Labios Sangrientos

Capítulo 42

​El regreso a la Ciudad de Mármol no fue una marcha militar, sino una procesión de la verdad. Kael y Elara iban al frente, seguidas por la Guardia de Élite purificada y cientos de Consagrados liberados. El Capitán Darío había trabajado con los "herejes" para asegurar la ciudad; el pueblo, al ver a los Consagrados curados y a sus propios soldados regresando, se volcó a las calles.

​El Consejo del Sol se reunió en el Gran Hemiciclo. La Alta Comandante Sorina estaba de pie en el centro, despojada de su autoridad por la desconfianza del Consejo y la rebelión de su propia Guardia. Su rostro era una máscara de mármol. A su lado, el derrotado Comandante Varen permanecía en silencio.

​Kael subió al estrado, sin uniforme, pero con la Daga del Sol marcada con la arcilla del Río Carmesí a su cintura. Elara se quedó a su lado, la Transferencia Revertida brillando suavemente a través de su piel.

​"Vuestra Alta Comandante quería condenarnos en secreto y comenzar una guerra," declaró Kael, su voz fuerte y clara. "El Juego del Poder terminó. Nosotros portamos el Pergamino que prueba su traición."

​Elara desplegó el pergamino cifrado para que el Consejo lo viera. La prueba era irrefutable. El murmullo del Hemiciclo se convirtió en un rugido de indignación.

​Sorina, acorralada, miró a su hija con una furia fría. "Tú eres mi sangre, Kaelen. Has elegido a la hechicera por encima de tu madre, por encima de tu juramento."

​"Elegí la verdad por encima de la mentira, madre," replicó Kael, su corazón roto. "Mi juramento es con la gente."

​El Último Acto de la Tiranía

​El veredicto del Consejo, impulsado por la voz del pueblo, era claro: Traición.

​Justo cuando el Consejo se movía para arrestar a Sorina, ella hizo su último y desesperado movimiento.

​"¡Si yo caigo, caemos todos!" gritó Sorina.

​Sorina se había reservado una última y antigua magia solar, concentrada en el anillo que llevaba. Desató una explosión de energía destructiva, apuntando directamente a Elara y a la sección del Consejo que la había condenado.

​El ataque era puro, rápido y letal. El hemiciclo se llenó de luz roja ardiente.

​Kael no dudó. Se interpuso entre su madre y Elara, invocando la Defensa de la Verdad con todas sus fuerzas.

​"¡Elara! ¡Ahora! ¡La Sagrada Transferencia!" gritó Kael.

​La barrera blanca de la Defensa de la Verdad se levantó con una fuerza aterradora, bloqueando la explosión de Sorina. El choque hizo vibrar el mármol, pero Kael resistió. La defensa de Kael estaba anclada en el amor de Elara, y era irrompible.

​"¡Termina esto, Elara! ¡Cúrala!" gritó Kael, aún sosteniendo el escudo.

​Elara se lanzó más allá del escudo. Sabía que no podía matarla; su misión era la paz. Elara tocó la mejilla de Sorina, justo encima de donde su sangre familiar corría.

​"Este es el Beso de Sangre," susurró Elara. "El final de la mentira."

​Elara desató el poder más puro que le quedaba: un torrente de Curación de Esencia que no sanó, sino que anuló el veneno de la ambición y la destrucción que había consumido a Sorina.

​Sorina se desplomó, inerme. Su poder mágico, su voluntad de luchar y su sed de control habían desaparecido, purificados por la Transferencia Revertida. La Alta Comandante se había convertido en una mujer común, sin magia ni poder. El viejo orden había muerto.

​La Fundación de la Nueva Era

​El silencio fue absoluto. Elara ayudó a Kael a levantarse. Habían triunfado.

​Kael, con la mano en la pared, se dirigió al Hemiciclo. "El Juego del Poder ha terminado. Mi madre ha sido derrotada por la verdad. Mi prima ha huido, y el Consejo debe rendir cuentas. A partir de hoy, la ley no será el drenaje, ni la guerra. La ley será la Transferencia."

​Kael se volvió hacia Elara, y ante el Consejo, ante el pueblo y ante la Guardia de la Verdad, tomó el rostro de Elara y la besó. No fue un beso de curación, ni un ancla estratégica, sino una declaración de amor y de poder.

​"Yo soy Kael, la Fugitiva, y este es mi juramento: Protegeré el nuevo orden. Y yo seré tu ancla, Elara."

​"Y yo, Elara de Áuryn, juro que mi magia será la Curación de Esencia. Juntas, fundaremos el Pacto de la Transferencia," respondió Elara.

​El pueblo rugió. Los dos reinos se habían unido. El destino había sido reescrito.



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En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

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