Labios Sangrientos

Capítulo 60

Diez Años Después.

​El sol de la mañana bañaba la Ciudad de la Transferencia con una luz cálida y constante. Ya no era un lugar de mármol frío y obsidiana; era una ciudad de cristal y verdor, donde los viejos conductos de drenaje habían sido reemplazados por arterias de Esencia Pura que tejían energía limpia y segura. El miedo se había convertido en historia.

​Kael y Elara se encontraban en el balcón del Nuevo Hemiciclo, reconstruido sobre la ceniza del cuartel de Sorina. Kael, con el cabello más largo y canas sutiles cerca de las sienes, seguía siendo la Comandante Estratega, pero sus ojos grises miraban ahora con la serenidad de quien había ganado una paz duradera.

​Elara, la Alta Sacerdotisa de la Esencia Pura, irradiaba una luz tranquila. Su magia, ya no una carga de profecía, se usaba para proyectos de infraestructura, educación y curación profunda.

​"La estabilidad es aburrida, ¿verdad, Comandante?" bromeó Elara, recostándose contra Kael.

​Kael sonrió, mirando los jardines donde niños de linaje del Sol y Áuryn jugaban juntos, conociendo la magia no como un arma, sino como una conexión. "Es la belleza, Elara. Luchamos por la paz, y esto es la paz. El Reino Renacido."

​La Fusión de Dos Mundos

​El Pacto de la Transferencia no era solo un gobierno; era una cultura. Las fronteras entre los antiguos reinos se habían disuelto, la tecnología del Sol se había unido a la pureza de Áuryn, y la verdad se enseñaba como el primer mandamiento.

​El gran logro de Kael no fue la estrategia militar, sino la integración social. Darío, ahora el Canciller de la Verdad, informaba que la prisión de Varen se había convertido en una universidad de ética. El legado de la traición servía ahora como una advertencia.

​"Mira el cristal, Kael," dijo Elara, señalando un pilar que brillaba con Esencia Pura. "La magia es fuerte y pura, porque tu sangre y mi esencia se aseguraron de que la fuente del drenaje estuviera sellada para siempre."

​Kael apretó la mano de Elara. El Lazo Irrompible, que había sido un ancla en la tormenta, era ahora el pulso constante de sus vidas. Su amor, que había ardido en la guerra, era el cimiento invisible del reino.

​El Cierre del Ciclo

​El reino ya no necesitaba una heroína fugitiva ni una sacerdotisa sacrificial. Necesitaba líderes que entendieran el costo de la paz.

​Kael se volvió hacia Elara, el sol naciente iluminando el perfil de su amada.

​"Recuerdo cuando eras una prisionera y yo era tu guardia," dijo Kael, con un toque de nostalgia. "Luchamos en el desierto, en la ciudad y en nuestros propios corazones."

​"Y ganamos, Kael. No solo la guerra, sino el derecho a elegir," respondió Elara. "El Reino Renacido es nuestra elección. Nuestra vida juntos es la recompensa final."

​Kael rodeó a Elara con sus brazos. El miedo del pasado se había ido, reemplazado por la certeza de un futuro compartido. Habían creado un mundo donde la estrategia se combinaba con la curación, y el amor era, de verdad, la ley suprema.

​El ciclo de la guerra, la traición y la redención había terminado. El Reino Renacido se extendía ante ellos, listo para un futuro tan brillante y puro como la esencia de su amor.



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En el texto hay: fantasia épica, romantasy

Editado: 03.10.2025

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