Labios Sangrientos

Capítulo 19

Elara y Kael se encontraban acurrucadas entre las dunas de la costa, esperando el gris pálido del amanecer y la inevitable llegada de Lyra. Habían compartido su verdad bajo las estrellas, sellando una conexión que ahora era más fuerte que la magia de ambos reinos.

​Elara invocó el halo dorado de su Transferencia Revertida para calentar sus manos. El poder se sentía estable, puro, pero ahora venía con una conciencia aguda de su entorno mágico.

​"El mar está en calma. Y la niebla... es densa," susurró Elara.

​Kael asintió, sus ojos fijos en la neblina. "La niebla es perfecta. Nuestro barco de rescate podrá entrar sin ser visto. Lyra tendrá que enfrentarse a nosotras en un terreno que odia."

​Pero mientras Kael hablaba, Elara sintió algo sutilmente incorrecto. No en el entorno, sino en Kael. El poder de Elara, ahora purificado, era como un sensor de las intenciones de la Transferencia.

​Elara se acercó y tocó la mano de Kael, su mirada fija en ella. "Cuando hicimos la Transferencia Catalizadora, mi poder se purificó. Sentí la fuerza del Sol. Pero en ese momento, tú sentiste algo más. Algo que no era solo la purificación."

​Kael se tensó, retirando la mano. Su rostro, iluminado por el tenue halo dorado de Elara, se cerró. La Infiltrada regresaba con rapidez.

​"La Transferencia funcionó. No hay nada más," dijo Kael, su voz seca.

​"Sí, lo hay," insistió Elara, ahora segura de su intuición. "Al hacer el Ritual del Mar, mi poder dorado se ancló a tu magia de Desactivación. Es por eso que Lyra no pudo drenarnos a distancia. Pero tu Desactivación, tu escudo contra el drenaje, es una barrera activa, Kael. Me diste tanto de tu vida que esa barrera se ha convertido en mi propia fuerza."

​Elara tomó la mano de Kael de nuevo, forzando la conexión.

​"Dime la verdad. ¿Cuál fue el costo real de anclar mi Transferencia con la tuya? ¿Cuál es La Primera Sospecha que no me has contado?"

​Kael cerró los ojos, derrotada por la verdad. Abrió los ojos y la seriedad de su mirada era absoluta.

​"El coste es mi escudo, Elara," confesó Kael. "Mi magia de Desactivación se ha agotado. La Transferencia Catalizadora final fue un acto de entrega total de mi propia defensa mágica. Ahora que tu poder está activado, mi magia está dedicada a anclarte. Si Lyra intenta drenarte a ti, fallará. Pero si me ataca a mí directamente, yo no tengo defensa. Soy vulnerable."

​"¡Me usaste como un escudo mágico!" Elara sintió un nudo en la garganta, pero no de rabia, sino de la magnitud de la entrega de Kael.

​"Te usé como mi misión. Y mi misión ahora es que el poder de la Verdad sobreviva. Elara, en el duelo, yo seré el blanco. Ella me atacará, buscando romper tu ancla. Tienes que usar mi sacrificio como el último impulso. Tienes que dejar que ella me ataque, y en ese momento, debes usar la Transferencia Revertida para destruirla por completo."

​Kael se inclinó, besando la frente de Elara, un beso de despedida y de fe absoluta. "No te salvé para morir, sino para vivir sin deberes. Pero si mi muerte es el precio para asegurar tu libertad, es un precio que pago con gusto."

​Elara ya no pudo hablar. En su mirada, solo había una promesa silenciosa. La Primera Sospecha había revelado la última y más profunda verdad de Kael: su amor era un sacrificio total.

​En ese instante, sintieron el cambio en la niebla. El aire se hizo pesado, frío. Las runas de drenaje de Lyra en la arena comenzaron a brillar con una luz carmesí.

​"Se acabó el tiempo," susurró Kael.

​Elara se puso de pie, su cabello agitado por el viento que soplaba desde el mar. La figura oscura y solitaria de la Alta Sacerdotisa Lyra se materializó en la orilla, sus ojos ardiendo con una sed implacable.



#1310 en Fantasía
#201 en Magia

En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.