban por el costoso laberinto de contenedores. Era el momento de hacer temer a la Élite.

“Creo que este puede ser uno de los mejores días de mi triste existencia.” Zoe y Javier rieron al comentario de Tanner.

“Oh, y se pone mejor. Ve por ella Mason.” Mason tomó a Madison y la comenzó a arrastrar por el húmedo y frío suelo del puerto.

“Pequeña Alicia !La llave al País de las Maravillas!” Rose sonreía y todos los demás también.

“Maduren ya…” murmuró Lea.

Al abrir el contenedor todos comenzaron a movilizarse, Aria a conectar todos sus artefactos y Mason dejó a Madison en una silla de acero que se encontraba alli. Tanner comenzó a atar con cables de metal las manos de Madison.

“Esto ha sido demasiado fácil…” dijo Hunter. “No tenían tanta seguridad como la última vez en Atlantic City. Deben creer que realmente estamos muertos.”

“Hunter, la chica aún puede escucharte.” dijo Zoe preocupada.

“Zoe la tenemos en nuestras manos, bueno… en las del Nia. Ya sabes que significa eso.” Todos los presentes dieron una afirmativa.

“Muy bien, mascaras en sus rostros y guantes en sus manos. Mason, sabemos que este no es tu hobby favorito, así que dedicate a limpiar las huellas digitales y ve a vigilar.” Javier dio la orden recordando sus misiones anteriores.

“Bien, pero que me acompañe Jenny y Zoe. Necesitamos algo de ayuda con los autos.” Mason, como siempre sonreía. “Hazlo en mi nombre Nia.” dicho esto, salió con las chicas pisándole los talones.

“Muy bien Madison, no será divertido si no estas en todos tus sentidos… Hunter, trae la adrenalina” Nia le sostenía la cara a Madison y sonreía de manera macabra. “Hoy pagas muchas cosas, pero las escucharas tú.” cuando Hunter le dio la inyección se la insertó en las venas, sabía cómo hacerlo. Dos minutos después de una dosis considerable y la chica comenzó a gritar.

“¡Todos van a morir hijos de puta!” tenía miedo a tope, le llegó el día. “Son tan estúpidos, creen que van a poder vivir después de esto. Soy mejor que ustedes, basura inservible y sin sentido. No saben con quien se meten.” la chica se había vuelto loca, gritaba, reía y derramaba una lágrima. “¿En serio creen que se saldrán con la suya? Son unos…” y entonces Lea la golpeó en la boca creando un corte.

“¿Algo más que decir Madison Clark? o ¿Deberia llamarte Angel?” Madison al escuchar el nombre se quedó quieta.

“Oh sí, sabemos tú nombre.” dijo Hunter y a todo esto, Aria ya tenía la cámara grabando.

“¿Quienes son?”

“En este momento nosotros hacemos las preguntas. ¿Sabes quién era Anelisse Knight? Estoy segura que su nombre te suena.” Rose tenía en su mano uno de los tacones de Madison rasgando sus piernas.




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