Laberinto de amor

3.El beso

Grace.

¡MIERDA!

¡JUSTO HOY TENÍA QUE TROPEZAR!

¡JUSTO ENFRENTE DE EL!

CALMATE GRACE.

Dudo en tomar su mano, pero igual no lo hago me paro por mi propia cuenta.

–¿Nunca vas a tomar mi mano? Chica extraña.

–No suelo tomar la mano de extraños.–Digo con fastidio mientras acomodo mi pelo.

–Bueno, Soy Alan.–Me extiende la mano, yo levanto una ceja y me cruzo de brazos.

–No me vas a dejar en paz hasta que te diga mi nombre ¿Cierto?

Alan sonríe...Valla que linda sonrisa.

BASTA.

–Efectivamente.

–Bueno, no te lo diré.–Su cara de sospresa hace que sonría un poco.–A menos que...me pidas una disculpa por tirarme en el supermercado.

–Valla... está bien, te pido que me perdones por haberte tirado ACCIDENTALMENTE en el supermercado.–Entrecierro los ojos.–Con el corazón en la mano.–Pone su mano derecha en el corazón.

Sonrío.

–Disculpa aceptada Alan.–La sonrisa de Alan hace aparición.

–¿Me dirás tú nombre?

–Tu ganas Alan, soy Grace "la chica enojada y misteriosa"–Hago las comillas con mis manos.

–Grace...

–Grace Peterson.

–Es muy lindo nombre Grace.

Me sonrojo inevitablemente es que esté chico tiene algo, se los juro.

Empezamos a caminar entre la gente.

–Tu eres Alan Blake, ¿Cierto? Hijo de la bella Taylor Blake.

El hace una mueca y se detiene.

–Grace...–Giro hacia el.

–¿Que pasa?

El me mira serio... creo que no debí mencionar a su madre.

–Lo siento, ¿dije algo malo?

–No no, para nada...solo quiero que mires más allá de mi apellido, quiero que conozcas a Alan.

Sonrío al instante.

–Alan yo quiero conocerte, con apellido o sin apellido, me da igual, se que no eres el niño riquillo y creído que todos dicen.

Alan ensancha su sonrisa...

Toma mi mano y la besa... SANTA VIRGEN DE EL PERPETUO SOCORRO.

–¿Te invito algo?Este festival parece feria–Dice con una sonrisa yo rio sutilmente.–De acuerdo Blake.

Seguimos nuestra caminata.

–¿Tienes hermanos?–Me pregunta de la nada.

–Una hermana, se llama Natalie ella es como la rebelde de la familia, yo soy un poco más inocente se podría decir aunque aún así me falta un tornillo.–El ríe y yo con el.–¿Tú?

–Nop, soy hijo único.–Dice con facilidad y una sonrisa amable.

¿HABLO MUCHO VERDAD?

–Lo siento, hablo mucho ¿Cierto?.–Digo un poco apenada.–No, no, no de hecho es bueno escuchar tu voz.–YA ME SONROJE ¡ES INEVITABLE!–Gracias, pero igual la gente cree que hablo mucho.

Digo sonriendo. 

–Yo...no es que sea antisocial, bueno si pero no tanto, lo que pasa es que me gusta pensar en lo que la gente dice.–Río.

–Eso está bien, pero yo hablo mientras pienso o luego pienso en voz alta y la riego.

Ni siquiera pude escuchar lo que dijo por qué me llegó un olor muy agradable, busque el olor con mi pequeña nariz...

ALGODÓN DE AZÚCAR!!!

No me lo pienso, tomo la mano de Alan para arrastrarlo hacia el pequeño puesto.

–Me das uno ¿Por favor?–Digo amablemente a la chica y ella asiente.

¿Saben algo?

NO HE SOLTADO LA MANO DE ALAN¡¿QUE HAGO?

La chica me extiende el algodón y yo suelto a Alan para agarrar el algodón que tiene un pequeño listonsito amarillo en el palillo.

Hiba a pagarle a la chica cuando Alan le da un billete y yo me quedo con cara de: ¡¿WHAT'S?!

–¡Oh no Alan! Yo lo pago.

–Claro que no.

Decido dejarlo así y empiezo a comer mi rico algodón, Alan y yo seguimos caminando viendo las fotografías y cuandros.

–¿Quieres?–Señalo el algodón y el hace una mueca.–¡¿Que?! Esta DE.LI.CIO.SO.

–Muy dulce para mí gusto, prefiero unas palomitas.

Me dice con una sonrisa y ahora el es el que me jala de el brazo hacia el puesto de palomitas.

–¿No te gusta lo dulce?

–No todo...hay cosas muy empalagosas pero también hay cosas muy ricas...

–¿Comoooo?

–Como el chocolate por ejemplo o la malteada de fresa, son cosas dulces pero no empalagosas.

–Bueno...un punto a tu favor, pero igual lo dulce es lo mejor.

El ríe y paga las palomitas.

Seguimos hablando de la universidad y el evento, hasta que empieza a atardecer.

–Oye Alan creo que yo ya me tengo que ir, mi..

–No por favor, yo te llevo a casa.–Dice con un pequeño puchero al que no me puedo resistir.

–De acuerdo...pero vamos a cenar o algo acá hay muchaaa gente.

–Estoy de acuerdo contigo y creo que conozco el lugar perfecto.

Yo sonrío y me dejó guiar por Alan, llegamos a la cafetería de la escuela, bueno no es como las típicas cafeterías es un gran edificio de tres piso muy bien iluminado, con muchas flores, adentro no se ve mucha gente.

Subimos a el último piso y nos sentamos en una de las mesas de la terraza donde se ve a lo lejos un escenario donde se ve que habrá un concierto.

Decido empezar la plática de está noche.

–Cantas bien Alan.

–¿Crees?–Me dice con una sonrisa a lo que yo asiento con la cabeza.–La canción que cante...¿La conoces?¿Conoces a los DRIMS?

–OBVIOOOOO me encantan sus canciones ¿Aparte de ellos a quien escuchas?

–Me gusta el rock en ingles, como The Wolves, mi banda favorita es Twenty One Pilots pero también me gusta la música tranquila y acústica como Alec Benjamín.

–¿En inglés o español?

–Las dos, ¿Y a tí?

–Me gusta de todo, menos el metal y el rap bueno ese lo tolero un poco más pero el metal no, igual me inclinó más por lo tranquilo como Grace Vanderwall, Billie Eilish o Tessa Violet pero me gusta bailar cosas movidas.

El sonríe.

El camarero se acerca a nosotros para Pedro nuestra orden.

–Yo elijo una hamburguesa hawaiana con papas fritas y una soda, plis.–Digo animada.

–Yo quiero dos hotdog, con papás fritas y una limonada.

El mesero asiente y se va.

Yo me quedo viendo el atardecer, está como para tomarle una foto, el cielo se ve anaranjado haciendo contraste con el rosa, morado y por último azul.




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