Capítulo 44

La Ciudad de Mármol, aunque gobernada por el Pacto de la Transferencia, seguía siendo una caja de secretos. Kael y Elara se preparaban para partir hacia la Fortaleza de la Noche con un pequeño equipo de la Guardia de la Verdad, incluyendo al leal Capitán Darío.

​Kael revisaba el mapa, su plan de infiltración meticuloso. "El Ejército de Sombras de Varen está esperando una batalla de fuerza, pero usaremos la Curación de Esencia como nuestra arma principal. Necesitamos un equipo pequeño, rápido y que conozca los túneles de Áuryn en la frontera."

​Kael seleccionó a dos antiguos Centinelas de Áuryn, purificados por Elara durante el asalto a la Ciudad Flotante, y al Capitán Darío. Uno de los Centinelas, un hombre llamado Zafir, había mostrado una gratitud conmovedora hacia Elara.

​"Zafir conoce la zona fronteriza," dijo Kael a Elara, finalizando la lista. "Será nuestro guía."

​Elara, sintiendo un leve escalofrío en su Lazo Irrompible, asintió. "Confío en tu juicio, Kael, pero la traición tiene muchas caras. La paz es más difícil de aceptar para algunos que la guerra."

​Mientras Kael y Elara revisaban el equipamiento en la sala de suministros, Darío se acercó, su rostro contraído por la tensión.

​"Comandante, hubo un incidente," susurró Darío. "Zafir fue a la biblioteca a recoger mapas para la misión. Se ha ido. Y no se llevó los mapas de la Fortaleza, sino... el Pergamino original de Sorina que probaba la guerra."

​Kael sintió el golpe físico de la Doble Traición. No era solo que Zafir había huido; se había llevado la prueba física que incriminaba a Sorina.

​"¡La prueba! Sin el Pergamino, nuestra palabra es solo la de dos fugitivas," exclamó Kael. "¿Por qué robaría Zafir la prueba de la traición de Sorina, si él fue víctima de ella?"

​Elara se acercó a Kael y le puso una mano en el brazo, canalizando una pequeña dosis de Curación de Esencia para enfocarla. Elara cerró los ojos y se concentró en la firma mágica que Zafir había dejado.

​"No es lealtad a Sorina, Kael," dijo Elara, sus ojos brillando con comprensión. "Es odio. Zafir odia al Reino del Sol por lo que le hicieron. Para él, el Pacto de la Transferencia es una capitulación. No quiere que usemos el pergamino para un juicio justo. Quiere que usemos esa prueba para justificar la guerra total contra los restos de tu madre."

​Kael apretó la mandíbula. "Zafir cree que el único camino hacia la verdadera libertad es la sangre. La Doble Traición es contra la paz misma."

​La huida de Zafir con el Pergamino cambiaba todo. Varen no solo sabría que Kael y Elara venían, sino que ahora tendría en sus manos la prueba del crimen de Sorina.

​"Varen usará el pergamino para su propio beneficio," analizó Kael. "Le dirá al Ejército de Sombras que Sorina realmente quería la guerra, ¡pero que ella falló por ser blanda! Dirá que él es el verdadero líder, que nunca se rendirá. La mentira se hace más fuerte."

​"Y nosotras nos hemos quedado sin la única prueba física en el juicio final," añadió Elara.

​"Ya no luchamos por la prueba, Elara. Luchamos por la fe," declaró Kael. "Zafir ha traicionado la paz. Vamos a la Fortaleza de la Noche. Encontraremos a Varen, recuperaremos el pergamino y purificaremos al Ejército de Sombras. Partimos ahora."

​Kael se dirigió a la salida, con la Daga del Sol firmemente en su mano. La misión de Comandante de la Guardia de la Verdad se había convertido en una caza desesperada a través del desierto.