Laberinto de amor

Capítulo 8: Eres el amor de mi vida.

Rhea.

Después de que ambos los contáramos parte de nuestra historia, él extendió una de sus manos y yo la tomé.

—¿Qué haremos ahora? No podemos quedarnos aquí, y si lo hacemos podríamos morir de hipotermia. -Paúl asintió y posteriormente busco su celular.

—Veré si puedo comunicarme con alguien. Espérame un segundo.  -después de inquirír estas palabras el millonario se alejó de mi caminando con paso rápido.

Sabía que algo ocultaba, su lenguaje corporal me lo gritaba a gran voz.

Levante mi vista hacia el cielo estrellado y sonreí al ver pasar un cometa. Cerré mis ojos y pedí un deseo.

Deseo ser feliz.

Volví a abrir los ojos y estos se llenaron de lágrimas.

Porque a mi mente llegó el recuerdo de todas las noches que pase con frío por las heladas noches. También llegó el triste recuerdo de verme buscando un pedazo de pan duro en la basura.

Esta era la Rhea de hace algunos años atrás, esta era la Rhea antes de conocer a Liliana. Esta era yo, lastimosamente ese era mi pasado.

Sequé mis lágrimas y me dije a mi misma que todo pasaba por algo y que si Dios permitió que pasara todas esas carencias era porque tenía algo grande destinando para mi. Se que así era... Así será.

—Gracias Dios por la Rhea del pasado, porque gracias a ella ahora se valorar todo lo que tengo. Gracias Dios, porque gracias a la Rhea del pasado soy quien soy. -susurre mirando hacia el cielo con una gran sonrisa en los labios. Las lágrimas en esta ocasión volvieron a deslizarse por mi mejilla sin que pudiera controlarme.

Ahora lo único que pedía era ser feliz, eso era lo único que me faltaba en la vida. La felicidad, una que me puede dar el amor. Felicidad que espero que sea Paúl.

—Mira lo que encontré -me gire sobre mis talones para encontrarme con Paúl, quien tenía en sus manos un par de mantas y varias bolas de color blanco. —¿Por qué estabas llorando?

El dejo de lado las matas y las bolsa para acercarse a mi.

»—No estés triste Rhea. Todo paso, yo esto aquí para ti. Desde ahora seré tu soporte -tras estás palabras Paúl me abrazo con fuerza y yo correspondí a su abrazo.

El millonario idiota, como yo lo llamaba llevo sus labios a mi oído y susurro varias palabras en mi oído.

Cuando los años nos pesen y las piernas no caminen, los ojos se nos cierren y la piel ya no se estire. Cuando lo único que pesé, sea lo que hicimos en vida y aunque nada de esto pase.. serás el amor de mi vida. Eres el amor de mi vida... Siempre me he soñado una vida contigo, más valen los hechos que lo prometido. Sin saber a donde vallas te persigo y cuando fallen la memoria y solo queden las fotografías, que se me olvide todo menos que tu eres mía.

Cuando los años nos pesen y las piernas no caminen, los ojos se nos cierren y la piel ya no se estire. Cuando lo único que pesé, sea lo que hicimos en vida y aunque nada de esto pase.. serás el amor de mi vida. Eres el amor de mi vida...”

 




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