La rutina de la paz había sido la recompensa. Kael y Elara se habían acostumbrado a la tranquilidad de la Ciudad de la Transferencia. El desafío ya no era la supervivencia, sino la construcción de leyes justas. Pero la verdadera paz es un estado mental, y las viejas ideas tienen raíces profundas.
Una mañana, Kael estaba revisando los protocolos de defensa con Darío, ahora el Canciller. El informe que Darío le entregó no contenía noticias de incursiones militares, sino de infiltración intelectual.
"Comandante, ha habido una serie de robos en las Bóvedas Reales. Pero no se han llevado oro ni artefactos. Solo han robado pergaminos cifrados de la era de Sorina," informó Darío, con una preocupación visible.
Kael frunció el ceño. Las Bóvedas Reales contenían registros de las estrategias militares y de la magia controlada del viejo reino, información que Kael había sellado.
"¿Qué clase de información, Darío?"
"Los registros más oscuros, Kael. Los manuales detallados sobre la experimentación con el Sello de Sangre y las teorías de 'Control Perfecto' que Sorina desarrolló antes de la guerra. Creíamos que todo eso había sido destruido."
El Nuevo Enemigo: LysandraKael y Elara, que se unió a la reunión, sintieron que la serenidad de diez años se rompía. El enemigo no era la fuerza, sino la ideología.
"Esto no es obra de los fanáticos de Varen, Kael," analizó Elara. "Esto es preciso, metódico. Esto es el Legado de la Tiranía intelectual."
La investigación de Darío apuntó a una sola persona: la Gran Canciller Lysandra, una ex-ministra de la Corte de Sorina que había fingido lealtad al Pacto de la Transferencia y había sido reinstalada en un puesto administrativo menor.
"Lysandra era la mente maestra detrás de las finanzas de Sorina y una firme creyente en la 'Necesidad del Drenaje' para la estabilidad total," explicó Darío. "Ella cree que vuestra Esencia Pura es una debilidad, una indulgencia peligrosa. Su objetivo es crear un reino sin riesgo."
"Ella no quiere la guerra; quiere la perfección," entendió Kael. "Quiere usar el conocimiento del Sello de Sangre para crear un sistema de control que elimine la voluntad propia, no solo la magia."
La Batalla por la MenteElara se dio cuenta del peligro más profundo. "Si Lysandra logra descifrar completamente el Sello de Sangre sin el caos que Varen desató, podría crear una red de 'paz' forzada. Ella no atacará a la gente; intentará gobernar sus mentes."
Kael apretó el puño. El sacrificio de su madre y la purificación del Núcleo Prohibido habían resuelto la guerra de la magia. Pero la guerra de las ideas, la lucha contra la tentación de la tiranía, era un enemigo silencioso que nunca moría.
"Lysandra no está en el cuartel. Está en las sombras, armando su propia versión del Pacto de la Transferencia, un pacto de hierro y obediencia," dijo Kael.
Elara se acercó a Kael, su Esencia Pura se activó, calmando el fuego en los ojos de Kael. "El Reino Renacido debe luchar ahora por su corazón. Tú eres la estratega, Kael. Yo soy la verdad. Juntas, debemos demostrar que la libertad es más fuerte que el control."
Kael asintió. La paz era solo la oportunidad para la siguiente batalla, y el último vestigio de la vieja era, el Legado de la Tiranía, debía ser confrontado y destruido. La caza había comenzado de nuevo, esta vez, por la supervivencia de la libertad.