No les ha pasado que aman tanto a alguien que se ciegan.
Que a pesar de que todas tus amigas te digan que te olvides de él, que solo te hace daño, tú lo amas tanto que eres capaz de soportar cualquier cosa.
Eso me pasó.
Estaba tan perdida en él.
No me daba cuenta de lo que pasaba a mí alrededor.
Había hecho muchos planes con él.
Me imaginaba un futuro.
Lo había presentado a mi familia.
Él me había hecho muchas cosas.
Tratarme como si fuera una prostituta.
No porque se acueste conmigo sino porque quiso que fuéramos amigos con derechos y diciéndome que me amaba.
Que amor tenía por mi, notese el sarcasmo.
Meterse con mi mejor amiga.
Negarme con su familia.
Pero llega un momento en el que te cansas.
En el que decides todo mandar al tacho.
Lo nuestro había terminado.
Mi corazón estaba roto.
Estos dos años que estuvimos separados, no pude olvidarlo.
No comía, no salía de mi casa.
Podrán decir quién es capaz de estar así por dos años.
Y se los diré.
Yo soy capaz o muchas somos capaces de hacer eso.
Cuando se quedan sin esperanza de vivir.
Y aquí me encontraba.
Sentada al borde del balcón del último piso de un edificio.
Mucha gente me miraba desde abajo, parecían hormigas.
Me traía recuerdos de pequeña.
Cuando miraba a las hormigas mientras jugaba en el parque.
Pensaba que eran personas chiquitas y yo era un gigante para ellos.
Se me escapó una sonrisa al recordar eso, esos eran momentos lindos.
Si tan solo pudiera regresar en el tiempo y quedarme por siempre en esa época.
Así no estaría en este lugar, a tan solo unos centímetros de la muerte.
Sentí que alguien me agarró el hombro.
Voltee y una persona con capucha me sonrió.
Yo le devolví la sonrisa.
Me señaló al vacío con su mano esquelética.
Volteé y miré al vacío.
Y cerrando los ojos me lanze.
Desperté del trance en el que estaba.
Mi mano estaba en el hombro de aquel muchacho que me había hecho “sufrir”.
Ahí caí en cuenta, todo había sido una premonición.
Cómo las que tengo cada cierto tiempo con algunas personas.
El chico me preguntó si estaba bien.
Yo le contesté que sí y me di vuelta y me fui por otro camino.
Cambiaría el destino, no dejaría que me sucedería eso.