El raspado en la abertura de la tumba se hizo más fuerte. Kael extinguió la vela con un soplo rápido, sumergiendo el pequeño refugio en una oscuridad total, rota solo por los destellos de luz que se colaban por la grieta.
"Prepara el ancla," susurró Kael, su voz firme. Se pegó a la pared, su daga lista, pero lista para la defensa, no para el ataque. Sabía que la victoria dependía de Elara.
Un segundo después, la abertura fue violentamente forzada. Un hombre grande y de hombros anchos se deslizó en la oscuridad. Llevaba una armadura ceremonial de cuero negro que parecía absorber la poca luz: la Guardia de Ébano de Lyra. Sobre su rostro, una máscara de hueso blanquecino y pulido le daba una apariencia cadavérica. Alaric.
"Consagrada. Te he encontrado," gruñó Alaric, su voz amplificada por la máscara. Llevaba un farol mágico en la mano que revelaba el interior de la tumba y, a Kael, lista para el combate.
El rastreador no perdió tiempo. Alzó el farol, cuyo brillo se intensificó, creando un campo de fuerza roja y pulsante. Era el hechizo de Bloqueo y Drenaje, diseñado para agotar la magia y la voluntad de la víctima.
Kael se lanzó hacia adelante, pero Elara la detuvo con un brazo. Los ojos de la Consagrada brillaban con una determinación tranquila, el eco de la luz dorada permanecía.
"No lo toques, Kael," ordenó Elara. "Espera el ancla."
Alaric sonrió bajo su máscara, interpretando su quietud como miedo. "Tu pequeña espía no puede salvarte. Siente el drenaje, niña. Siente la verdad de Lyra: el poder se toma, no se pide."
El campo rojo de Alaric envolvió a Elara. Ella sintió el temblor, la atracción de su nuevo poder hacia el drenaje del Ejecutor. Era como si cada célula de su cuerpo quisiera rendirse, volver a la cómoda obediencia.
"¡Ancla!" gritó Elara, cerrando los ojos.
La voz de Kael resonó en la oscuridad, fuerte y clara.
"¡La verdad, Elara! Mi vida es mi verdad. Mi verdad eres tú. ¡No hay costo! ¡No hay sacrificio! ¡Solo la Transferencia!"
Kael se abalanzó, no para pelear, sino para forzar el contacto. Se aferró al brazo del Ejecutor, que se sorprendió por la audacia de la Infiltrada. Alaric rugió, intentando drenar la magia de Kael también, pero la magia de Desactivación de la Infiltrada actuó como un filtro perfecto.
Elara sintió el choque: el drenaje maligno de Alaric contra la pureza protectora de Kael. En medio, su propio poder, el Transferencia Revertida, encontró su dirección.
La Consagrada abrió los ojos. Ya no había miedo. Solo una comprensión total del intercambio. Ella canalizó el poder dorado desde su centro y lo dirigió, no hacia Alaric, sino hacia el hechizo de drenaje que él había invocado.
Una onda de choque dorada y blanca estalló desde Elara. No fue destructiva, sino purificadora. El hechizo de Drenaje de Alaric, al entrar en contacto con la energía de Elara, se colapsó sobre sí mismo.
Alaric gritó, no por dolor físico, sino por la anulación de su poder. La Máscara de Hueso, que amplificaba su conexión al drenaje, se agrietó y se hizo añicos, cayendo al suelo.
El Guardián de Ébano, ahora sin su máscara, era solo un hombre pálido y confuso. Cayó de rodillas, con las manos extendidas, su poder se había ido.
Kael lo empujó lejos, su rostro reflejando una mezcla de triunfo y preocupación.
"¡Lo has purificado! ¡Le quitaste el poder de Lyra!" jadeó Kael, sintiendo el agotamiento del esfuerzo.
"Y me agotó a mí," respondió Elara, sintiendo un mareo abrumador, pero la sensación era limpia. Se había quedado sin poder, pero no por el drenaje, sino por el esfuerzo.
Kael la abrazó rápidamente, un contacto funcional y desesperado. "Buen trabajo, Consagrada. Ahora, tienes que confiar en mí. La tumba es el peor lugar para estar."
Elara asintió. Se inclinó y recogió la daga de obsidiana que Kael había dejado caer. La Guardiana de Ébano estaba neutralizada, pero sabían que Lyra enviaría refuerzos más fuertes.
"¿A dónde vamos ahora?" preguntó Elara, la hoja fría de la daga contra su palma.
"Al mar," dijo Kael, sus ojos grises buscando el camino de escape. "Tenemos que llegar al mar. El Reino del Sol tiene una ruta marítima secreta. Y si no podemos escapar, el poder de Áuryn se disuelve en el agua. Es nuestra única posibilidad."