Parte 1.
Grace.
Estrene mi cocina haciendo un rico estofado de pollo con papás que está para chuparse los dedos...y una agüita de limón.
Prendo el televisor y elijo una serie en Netflix.
Se acuerdan de el tipo que me tiró en el súper mercado bueno...pues no me lo puedo sacar de la cabeza, aunque no creo volverlo a ver es que es como un nerd demasiado sexi aunque aún no se si es un nerd pero que importa es mi nerd sexi.
Bueno no es mío que tal si tiene novia.
Pero ni como saberlo ya que ni su nombre escuché ni el el mío así que tal vez sea mejor así...
Como dice Lara Jean en su película "entre menos personas entren en tu vida menos se van"
O algo así dice ¿No?
Bueno en fin, no me voy a ilusionar con esos ojos verdes es que la verdad no los ví bien ¿Eran verdes o grises? ¿Negros?
Quien sabe.
A lo mejor eran verdes pero esmeralda¿No?
BASTA GRACE no queremos un corazón roto.
–¿Changa?–La voz de Monse interrumpe la charla con mi conciencia.
–En la cocina!–Grito.
–¿Que tal changuita?
–Bien, siéntate en la mesa.
–Te ayudo con los platos y vasos.
Yo asiento con la cabeza y ella los toma.
Ya sentadas en la mesa empezamos a devorar nuestros alimentos mientras vemos élite.
Sí todo el mundo la ha visto menos yo, es que no soy buena para ver series me quedo dormida.
–¿Cómo te fue en los ensayos?
–Super bien hay tanto talento, ya quiero verte a ti cantando, bailando, actuando...
–Parale a tu carro changa, actuar no es lo mío.
–A mi no me gusta cantar y me metí contigo así que usted señorita Grace Peterson vas a actuar.
Río
–Esta bien.
–Ademas no lo haces mal.–Me encojo de hombros.
Seguía pensando en el chico extraño se que no es bueno para mi salud mental pero no podía sacarmelo de la cabeza como lo había hecho con otros chicos que me gustaban pero que nunca tuve nada con ellos.
–¿En qué piensas?–Me pregunta Kat.
–Nada.
Digo tranquilamente.
–Grace Peterson te conozco mejor que a la palma de mi mano ¿Que pasa? Quedamos que ya habías superado a Noah...
–No es Noah, es otra cosa...
–Y....Conozco esa mirada ¿Lo conozco?
–Ni si quiera yo misma lo conozco, no se cual es su nombre, ni por qué sus ojos esmeralda rondan por mi cabeza, por eso es mejor que dejemos de hablar de esto.
Digo un poco exasperada.
–¿Y si me lo describes?
–No.–Digo cortante.
–¡¿Por qué?!–Yo sonrío.
–La verdad, no quiero ilusionarme con el.–Digo borrando la sonrisa y agachando la vista.
–Cuentame changa.–Me dice con dulzura.
–¡Esta bien!–Me levanto de la mesa y empiezo a caminar en círculos.
–Fui a el súper, estaba guardando todo en la cajuela y un tipo raro me empujó y cuando lo ví me di cuenta que era demasiado guapo, pero aún así estaba enojada por qué me tiró, era más alto que yo, como unos 5 centímetros o tal vez 7, usaba lentes que se le veían espectaculares, una sonrisa tan grande y esos ojos no los ví bien pero eran esmeraldas.
–Creo que te topaste con el tipo equivocado, el y sus amigos se creen la gran cosa en la escuela solo por qué son hijos de grandes artistas a los que no somos hijos de artistas nos tachan de perdedores.
No se si lo saben pero me chocan las injusticias, y eso es una reverenda INJUSTICIA.
–NO PUEDEN CLASIFICAR A LAS PERSONAS Y MENOS DECIDIR SI TIENEN TALENTO O NO.
–Sip, estoy de acuerdo contigo, pero ahora siéntate y deja de gritar.
Me siento a regañadientes.
–Estoy enojada.
–Lo sé amiga...¿Te interesa?
–NO, en lo más mínimo, debe ser un niño mimado y mujeriego.
ESA SI NO ME LA CREÍ NI YO.
Pero amigos entiéndame Yo ví algo en su mirada algo distinto...hay por Dios soy muy cursi.
Obvio quieres conocerlo.
Obvio no, no me metas ideas en la cabeza.
Yo estoy en tu cabeza...
Te ignorare.
–Ajam.
Me dice Morgan al notar mi conflicto interno.
–ESPERA UN SEGUNDO ¡EL VA EN LA ESCUELA!
–Si.–me dice Morgan con tranquilidad.
–Demonios.
–Tranqui es solo un tonto.
EL TONTO QUE VERE TODOS LOS DÍAS.
Estoy entrando en pánico.
–Ya tengo trabajo.–Cambie de tema drásticamente, entre menos hablé de eso mejor.
–¿Dónde?
–Una cafetería está como a tres o cuatro calles de aquí.
–Yo aún no sé...
–Tu mamá no te ha llamado.–La mamá de Morgan es una importante doctora, nunca la apollo en su sueño de ser actriz, pero por eso estaba yo SIEMPRE levantandole los ánimos a mi mejor amiga.
Desde el primer año en primaria nos conocemos, ella nació en México, su mamá y la mía se conocían.
–No me menciones a esa señora.
–¿Pelearon?
–Sí, trato de convercerme para que no estudiará aquí, no es buena carrera según ella.
–La señora Blanca solo quiere lo mejor para tí, ella te ama.
–Y yo a ella, pero ¿tan difícil es aceptar que este es mi sueño?
–Quiere que sigas sus pasos, pero cuando te vea triunfar en Broadway, va a saltar de emoción.
Me sonríe tiernamente.
–Por eso te amo changa, siempre estás para mí.
–¡SIEMPRE!
Grito y ella ríe.
–Vamonos a dormír, mañana será un gran día.
–Ajua! Vamos a dormír.
Con todo el ánimo de el mundo recogimos platos y los lavamos, me puse mi pijama de burbuja de las chicas superpoderosas y me quede dormida.
Día siguiente...
¿Alguien podría apagar esa cosa?
Es tu alarma!
Abro mi ojo derecho y efectivamente es mi celular el que está sonando, me acerco a él, son las 10:30.
¡Es temprano!
Según yo puse mi alarma a las 11:30.
Un poquito enojada tomo mi teléfono de la pequeña mesita de noche, lo apagó y lo aviento a cualquier parte de mi cama. Me siento en la cama y tallo mis ojos.
Voy a matar a Morgan.