Ladybug contra Ghostforce

Capitulo 4: Rumores y sospechas

El aire en el salón de clase era denso, cargado de la energía nerviosa que Marinette Dupain-Cheng parecía irradiar constantemente desde la desaparición de Ladybug. Adrien Agreste, sentado a su lado, no podía evitar notarlo. No era solo la torpeza habitual, la que le hacía tropezar con sus propios pies o tartamudear al hablar. Era algo más profundo, una inquietud palpable que la envolvía como una sombra.

Desde la batalla contra el villano que había despojado a Ladybug de su Miraculous, Marinette había estado actuando… diferente. Más callada, más distraída, con ojeras que delataban noches de insomnio. Ya no llegaba tarde a clase, lo cual, irónicamente, era aún más preocupante. Antes, sus retrasos eran predecibles, casi parte de su encanto. Ahora, llegaba con la mirada perdida, como si estuviera presente en cuerpo, pero ausente en espíritu.

Adrien había intentado hablar con ella, preguntarle si estaba bien. Pero cada vez que lo hacía, Marinette se ponía aún más nerviosa, balbuceaba excusas vagas sobre proyectos escolares y se alejaba rápidamente. Al principio, pensó que quizás estaba preocupada por la situación en París. La ausencia de Ladybug había dejado un vacío palpable, una sensación de vulnerabilidad que se extendía por toda la ciudad. Ghostforce, con sus métodos agresivos y poco ortodoxos, no lograba inspirar la misma confianza que la heroína de los lunares.

Pero a medida que pasaban los días, la inquietud de Adrien crecía. No era solo la preocupación por la seguridad de París lo que atormentaba a Marinette. Era algo más personal, algo que parecía consumirla desde dentro.

Un día, durante la hora del almuerzo, Adrien observó a Marinette desde la distancia. Estaba sentada sola en una mesa, mordisqueando distraídamente un croissant. Alya, su mejor amiga, intentaba animarla, pero Marinette apenas respondía. Su mirada estaba fija en un punto indefinido, perdida en sus propios pensamientos.

Adrien se acercó cautelosamente. "Marinette, ¿estás segura de que estás bien?" preguntó, sentándose frente a ella.

Marinette se sobresaltó, como si la hubieran pillado haciendo algo malo. "¡Adrien! ¡Oh, hola! Sí, sí, estoy bien. Solo… un poco cansada," respondió, evitando su mirada.

"Has estado cansada durante días," replicó Adrien suavemente. "Sé que algo te preocupa. Puedes contar conmigo, ¿sabes?"

Marinette vaciló. Por un instante, pareció a punto de confesar algo, de desahogar todo el peso que llevaba sobre sus hombros. Pero luego, su expresión se endureció y negó con la cabeza. "No, de verdad, estoy bien. Solo tengo mucho trabajo."

Adrien no le creyó. La conocía lo suficiente como para saber que estaba mintiendo. Pero no quería presionarla. Sabía que Marinette era una persona reservada, que necesitaba tiempo para procesar sus emociones.

"Está bien," dijo finalmente. "Pero si necesitas algo, lo que sea, no dudes en pedírmelo."

Marinette le dedicó una sonrisa forzada. "Gracias, Adrien."

Mientras Adrien se alejaba, sintió una punzada de frustración. Quería ayudarla, pero no sabía cómo. La barrera que Marinette había levantado era impenetrable.

Esa noche, en su habitación, Adrien reflexionó sobre el comportamiento de Marinette. Algo no encajaba. Su nerviosismo, su aislamiento, su constante evasión… todo apuntaba a algo más que simple preocupación.

Una idea, una sospecha inquietante, comenzó a formarse en su mente. Era una idea descabellada, casi imposible. Pero cuanto más pensaba en ello, más sentido tenía.

¿Podría ser posible que… Marinette supiera algo sobre la desaparición de Ladybug? ¿O incluso… que estuviera involucrada de alguna manera?

La idea lo horrorizó. Marinette era una persona amable, generosa y valiente. Jamás haría nada para dañar a nadie. Pero la evidencia, por tenue que fuera, estaba ahí. Y Adrien no podía ignorarla.

Como Chat Noir, había jurado proteger a París. Y eso significaba descubrir la verdad, sin importar lo dolorosa que pudiera ser.

Con el corazón apesadumbrado, Adrien tomó una decisión. Tendría que vigilar a Marinette. Tendría que descubrir qué le estaba sucediendo, incluso si eso significaba traicionar su confianza. La seguridad de París dependía de ello. Y él, como Chat Noir, no podía fallar. La noche caía sobre París, y con ella, la sombra de la duda se extendía sobre la amistad entre Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng. La búsqueda de la verdad apenas comenzaba.



#3647 en Fantasía
#731 en Magia

En el texto hay: coming in 2025/llegando en 2025.

Editado: 17.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.