Labios Sangrientos

Capítulo 57

El regreso a la Ciudad de la Transferencia fue un acto de devoción. Kael llevó a Elara desde la Frontera Nula, y al llegar, se negaron a separarse. No hubo celebración pública, solo el refugio de una cámara privada y silenciosa en lo alto del Hemiciclo reconstruido.

​La guerra había terminado. La amenaza ancestral había sido sellada por la fusión de sus almas. Ahora, solo quedaba la sanación.

​Kael se recostó junto a Elara. Ambas estaban exhaustas, despojadas de sus defensas. Kael no tenía que ser la Comandante Estratega; Elara no tenía que ser la Alta Sacerdotisa. Eran simplemente Kael y Elara.

​Kael pasó un dedo por la palma de Elara, donde la Esencia Pura era ahora una luz suave y constante. "Sellaste un núcleo de antimagia con tu propia esencia. ¿Cómo te sientes, mi ancla?"

​Elara sonrió. "Liberada. La Corrupción intentó convertirnos en enemigos. Intentó hacer que tu sangre me temiera. Pero El Lazo Irrompible fue más fuerte. Finalmente, mi magia es solo mía, y tu sangre es solo tuya, sin el peso del pasado."

​El Silencio de la Paz

​Kael sintió el cambio en ella misma. El impulso de la Desactivación, ese frío control que la había definido, había desaparecido por completo, absorbido y purificado en el sello final. Por primera vez en su vida, el poder que corría por sus venas no era una carga ni un arma.

​"Yo me siento... vacía, y llena a la vez," confesó Kael, abrazando a Elara más fuerte. "Perdí mi magia de control hace mucho, pero mi alma de soldado todavía estaba lista para el sacrificio. En el pozo, supe que no moriría porque tú me amarías más fuerte de lo que la Corrupción podría odiarme."

​Elara acarició el rostro de Kael. "La paz es esto, Kael. No la ausencia de guerra, sino la rendición total al amor."

​Se miraron. La luz de la luna, filtrándose a través de los cristales, era la única testigo de su vulnerabilidad. Habían luchado en batallas de estrategia, de honor, de magia prohibida, pero la última batalla, La Guerra de los Corazones, había sido ganada en su nombre.

​Cuando el Amor Arde

​La intimidad que siguió no fue solo un reencuentro; fue la Transferencia final, sin necesidad de un pacto formal o un arma. Fue la fusión de las dos fuerzas que habían forjado una nueva era.

​En ese momento, Kael y Elara sintieron un pulso de energía, más suave que la Curación de Esencia y más cálido que el sol. Era el Lazo Irrompible que ardía, no con destrucción, sino con la llama de la vida compartida. Era el calor de dos destinos, antes opuestos, ahora irrevocablemente entrelazados.

Cuando el Amor Arde era el sello más fuerte que jamás podrían crear.

​"Te amo, Kael. Mi comandante. Mi verdad," susurró Elara.

​"Y yo te amo, Elara. Mi ancla. Mi paz," respondió Kael.

​El mundo afuera podía seguir construyendo el Pacto de la Transferencia, con sus leyes y sus acuerdos. Pero en esa habitación, Kael y Elara vivían el verdadero pacto, el único que importaba: el pacto de dos corazones que habían sobrevivido a la guerra para encontrar su propio, hermoso amanecer.



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En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

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