La paz se había convertido en un juego de sombras. El enemigo ya no usaba fuego ni espadas, sino la sutileza de la traición intelectual. Kael estableció su centro de operaciones en la Sala de Estrategia del Hemiciclo reconstruido, sintiendo la vieja familiaridad de la caza.
Elara se sentó en el centro de la habitación, con los ojos cerrados. Su Esencia Pura se extendía por la Ciudad de la Transferencia, no para curar, sino para actuar como un sensor mental masivo. La conspiración de Lysandra, la Gran Canciller fugitiva, se enfocaba en la mente, y Elara era la única defensa contra ese Control Perfecto.
"Lo siento, Kael," susurró Elara. "Es un flujo de persuasión, una tentación sutil. Lysandra está usando la lógica para alimentar el miedo a la incertidumbre. Está atrayendo a los viejos pensadores y a los Consagrados más dogmáticos. Ella les promete una estabilidad garantizada."
Elara estaba agotando su Esencia Pura para mantener un escudo mental sobre los ciudadanos clave, forzándolos a cuestionar el mensaje de Lysandra en lugar de aceptarlo ciegamente.
El Desafío del CifradoMientras Elara defendía las mentes, Kael y Darío atacaban el rastro físico. Kael examinó los pergaminos robados y la evidencia que Lysandra había dejado.
"Lysandra es arrogante," determinó Kael. "No necesita fuerza bruta, así que dejó pistas. Se comunica usando un cifrado rúnico basado en la simbología de las leyes ancestrales del Sol. Es un desafío intelectual a mi autoridad."
Darío estaba perplejo. "Comandante, no podemos romper esto. Es un lenguaje que solo Sorina y sus Cancilleres conocían a la perfección."
"Y yo conocía a Sorina a la perfección," replicó Kael.
Kael pasó dos días sin dormir, inmersa en los antiguos patrones. Recordó cómo Sorina solía esconder la verdad en la ley, cifrando sus verdaderas intenciones detrás de la retórica. La clave no estaba en la matemática, sino en la hipocresía de su madre. Kael usó su comprensión de la psicología de la tiranía para descifrar la clave.
"Aquí está," declaró Kael, señalando un viejo plano de la ciudad. "Están usando la red de ventilación y drenaje del antiguo Archivo Real. No para escapar, sino para la comunicación segura. El mensaje cifrado no es un plan de ataque, sino la convocatoria para su primera asamblea."
El Encuentro SubterráneoKael descifró el lugar y la hora: la antigua Sala de Conferencias del Sol, un espacio subterráneo sellado, dentro de una hora. Era el lugar perfecto para Lysandra para distribuir el conocimiento del Sello de Sangre a sus nuevos seguidores y lanzar su red de Control Mental.
"Elara, ¿puedes mantener el escudo mental sobre esa zona por diez minutos?" preguntó Kael.
Elara asintió, aunque su cuerpo temblaba por el esfuerzo. "Sí. Pero tienen que ser precisos. Un error y perderemos el control, y Lysandra usará el pánico para consolidar su poder."
"No habrá errores," aseguró Kael.
Kael reunió un equipo de élite de la Guardia de la Verdad, liderado por Darío. No irían armados para la guerra, sino para la infiltración silenciosa. El objetivo era claro: neutralizar a Lysandra y asegurar los pergaminos robados antes de que el Legado de la Tiranía pudiera echar raíces.
Kael se puso su armadura de sombra. La caza había comenzado de nuevo.