Labios Sangrientos

Capítulo 31

​El Comandante Varen, con el rostro distorsionado por el asombro y la furia, se recuperó rápidamente del impacto de ver a su Centinela purificada.

​"¡Traición!" rugió Varen. "¡Esa es una magia de anulación que ni siquiera la Guardia de Élite conoce! ¡Mátalos a ambos!"

​Los tres Centinelas restantes se abalanzaron, levantando sus espadas. Varen, canalizando la magia solar, apuntó directamente a Elara, sabiendo que ella era el nuevo núcleo del poder.

​Kael se interpuso. El hechizo de Varen golpeó su pecho. Kael se encogió, pero la magia no la quemó; solo la inmovilizó. El Beso de la Curación de Elara había desarmado el veneno de la runa, pero Kael seguía sin su Desactivación.

​"¡Elara! ¡Varen me tiene!" gritó Kael, intentando liberarse sin éxito.

​Los Centinelas se acercaron a Elara. Elara sabía que no podía usar la Curación de Esencia contra tres a la vez. Necesitaba un ancla rápida y total.

​Kael, sintiendo el pánico de Elara, ignoró el dolor y se concentró en la única cosa que le quedaba: su Juramento.

​"¡No te atrevas a dudar, Elara! ¡Transferencia! ¡Mi vida es tuya! ¡Libéranos a los dos!"

​Elara sintió la oleada de intención de Kael: una entrega pura, sin miedo al costo. El ancla mental de Kael resonó con una fuerza que superó el control de Varen.

​Elara desató el poder, pero esta vez, en lugar de dirigirlo, lo compartió. El aura de Transferencia Revertida, que ahora era de un blanco brillante, se dividió.

​Una parte se dirigió a los tres Centinelas. El golpe de la Curación de Esencia fue más rápido y potente. Los Centinelas cayeron de rodillas, libres de la programación de Lyra.

​La otra parte de la energía se dirigió a Kael. No fue un ataque ni una curación; fue un intercambio absoluto. La magia purificada de Elara desmanteló por completo la atadura de Varen, liberando a Kael.

​Kael sintió la electricidad. La Transferencia había devuelto la energía, pero de una forma nueva.

​Varen estaba furioso. Desató otra ráfaga de magia solar. Kael y Elara se movieron al unísono, un baile de conspiración forjado en el amor.

​"¡Ahora, Kael!" gritó Elara.

​Kael levantó las manos. Su magia de Desactivación no estaba. Pero en sus manos, por primera vez, no apareció una fuerza de anulación, sino una barrera blanca y brillante: el Escudo de la Transferencia.

​La barrera, imbuida con la magia de Elara, repelió el hechizo de Varen con una fuerza devastadora. Varen fue arrojado contra la pared de obsidiana, quedando aturdido.

​"¡Tu magia regresó!" jadeó Kael, mirando sus manos.

​"No regresó," explicó Elara. "Se transformó. Yo te di la pureza, y tú creaste el escudo. Esa es La Sagrada Transferencia, Kael. Ya no tienes Desactivación; tienes la Defensa de la Verdad."

​Elara se acercó al Comandante Varen, que intentaba arrastrarse para alcanzar un arma.

​"El juego de máscaras ha terminado, Varen," dijo Elara, apuntándole con la mano. "Tú has traicionado a la misión del Reino del Sol. Nosotros liberaremos a Áuryn, y cuando volvamos, tú y tu madre se enfrentarán a la ley."

​Kael se dirigió a los cuatro Centinelas, ahora liberados y confusos. "Yo soy Kaelen de la Guardia del Sol. Su reina los convirtió en armas. La Consagrada los ha liberado. Ahora, nos ayudarán a liberar al resto de su gente."

​El Centinela líder, ahora una joven asustada, asintió con la cabeza, sus ojos llenos de gratitud.

​Kael y Elara se miraron, el triunfo brillando en sus ojos. Habían derrotado a la traición de la Ciudad de Mármol y al poder de la Ciudad Flotante. Su poder combinado era invencible.



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En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

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