Labios Sangrientos

Capítulo 34

​El pequeño barco de contrabando navegó durante dos días, dejando atrás la costa devastada de Áuryn. Kael, ahora despojada de su rango y su uniforme, se movía con una nueva libertad, aunque el peligro era constante.

​"Nuestra única opción es un lugar que mi madre no buscaría," explicó Kael a Elara, mientras examinaban el mapa de los límites del continente. "Un asentamiento que el Reino del Sol oficialmente considera perdido, y que Áuryn evitaba por considerarlo contaminado."

​Kael señaló un punto en la frontera interior de la costa, donde un río amplio desembocaba en el mar, teñido de un color óxido.

​"La Cuenca del Río Carmesí," dijo Kael. "Hace siglos, fue un centro de minería de cristal para los ancestros de Áuryn. El agua fue contaminada con minerales de la tierra. Pero la minería se detuvo. El Sol lo abandonó por ser improductivo. Áuryn lo evita porque el 'drenaje' funciona mal en agua cargada de hierro. Es el único lugar seguro para nosotros."

​Llegaron al anochecer. El río era ancho y lento, y el agua tenía un tono rojizo apagado que reflejaba el cielo. Era un lugar melancólico, marcado por el abandono.

​La desembocadura del río conducía a una serie de cuevas y túneles naturales que Kael había descubierto durante su entrenamiento. Establecieron su base en una caverna amplia y seca, donde el Capitán Darío y los Centinelas purificados encendieron una hoguera discreta.

​El primer acto de Elara en su nuevo hogar fue la Curación de Esencia. Los Consagrados liberados de la Ciudad Flotante estaban física y mágicamente desnutridos.

​Elara se sentó en el suelo de la cueva, abriendo su poder. La Transferencia Revertida fluyó en un rocío blanco puro, envolviendo a los Consagrados. No era un simple ritual de curación; era una devolución de la vida.

​"Siento la tristeza," susurró Elara a Kael, mientras la luz blanca hacía su trabajo. "El dolor de ser usados. Pero se están recuperando. La pureza de la Transferencia está volviendo a ellos."

​Kael observó el milagro, fascinada. Ya no tenía su magia de Desactivación, pero la sentía a través de Elara. La Sagrada Transferencia era un vínculo físico y emocional.

​"Este es nuestro nuevo ejército, Elara," dijo Kael. "Gente que ha conocido la mentira y ha sido liberada por la verdad. Ellos nos ayudarán a difundir la Transferencia Revertida."

​Mientras Elara curaba a los Consagrados, Kael se ocupó de la estrategia: armó una mesa improvisada con una roca plana y el mapa.

​"La Ciudad de Mármol sabrá que he traicionado la misión. Mi madre enviará a Varen y a sus secuaces. No podemos escondernos aquí para siempre," advirtió Kael. "Necesitamos construir una red de información. Darío, tú serás nuestro mensajero. Volverás al Reino del Sol bajo la máscara de la lealtad y esparcirás la 'verdad de la Redención'."

​Kael miró a Elara, que acababa de terminar su agotadora tarea.

​"Y tú, Elara, tú eres la cara de esta revolución. Tienes que entrenar. Tienes que aprender a usar la Curación de Esencia y el Escudo de la Verdad sin que te agoten. Aquí, junto al Río Carmesí, reconstruiremos los dos reinos. No con guerra, sino con la Transferencia."

​Elara se acercó a Kael y le besó la mejilla. "El Río Carmesí es un símbolo. Un lugar de suciedad y descarte que se convierte en nuestro refugio y en el inicio de la verdad. Estoy lista, Kael, la Fugitiva. Nuestra revolución comienza aquí."



#1310 en Fantasía
#201 en Magia

En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.